
Hola amigo Agustin. Buenas noches.
Llevas razón, como siempre, estamos a un paso de las Navidades, más vale calmarnos un poco, y dejar de comernos la cabeza con cosas que no podemos interferir. Podemos entender que los médicos hacen lo que el tiempo les permite, pero si pueden poner un poco más de orden en las agendas, o por lo menos que les dejen hacer a sus enfermeras.
Te explico la respuesta a la pregunta de quién es Manuel.
Creo que te dije que estoy en otro Foro, llevo alrededor de 4 años. Y entre todos los foreros, hay uno que se llama Manuel, es andaluz, y me pasa lo mismo que contigo, tenemos buen feeling entre los dos.
Espiritualmente, nos consideramos los dos amigos, algo muy semejante a lo que siento contigo. Solamente que con Manuel, fue todo un poco más lento, y contigo ese feeling, ha sido más rápido. Entre otras cosas, porque nos une nuestra Tierra Manchega, y que los dos partimos de coas más filosóficas, más espirituales. También ha habido más confianza personal desde el principio.
En el otro Foro, que llevo como unos 15 días o algo más sin entrar, se habla casi todo de política, excepto Manuel y yo, que hablamos de cosas también puntuales, de viajes, de poesías, de médicos.
Luego, cuando hablamos de política, el 50% del Foro nos ataca, y nos defendemos mutuamente. Pero no porque nos metamos en grandes berenjenales, es que hay un 40% de los foreros, que si no estás de acuerdo con ellos, ya no les gusta, y te llaman algunos apelativos no muy cariñosos.
Intento escribir o pegar cosas fuera de la política, pero eso no interesa.
Entonces, Manuel y yo, nos distinguimos un poco en el foro, por intentar no hablar de política, o muy poco, y por defendernos mutuamente cuando algún forero nos dice un piropo. Creo que te he contestado más o menos sobre quién es Manuel. No sé si podría añadir algo más.
Ahora, a lavarse los dientes y a la cama, mañana hay que estar en el Hospital a las 8 de la mañana.
Por cierto, creo que el otro día, cuando te dije que me duchaba cada 15 días, estoy convencido de que te reirías un rato. A veces, cuando tengo confianza, me gusta escribir algo, que entiendo que en este caso, a Agustin le va a causar un poco de risa.
Agustin, que tengáis felices sueños y un buen descanso. Hasta mañana D. m.
Un abrazo.
Paco.
LAS DOS SEMILLAS
Un campesino sembró dos semillas, una al lado de la otra. Nada más penetrar en la tierra, la primera dijo: «Estoy muy emocionada. Quiero crecer, que mis raíces lleguen muy abajo en el suelo y que mis retoños rompan la corteza de tierra que tengo arriba. Me gustaría que el despliegue como banderas de mis tiernos brotes anuncie la llegada de la primavera. Anhelo sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis pétalos». Y así fue como, con el paso del tiempo, la semilla creció sana, hermosa y feliz.
La segunda semilla, por el contrario, exclamó nada más ser plantada: « ¿Cómo puedes estar tan emocionada? Yo tengo miedo. Si dejo que mis raíces calen en la tierra, no sé qué encontraré en la oscuridad. Si crezco a través del duro suelo por encima de mí puedo dañar mis delicados retoños y, si permito que mis brotes se abran, puede venir una serpiente y comérselos. Además, sí despliego mis pimpollos, quizá un niño pequeño me arranque del suelo. Me conviene esperar y no crecer hasta que sea seguro». Y fue así como esperó y esperó hasta que un día, una gallina del corral la vio en la tierra y se la comió.
Esta fábula nos muestra que los que se niegan a arriesgarse en la vida pueden acabar engullidos por ella.
Llevas razón, como siempre, estamos a un paso de las Navidades, más vale calmarnos un poco, y dejar de comernos la cabeza con cosas que no podemos interferir. Podemos entender que los médicos hacen lo que el tiempo les permite, pero si pueden poner un poco más de orden en las agendas, o por lo menos que les dejen hacer a sus enfermeras.
Te explico la respuesta a la pregunta de quién es Manuel.
Creo que te dije que estoy en otro Foro, llevo alrededor de 4 años. Y entre todos los foreros, hay uno que se llama Manuel, es andaluz, y me pasa lo mismo que contigo, tenemos buen feeling entre los dos.
Espiritualmente, nos consideramos los dos amigos, algo muy semejante a lo que siento contigo. Solamente que con Manuel, fue todo un poco más lento, y contigo ese feeling, ha sido más rápido. Entre otras cosas, porque nos une nuestra Tierra Manchega, y que los dos partimos de coas más filosóficas, más espirituales. También ha habido más confianza personal desde el principio.
En el otro Foro, que llevo como unos 15 días o algo más sin entrar, se habla casi todo de política, excepto Manuel y yo, que hablamos de cosas también puntuales, de viajes, de poesías, de médicos.
Luego, cuando hablamos de política, el 50% del Foro nos ataca, y nos defendemos mutuamente. Pero no porque nos metamos en grandes berenjenales, es que hay un 40% de los foreros, que si no estás de acuerdo con ellos, ya no les gusta, y te llaman algunos apelativos no muy cariñosos.
Intento escribir o pegar cosas fuera de la política, pero eso no interesa.
Entonces, Manuel y yo, nos distinguimos un poco en el foro, por intentar no hablar de política, o muy poco, y por defendernos mutuamente cuando algún forero nos dice un piropo. Creo que te he contestado más o menos sobre quién es Manuel. No sé si podría añadir algo más.
Ahora, a lavarse los dientes y a la cama, mañana hay que estar en el Hospital a las 8 de la mañana.
Por cierto, creo que el otro día, cuando te dije que me duchaba cada 15 días, estoy convencido de que te reirías un rato. A veces, cuando tengo confianza, me gusta escribir algo, que entiendo que en este caso, a Agustin le va a causar un poco de risa.
Agustin, que tengáis felices sueños y un buen descanso. Hasta mañana D. m.
Un abrazo.
Paco.
LAS DOS SEMILLAS
Un campesino sembró dos semillas, una al lado de la otra. Nada más penetrar en la tierra, la primera dijo: «Estoy muy emocionada. Quiero crecer, que mis raíces lleguen muy abajo en el suelo y que mis retoños rompan la corteza de tierra que tengo arriba. Me gustaría que el despliegue como banderas de mis tiernos brotes anuncie la llegada de la primavera. Anhelo sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis pétalos». Y así fue como, con el paso del tiempo, la semilla creció sana, hermosa y feliz.
La segunda semilla, por el contrario, exclamó nada más ser plantada: « ¿Cómo puedes estar tan emocionada? Yo tengo miedo. Si dejo que mis raíces calen en la tierra, no sé qué encontraré en la oscuridad. Si crezco a través del duro suelo por encima de mí puedo dañar mis delicados retoños y, si permito que mis brotes se abran, puede venir una serpiente y comérselos. Además, sí despliego mis pimpollos, quizá un niño pequeño me arranque del suelo. Me conviene esperar y no crecer hasta que sea seguro». Y fue así como esperó y esperó hasta que un día, una gallina del corral la vio en la tierra y se la comió.
Esta fábula nos muestra que los que se niegan a arriesgarse en la vida pueden acabar engullidos por ella.