
Comentario
A un buen animal
Cuantas veces te he recordado, por tu buen comportamiento en todos los trabajos que contigo realice, eras una mula, que hasta acertaron con tu nombre llamándote “Revoltosa”. Nunca fuiste un animal metido en carnes porque descubiertas tenias tu ancas y unos pechos que hacían juego con tu gran alzada
Que buena eras para el arado, y que engalle, y con que señorío cuando te tocaba gatear el lomo, y no digamos más cuando pisabas la honda, era un lujo verte de arar, pues de tu nobleza y gallardía abusaba el mayoral, llevando dos compañeras de relevo una por la mañana y otra a la tarde, pues nunca cedías en tu buen hacer, siempre respondías.
Para la galera no había otra igual, lo mismo tirabas en el barro, que a rueda corrida era tal tu voluntad, que a nada te resistías, no llegaste a mayor porque en plena juventud una mala enfermedad contrajiste llamada (Botulismo) y al suelo te echaste sin poderte levantar y hubo que sacrificarte, después de haber tenido toda la asistencia y recomendaciones que dieron los veterinarios que te asistieron, como hasta los animales son recordado por su generosidad.
A un buen animal
Cuantas veces te he recordado, por tu buen comportamiento en todos los trabajos que contigo realice, eras una mula, que hasta acertaron con tu nombre llamándote “Revoltosa”. Nunca fuiste un animal metido en carnes porque descubiertas tenias tu ancas y unos pechos que hacían juego con tu gran alzada
Que buena eras para el arado, y que engalle, y con que señorío cuando te tocaba gatear el lomo, y no digamos más cuando pisabas la honda, era un lujo verte de arar, pues de tu nobleza y gallardía abusaba el mayoral, llevando dos compañeras de relevo una por la mañana y otra a la tarde, pues nunca cedías en tu buen hacer, siempre respondías.
Para la galera no había otra igual, lo mismo tirabas en el barro, que a rueda corrida era tal tu voluntad, que a nada te resistías, no llegaste a mayor porque en plena juventud una mala enfermedad contrajiste llamada (Botulismo) y al suelo te echaste sin poderte levantar y hubo que sacrificarte, después de haber tenido toda la asistencia y recomendaciones que dieron los veterinarios que te asistieron, como hasta los animales son recordado por su generosidad.