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BELMONTE: COMENTARIO...

COMENTARIO

La casa los carvajales

Vivían dos familias unidas y apiñadas por fuertes lazos familiares, la casa era de labor donde había juventud para lleva el trajín cotidiano de las faenas agrícolas y todos estaban a partir un piñón y los años les eran favorables, hacían buenas cosechas y todo lo hacían manual, en el verano llegaban segadores de otros lugares de la región manchega los cuales estaban casi un mes segando en los campos de los carvajales. El capataz de los segadores era un hombre afable y con mucha experiencia y los segadores eran obedientes a sus mandatos. La finca de los carvajales era muy grande pues tenían fanegas de rochas de tierra cultivable y también la finca poseía mucho terreno de monte bajo donde pastaba el ganado que poseían los carvajales, donde había ovejas blancas y también negras, el rebaño lo guardaban dos pastores uno de cada familia y estaban bien avenidos, y aquel año se iba uno a la mili, pero ya le tenia buscado un sustituto, era muchos de familia y siempre había uno preparado por si surgía alguna bacante, lo días festivos hacian bailes y como había mozas los muchachos de los pueblos colindantes venían atraídos pos alguna moza de la familia de los carvajales que les gustaba, y se dio el caso que el muchacho que traía la acordeón se enamoro de una moza de los carvajales.