COMENTARIO
VIERNES SANTO
Todavía era de noche cuando prendieron a Jesús en el huerto de Getsemani, y lo llevaron a casa del sumo sacerdote Anas y luego a Caifas que era su suegro, el sumo sacerdote Anas le pregunto a Jesús ¿Eres tú el Mesías, el hijo del Bendito?, entonces levantándose el sumo sacerdote le dijo a Jesús no te defiendes de las acusaciones que te hacen, entonces Jesús dijo Yo soy, y verán al hijo del hombre sentado a la diestra de la majestad y venir en las nubes del cielo, también la serbidumbre le abofeteaba, Pedro que se hallaba en el fuego que había y paso por allí una de las criadas del sumo sacerdote y vio a Pedro que se calentaba, y le dijo. Tu también andabas con el Nazareno, el lo negó, y canto el gallo, otra vez paso la criada y le dijo tu eres del grupo de ellos, es evidente porque tu eres galileo, el se puso a negalo diciendo yo no conozco a ese hombre del que me habláis. Al punto, por segunda vez canto el gallo, y Pedro se acordó de lo que el Maestro le había dicho “Tu antes que el gallo cante dos veces me habrás negado”. Luego en la madrugada después de celebrar consejo los sumos sacerdotes y los acianos junto con los escribas es decir todo el sanedrín en pleno, ataron a Jesús y lo sacaron y lo entregaron a Pilato. y este le interrogo ¿Eres tú el rey de los Judíos?. Respondiendole Jesús: Tu lo dices. Y los sumos sacerdotes le acusaban atropelladamente. Tornóle a preguntar Pilato: ¿Nada respondió? ¿Oyes de cuantas cosas te acusan?. Más Jesús ya nada respondió. Tanto que se maravilló Pilato. Todos los años soltaban a un preso de la cárcel y había uno que se llamaba Barrabás, entonces Pilato les dijo queréis que os suelte a Barrabas, o al rey de los Judíos entonces los sumos sacerdotes excitaron la turba para que pidieran que soltara a Barrabás. Una vez más Pilato les insistió ¿Que haré, con el que llamáis Rey de los Judíos, ellos lazaron otra vez el grito ¡Crucificarle!. Pues que mal ha hecho: ellos rabiosamente gritaban.
Y tras revestir a Jesús de púrpura, le colocan en la cabeza una corona tejida de espinas. Y se ponen a saludarlo. ¡Salve, Rey de los Judíos! Y con una caña lo golpeaban en la cabeza; y le escupían; y dobladas las rodillas le rendían acatamiento.
Cuando se hubieron mofado de él, le desvistieron la purpura y le pusieron sus vestidos y lo llevan Entonces Pilato por el afán de complacer a la turba, les soltó a Barrabás, y les dio a Jesús después de haberlo azotada para que le crucificaran.
Tras esto lo condujeron a crucificarle, Y a uno que por allí pasaba, de vuelta del campo, un tal Simón cirinense padre de Alejando y Rufo, le forzaron a cargar con la cruz de Jesús.
Condujero a Jesús al lugar llamado Golgota, que significa: Lugar de la calavera. Le dieron a beber vino mezclado con mirra él no lo tomo. Y lo crucificaron. Luego se repartieron su vestidos, echando suertes sobre ellos y lo qué se llevaría cada uno. Era la hora tercia cuando los crucificaron. El rótulo de la causa de su condenación rezaba así: El Rey de los Judíos, y con el crucificaron a dos ladrones; uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice; Y fue contado entre los malvados. Cuantos por allí cruzaban, le ultrajaron; y haciendo meneo de cabeza le decían ¡Va! El que destruye el Santuario y en tres días lo reedificas, salvate a ti mismo bajando de la cruz. De la misma manera lo zaherían los sumos sacerdotes con los escribas diciendo; a otros salvó a si mismo no se puede salvar. El Mesías, el Rey de Israel, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos. También los que con él estaban crucificados lo injuriaban.
Desde la hora sexta a la hora nona, las tinieblas se extendieron por toda la región. A la hora nona clamó Jesús con gran voz Eloi, Eloi, Lamá Sabakhtani, que significa, Dios mio, Dios mío ¿Por qué me has desamparado? Y dando una gran voz expiro.
VIERNES SANTO
Todavía era de noche cuando prendieron a Jesús en el huerto de Getsemani, y lo llevaron a casa del sumo sacerdote Anas y luego a Caifas que era su suegro, el sumo sacerdote Anas le pregunto a Jesús ¿Eres tú el Mesías, el hijo del Bendito?, entonces levantándose el sumo sacerdote le dijo a Jesús no te defiendes de las acusaciones que te hacen, entonces Jesús dijo Yo soy, y verán al hijo del hombre sentado a la diestra de la majestad y venir en las nubes del cielo, también la serbidumbre le abofeteaba, Pedro que se hallaba en el fuego que había y paso por allí una de las criadas del sumo sacerdote y vio a Pedro que se calentaba, y le dijo. Tu también andabas con el Nazareno, el lo negó, y canto el gallo, otra vez paso la criada y le dijo tu eres del grupo de ellos, es evidente porque tu eres galileo, el se puso a negalo diciendo yo no conozco a ese hombre del que me habláis. Al punto, por segunda vez canto el gallo, y Pedro se acordó de lo que el Maestro le había dicho “Tu antes que el gallo cante dos veces me habrás negado”. Luego en la madrugada después de celebrar consejo los sumos sacerdotes y los acianos junto con los escribas es decir todo el sanedrín en pleno, ataron a Jesús y lo sacaron y lo entregaron a Pilato. y este le interrogo ¿Eres tú el rey de los Judíos?. Respondiendole Jesús: Tu lo dices. Y los sumos sacerdotes le acusaban atropelladamente. Tornóle a preguntar Pilato: ¿Nada respondió? ¿Oyes de cuantas cosas te acusan?. Más Jesús ya nada respondió. Tanto que se maravilló Pilato. Todos los años soltaban a un preso de la cárcel y había uno que se llamaba Barrabás, entonces Pilato les dijo queréis que os suelte a Barrabas, o al rey de los Judíos entonces los sumos sacerdotes excitaron la turba para que pidieran que soltara a Barrabás. Una vez más Pilato les insistió ¿Que haré, con el que llamáis Rey de los Judíos, ellos lazaron otra vez el grito ¡Crucificarle!. Pues que mal ha hecho: ellos rabiosamente gritaban.
Y tras revestir a Jesús de púrpura, le colocan en la cabeza una corona tejida de espinas. Y se ponen a saludarlo. ¡Salve, Rey de los Judíos! Y con una caña lo golpeaban en la cabeza; y le escupían; y dobladas las rodillas le rendían acatamiento.
Cuando se hubieron mofado de él, le desvistieron la purpura y le pusieron sus vestidos y lo llevan Entonces Pilato por el afán de complacer a la turba, les soltó a Barrabás, y les dio a Jesús después de haberlo azotada para que le crucificaran.
Tras esto lo condujeron a crucificarle, Y a uno que por allí pasaba, de vuelta del campo, un tal Simón cirinense padre de Alejando y Rufo, le forzaron a cargar con la cruz de Jesús.
Condujero a Jesús al lugar llamado Golgota, que significa: Lugar de la calavera. Le dieron a beber vino mezclado con mirra él no lo tomo. Y lo crucificaron. Luego se repartieron su vestidos, echando suertes sobre ellos y lo qué se llevaría cada uno. Era la hora tercia cuando los crucificaron. El rótulo de la causa de su condenación rezaba así: El Rey de los Judíos, y con el crucificaron a dos ladrones; uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice; Y fue contado entre los malvados. Cuantos por allí cruzaban, le ultrajaron; y haciendo meneo de cabeza le decían ¡Va! El que destruye el Santuario y en tres días lo reedificas, salvate a ti mismo bajando de la cruz. De la misma manera lo zaherían los sumos sacerdotes con los escribas diciendo; a otros salvó a si mismo no se puede salvar. El Mesías, el Rey de Israel, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos. También los que con él estaban crucificados lo injuriaban.
Desde la hora sexta a la hora nona, las tinieblas se extendieron por toda la región. A la hora nona clamó Jesús con gran voz Eloi, Eloi, Lamá Sabakhtani, que significa, Dios mio, Dios mío ¿Por qué me has desamparado? Y dando una gran voz expiro.