Narración:
lo que le paso a un zorro que se echo en la calle y se hizo el muerto
Una vez hablaba el Aconsejado con su Consejero, y el Consejero le dijo de esta manera al Aconsejado:
Aconsejado. tengo un pariente mío que vive en una tierra donde no tiene tanto poder que pueda desentenderse de cuantas afrentas (vejaciones) le hacen, y los que tienen poder en esta tierra querrían encontrar cualquier cosa que fuera pretexto para ponerse en contra de el, y mi pariente esta muy apenado por estar siempre bajo este miedo, querría arriésgalo todo antes de estar siempre con esta amenaza, y yo querría buscar una forma de convivencia con los demás para decirle como tiene que comportarse para ganarse la simpatías de su vecinos.
Señor Aconsejado – dijo el Consejero – para que podáis aconsejar a vuestro pariente quiero que sepáis lo que le paso una vez a un zorro que se hizo el muerto en mitad de la calle.
- Señor Aconsejado – dijo el Consejero-, un zorro entró una noche en un corral donde había muchas gallinas, y tras alborotar a las gallinas el se quiso marchar pero ya era de día y la gentes andaban por las calles, y cuando el vio que no se podía esconder, salió sigilosamente a la calle y se tendió en ella como si estuviese muerto.
Cuando las gentes lo vieron, creyeron que estaba muerto y no hicieron caso ninguno de él.
Al cabo de un rato paso por allí un hombre y dijo que los cabellos de la frente del zorro que eran buenos para ponérselos a los niños pequeños para evitar que los ahoguen, y con una tijera corto los cabellos de la frente del zorro, después paso otro hombre que también decía que eran buenos los cabellos del lomo y de los ijares y cogiendo una tijera los corto, en esto el zorro a pesar que todo lo oía no se movía por que cortándoles aquellos cabellos no le hacía nada de daño. Después vino otro hombre y dijo que la uña del pulgar de la pata del zorro que era buena para los tumores y los callos de los dedos y se la arrancaron, y el zorro no se movió. Después vino otro hombre que dijo que el diente del zorro era bueno para el dolor de los dientes y se los sacaron, y el zorro no se movió. Y después al cabo de un poco de tiempo, vino otro hombre y dijo que el corazón del zorro era bueno para el dolor de corazón y metiéndose la mano en la faja saco un largo cuchillo para sacarle el corazón al zorro.
Entonces el zorro vio que aquel hombre quería sacare el corazón y que si llegaba a sacárselo no podría llegar a recuperar y que la vida perdería. Entonces pensó el zorro que era mejor de aventurarse he intentar de escapar antes que aquel hombre llegara a matarlo sacándole el corazón y se escapo y salió bien parado conservando la vida.
Pues señor Aconsejado, aconsejad a aquel vuestro pariente que si Dios le hizo caer en tierra pues no se extrañe que las cosas no le salgan como el quiere esto lo harán fuerte y podrá aprender a tener dominio de si mismo, pues tenemos que esforzarnos para aprender a vivir con los pequeños contratiempos de cada día, y convivir con nuestros vecinos aguantando la pequeñas cosas. Mas si llegaran estos mismos vecinos a hacernos cosas grandes es mejor defenderse, que más vale una vez colorado que cien veces amarillo
Moraleja:
Aprende a sufrir cosas pequeñas
en cuanto no te causen a ti daño
ignorando al que de ti murmure
pero si llegas a tiempo defiendete.
A los porfiados y necios
el mayor de los desprecios
es no hacerles nunca caso.
lo que le paso a un zorro que se echo en la calle y se hizo el muerto
Una vez hablaba el Aconsejado con su Consejero, y el Consejero le dijo de esta manera al Aconsejado:
Aconsejado. tengo un pariente mío que vive en una tierra donde no tiene tanto poder que pueda desentenderse de cuantas afrentas (vejaciones) le hacen, y los que tienen poder en esta tierra querrían encontrar cualquier cosa que fuera pretexto para ponerse en contra de el, y mi pariente esta muy apenado por estar siempre bajo este miedo, querría arriésgalo todo antes de estar siempre con esta amenaza, y yo querría buscar una forma de convivencia con los demás para decirle como tiene que comportarse para ganarse la simpatías de su vecinos.
Señor Aconsejado – dijo el Consejero – para que podáis aconsejar a vuestro pariente quiero que sepáis lo que le paso una vez a un zorro que se hizo el muerto en mitad de la calle.
- Señor Aconsejado – dijo el Consejero-, un zorro entró una noche en un corral donde había muchas gallinas, y tras alborotar a las gallinas el se quiso marchar pero ya era de día y la gentes andaban por las calles, y cuando el vio que no se podía esconder, salió sigilosamente a la calle y se tendió en ella como si estuviese muerto.
Cuando las gentes lo vieron, creyeron que estaba muerto y no hicieron caso ninguno de él.
Al cabo de un rato paso por allí un hombre y dijo que los cabellos de la frente del zorro que eran buenos para ponérselos a los niños pequeños para evitar que los ahoguen, y con una tijera corto los cabellos de la frente del zorro, después paso otro hombre que también decía que eran buenos los cabellos del lomo y de los ijares y cogiendo una tijera los corto, en esto el zorro a pesar que todo lo oía no se movía por que cortándoles aquellos cabellos no le hacía nada de daño. Después vino otro hombre y dijo que la uña del pulgar de la pata del zorro que era buena para los tumores y los callos de los dedos y se la arrancaron, y el zorro no se movió. Después vino otro hombre que dijo que el diente del zorro era bueno para el dolor de los dientes y se los sacaron, y el zorro no se movió. Y después al cabo de un poco de tiempo, vino otro hombre y dijo que el corazón del zorro era bueno para el dolor de corazón y metiéndose la mano en la faja saco un largo cuchillo para sacarle el corazón al zorro.
Entonces el zorro vio que aquel hombre quería sacare el corazón y que si llegaba a sacárselo no podría llegar a recuperar y que la vida perdería. Entonces pensó el zorro que era mejor de aventurarse he intentar de escapar antes que aquel hombre llegara a matarlo sacándole el corazón y se escapo y salió bien parado conservando la vida.
Pues señor Aconsejado, aconsejad a aquel vuestro pariente que si Dios le hizo caer en tierra pues no se extrañe que las cosas no le salgan como el quiere esto lo harán fuerte y podrá aprender a tener dominio de si mismo, pues tenemos que esforzarnos para aprender a vivir con los pequeños contratiempos de cada día, y convivir con nuestros vecinos aguantando la pequeñas cosas. Mas si llegaran estos mismos vecinos a hacernos cosas grandes es mejor defenderse, que más vale una vez colorado que cien veces amarillo
Moraleja:
Aprende a sufrir cosas pequeñas
en cuanto no te causen a ti daño
ignorando al que de ti murmure
pero si llegas a tiempo defiendete.
A los porfiados y necios
el mayor de los desprecios
es no hacerles nunca caso.