BELMONTE: Comentario...

Comentario

Después de cenar don Alonso Quijano se dio una vuelta por la caballeriza donde estaba Rocinante y lo estuvo acariciando, después de llenarle el pesebre de comida volvió antes de acostarse a la biblioteca porque quería dejar terminada la página que estaba leyendo que para él estaba interesante, y después de terminarla de leer, apago la luz de la biblioteca, y se fue a dormir.

Don Alonso Quijano tenía por costumbre de rezar sus oraciones y lo hacía en latín y su último pensamiento fue para acordarse de su doncella que la tenía en el Toboso.