Belmonte
Un pueblo por excelencia manchego que hunde sus raíces en el más puro sentido de la palabra, y de estar mucho tiempo dormido, me atrevería a decir siglos ha pasado a ser ensalzado como una primicia de lo antiguo y lo moderno pasando por lo clásico, por los varios escritores que han dejado sus comentarios.
Hay muchos visitantes que quedan anonadados ante tanta belleza artística de sus monumentos, de sus calles y de su gente, que sabe acoger con amabilidad y servicio a todo aquel que se digna visitarnos, porque tiene curiosidad de saber su historia, que es una página viva de lo que fue la edad Media en Castilla, esta villa que divide la Mancha en dos la llana y la serrana.
Hubo un tiempo que estas tierras fueron muy codiciadas por la nobleza que llegando a ellas hecho raícen en las mismas, y construyeron sus palacios llegado algunos hasta nuestros días, y otros el tiempo se ha encargado de dejarlos en el olvido hasta que han sido derribados, por que amenazaban ruina, renaciendo nueva edificación con idéntica fisonomía exterior (sombrero), aunque por dentro nada tienen que envidiar a las nuevas edificaciones de lujo que se construyen en la actualidad.
Vemos que la villa de Belmonte inicia su andadura en la historia con la recién instaurada casa de los Trastamara, no en vano de esta villa saldría la infanta doña Juana Manuel (hija del Infante don Juan Manuel) para contraer matrimonio con el rey Enrique II primer rey de la casa Trastamara, y de esta formar legalizar la nueva monarquía salida del luctuoso regicidio del rey Don Pedro I el Cruel, el cual fue muerto por su hermanastro don Enrique.
Un pueblo por excelencia manchego que hunde sus raíces en el más puro sentido de la palabra, y de estar mucho tiempo dormido, me atrevería a decir siglos ha pasado a ser ensalzado como una primicia de lo antiguo y lo moderno pasando por lo clásico, por los varios escritores que han dejado sus comentarios.
Hay muchos visitantes que quedan anonadados ante tanta belleza artística de sus monumentos, de sus calles y de su gente, que sabe acoger con amabilidad y servicio a todo aquel que se digna visitarnos, porque tiene curiosidad de saber su historia, que es una página viva de lo que fue la edad Media en Castilla, esta villa que divide la Mancha en dos la llana y la serrana.
Hubo un tiempo que estas tierras fueron muy codiciadas por la nobleza que llegando a ellas hecho raícen en las mismas, y construyeron sus palacios llegado algunos hasta nuestros días, y otros el tiempo se ha encargado de dejarlos en el olvido hasta que han sido derribados, por que amenazaban ruina, renaciendo nueva edificación con idéntica fisonomía exterior (sombrero), aunque por dentro nada tienen que envidiar a las nuevas edificaciones de lujo que se construyen en la actualidad.
Vemos que la villa de Belmonte inicia su andadura en la historia con la recién instaurada casa de los Trastamara, no en vano de esta villa saldría la infanta doña Juana Manuel (hija del Infante don Juan Manuel) para contraer matrimonio con el rey Enrique II primer rey de la casa Trastamara, y de esta formar legalizar la nueva monarquía salida del luctuoso regicidio del rey Don Pedro I el Cruel, el cual fue muerto por su hermanastro don Enrique.