“El tiempo nos convida
a los estudios nobles; y a la fama
Grial, a la subida
del sacro monte llama,
do no podrá subir la postrer llama”.
-Fray Luis de León
En esta oda vemos al maestro Fray Luis de León, convidar a su amigo Juan de Grial (gran humanista y poeta) a los estudios nobles, y que estos le llevarían a la fama, pero que hay que esforzarse para subir a la cumbre por la mucha competencia que por aquellas calendas había para obtener una cátedra.
Fray Luis de León también conoció este esfuerzo porque tuvo que opositar con gente muy preparada, pero que el gano la cátedra de biblia, por oposición aventajando a no pocos aspirante que se presentaron a la misma.
De todas estas competiciones por llegar a los altos puestos nació la envidia contra su persona y por ello fue encarcelado, pero nunca se dejo amilanar por sus contrarios que los tuvo, y que el dejo escrito en la pared de la cárcel la décima que se popularizo llegando al conocimiento de la gente más sencilla: “Aquí la envidia y mentira/ me tuvieron encerrado………¡¡
En la prisión encontró la paz tan anhelada y el sosiego del que no había gozado en sus tiempos de lucha, y es que al maestro Fray Luis de León no le sedujo nunca coger caminos equivocados y sin retorno.
a los estudios nobles; y a la fama
Grial, a la subida
del sacro monte llama,
do no podrá subir la postrer llama”.
-Fray Luis de León
En esta oda vemos al maestro Fray Luis de León, convidar a su amigo Juan de Grial (gran humanista y poeta) a los estudios nobles, y que estos le llevarían a la fama, pero que hay que esforzarse para subir a la cumbre por la mucha competencia que por aquellas calendas había para obtener una cátedra.
Fray Luis de León también conoció este esfuerzo porque tuvo que opositar con gente muy preparada, pero que el gano la cátedra de biblia, por oposición aventajando a no pocos aspirante que se presentaron a la misma.
De todas estas competiciones por llegar a los altos puestos nació la envidia contra su persona y por ello fue encarcelado, pero nunca se dejo amilanar por sus contrarios que los tuvo, y que el dejo escrito en la pared de la cárcel la décima que se popularizo llegando al conocimiento de la gente más sencilla: “Aquí la envidia y mentira/ me tuvieron encerrado………¡¡
En la prisión encontró la paz tan anhelada y el sosiego del que no había gozado en sus tiempos de lucha, y es que al maestro Fray Luis de León no le sedujo nunca coger caminos equivocados y sin retorno.