Comentario
Un día de trilla en la Mancha conquense
Ayer tarde estuvimos extendiendo la última parva de cebada que nos quedaba, y hoy hemos procedido a su trilla desde la diez de la mañana cuando ya había calentado el sol la mies que había extendida en la era, pues empezar a esta hora es porque en el verano suele haber relente por la mañana.
Como es habitual hemos enganchado las dos yuntas de mulas una de las yuntas a tirar del trillo que es de cuchillas y le ponemos una trilla detrás, la otra yunta va emparejada llevando cada una su trilla, estas trillas normalmente estan construidas sobre tres tablones unidos y de un grosor de varios centímetros, pues en la parte inferior es donde llevan los pedernales que son los que han cortan la mies de la cebada.
Pues la trille consiste en dar vueltas y vuelta hasta que la parva está a punto de allega y que ha durado todo el día, y a las 8 horas de la tarde y después de haber merendado (merienda era un tomate ó un pepino con pan) nos preparamos para allegar la parva, lo que consiste en ir recogiendo la mies trillada y forma un pez con ella, para la mañana siguiente, y si andaba el aire solano empezar a aventar.
El allegar la parva normalmente se hacía con una mula tirando del palo de allegar, la mula la conducía el trillador y el palo de allegar lo llevaba el herero.
El aíre solano solía levantarse muy temprano y suele estar hasta las diez de la mañana en que suele echarse, como suelen decir los labradores manchegos.
El aventar es separar el grano de la paja y esto se hace tirando la mies con las orcas para arriba, estas orcas eran de madera manejadas por los hereros también se utiliza la pala para ir traspalando el grano y forma un pez.
Una vez terminado de aventar venia la parte principal como era el almuerzo que solía ser dos huevos con un chorizo frito y unas patatas alargadas que te quedabas como nuevo.
Después del almuerzo se procedía a envasar la cebada en costales y llevar el grano a casa del amo, para medir la cebada se utilizaba la media fanega de madera que era una medida, dos medias fanegas hacían una fanega que es lo que llevaba cada costal.
Un día de trilla en la Mancha conquense
Ayer tarde estuvimos extendiendo la última parva de cebada que nos quedaba, y hoy hemos procedido a su trilla desde la diez de la mañana cuando ya había calentado el sol la mies que había extendida en la era, pues empezar a esta hora es porque en el verano suele haber relente por la mañana.
Como es habitual hemos enganchado las dos yuntas de mulas una de las yuntas a tirar del trillo que es de cuchillas y le ponemos una trilla detrás, la otra yunta va emparejada llevando cada una su trilla, estas trillas normalmente estan construidas sobre tres tablones unidos y de un grosor de varios centímetros, pues en la parte inferior es donde llevan los pedernales que son los que han cortan la mies de la cebada.
Pues la trille consiste en dar vueltas y vuelta hasta que la parva está a punto de allega y que ha durado todo el día, y a las 8 horas de la tarde y después de haber merendado (merienda era un tomate ó un pepino con pan) nos preparamos para allegar la parva, lo que consiste en ir recogiendo la mies trillada y forma un pez con ella, para la mañana siguiente, y si andaba el aire solano empezar a aventar.
El allegar la parva normalmente se hacía con una mula tirando del palo de allegar, la mula la conducía el trillador y el palo de allegar lo llevaba el herero.
El aíre solano solía levantarse muy temprano y suele estar hasta las diez de la mañana en que suele echarse, como suelen decir los labradores manchegos.
El aventar es separar el grano de la paja y esto se hace tirando la mies con las orcas para arriba, estas orcas eran de madera manejadas por los hereros también se utiliza la pala para ir traspalando el grano y forma un pez.
Una vez terminado de aventar venia la parte principal como era el almuerzo que solía ser dos huevos con un chorizo frito y unas patatas alargadas que te quedabas como nuevo.
Después del almuerzo se procedía a envasar la cebada en costales y llevar el grano a casa del amo, para medir la cebada se utilizaba la media fanega de madera que era una medida, dos medias fanegas hacían una fanega que es lo que llevaba cada costal.