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BELMONTE: Hola Agustin. Buenas tardes....

Hola Agustin. Buenas tardes.

Acabo de ver todo lo que has enviado hoy, y no hay forma humana de seguirte. Luego esta noche después de la película, lo leeré todo y guardaré las poesías.

Me alegro mucho de que ese pequeño dolor o molestias en el brazo se hayan pasado ya. Si, normalmente son 2,3, ó 4 días lo que duran.

A nosotros, mañana nos ponen una, y la siguiente será dentro de 10 ó 12 días.

Sobre los dolores de cabeza y cervicales, entre las pastillas y la manta eléctrica, han bajado un poco. Al final tendré que ir a que me den unos masajes. Voy a esperar una semana más, estoy haciendo algún ejercicio suave, y estoy menos horas en el ordenador. Espero que entre todos estos pequeños parches, mejore lo suficiente, para librarme del fisio.

Todos los platos que has nombrado aquí, me encantan. Lo que pasa es que mi mujer es menos de legumbres, así que sólo me toca un día a la semana cocido, otra semana lentejas y la otra, habichuelas o fabes. También toca una vez a la semana arroz, bien con pollo o bien con verduras. Tampoco es muy de marisco mi mujer.

La comida, la hace siempre mi mujer, pues dice que le hecho mucho aceite, y mucho hueso de jamón, morcilla y chorizo. Así que me lo tiene racionado, no porque me haga daño, sino porque no le gusta con muchas cosas.

Si fuera por ella, el cocido llevaría un poco de pollo, y san se acabó.

Cosas y manías de mayores, y haber vivido toda la vida en la capital.

No, ella tampoco mita nunca Internet para hacer la comida que sea. Complican mucho las recetas con lo sencillas que son. La pena es no poder poner esos pucheros que ponían nuestras madres en la lumbre, cociendo desde las ocho de la mañana o antes hasta la una del medio día. Eso sí que era un cocido. Solamente el caldo, como se decía antiguamente, resucita a un muerto. Y a las parturientas, las recuperaba de un día para otro.

En la Mota, las matanzas comenzaban ya a mediados de diciembre. Los chorizos y  las costillas, mi madre las freía y las echaba en unas ollas grandes, y duraban casi hasta el verano. Eso eran manjares.

Y las morcillas, se colgaban en lo que llamábamos la cocinilla, cerca del fuego de la chimenea, y cuando ya estaban un poco secas, se subían y se colgaban en las cámaras. Si, así se hacían también en la Mota.

También nosotros salíamos a rebuscar racimos o grumos de uvas que se hubiesen quedado escondidos. Ahora todo esto lo cuentas y casi nadie te cree, a no ser que sean de pueblo.

Claro que conozco el carrascal de Buenavista, y también he ido allí a coger bellotas. Me parece que allí, es donde iba mi padre con un saco a coger urracas en los nidos para comérselas en aquellos años de tantísimo hambre.

Mi padre, no recuerdo si te lo he contado, se quedó sin padre a los 9 años, y era el mayor de los cuatro hermanos. Y con esa edad comenzó a trabajar en una de las casas de los ricos del pueblo, arando, que fue lo primero que aprendió.

Y los domingos, se iba al monte que lo llamábamos así en el pueblo, a por bellotas y a por urracas. Por cierto, siempre nos contaba que nunca en la vida había comido nada tan asqueroso como la carne de urraca. En el pueblo, no las llamábamos urracas, las llamábamos maricas. Y los mayores, seguimos llamandolas maricas.

Casi seguro, que Tú ya has terminado esa merienda-cena. Que te siente muy bien.

Bueno Agustin, voy a ver el programa de todas las tardes-noches, Pasapalabra, hasta las nueve que termina, y llega la hora de la cena. Y a las  díez, o también llamadas las 22:00 horas, la película hastas las 24:00 horas.

Luego volveré a leer todo eso que no he leído de hoy, y a copiar las poesías.

Te pego aquí abajo este pequeño escrito, que quizás te lo sepas casi de memoria.