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Reflexión
“ Atrévete a saber a fin de que la verdad te subyugue antes que el miedo” (de San Agustín de Tagaste, obispo de Hipona)
Había un dicho entre los antiguos que decía que el hombre no debía de hablar de él, ni para bueno ni para malo, esto cambió con el tiempo, porque lo que más libros a generado es el cultivo biográfico y es que las personas les gusta relatar algo de su vida sobre todo de su mocedad y de esto no se han librado las mentes más privilegiadas en el campo de la literatura.
Y es que el hombre tiene la necesidad de dejar algo tras de si para ser recordado y vemos por ejemplo Agustín de Tagaste, quién se acordaría de él después de más de mil quinientos años, pues la respuesta seria nadie.
Y sin embargo hoy nos siguen deleitando el relato que dejó escrito en sus Confesiones donde tantos personajes se han identificado con él viéndose en sus escritos, incluso los hay que han intentado escribir sus biografías contándonos sus relatos más obscenos y descarados, pero carecen de ese frescos que hay en buscar la verdad a través del espíritu y este encaminado en busca de su creador.
Este libro de la Confesiones de San Agustín quizás sea el más leído después de las Sagradas Escrituras, por ser un libro que cuando le das termino te entran ganas de comenzar otra vez a leerlo, eso es lo que le ha pasado a un servidor, y sobre todo me ha gustado leer el libro X de las confesiones en las que el coge el marchamo del oráculo del dintel del templo dedicado al dios del mar Delfos (Tu y tu mismo) lo cristianiza y lo complementa y recorrerá toda la Edad Media sin interrupción llegando hasta nuestros días, “ Conozca te a ti Señor, conocedor mío, conozca te a ti como soy conocido virtud de mi alma entra en ella y ajustala a ti para que la tengas y poseas sin mancha ni arruga”.
30-06-24
“ Atrévete a saber a fin de que la verdad te subyugue antes que el miedo” (de San Agustín de Tagaste, obispo de Hipona)
Había un dicho entre los antiguos que decía que el hombre no debía de hablar de él, ni para bueno ni para malo, esto cambió con el tiempo, porque lo que más libros a generado es el cultivo biográfico y es que las personas les gusta relatar algo de su vida sobre todo de su mocedad y de esto no se han librado las mentes más privilegiadas en el campo de la literatura.
Y es que el hombre tiene la necesidad de dejar algo tras de si para ser recordado y vemos por ejemplo Agustín de Tagaste, quién se acordaría de él después de más de mil quinientos años, pues la respuesta seria nadie.
Y sin embargo hoy nos siguen deleitando el relato que dejó escrito en sus Confesiones donde tantos personajes se han identificado con él viéndose en sus escritos, incluso los hay que han intentado escribir sus biografías contándonos sus relatos más obscenos y descarados, pero carecen de ese frescos que hay en buscar la verdad a través del espíritu y este encaminado en busca de su creador.
Este libro de la Confesiones de San Agustín quizás sea el más leído después de las Sagradas Escrituras, por ser un libro que cuando le das termino te entran ganas de comenzar otra vez a leerlo, eso es lo que le ha pasado a un servidor, y sobre todo me ha gustado leer el libro X de las confesiones en las que el coge el marchamo del oráculo del dintel del templo dedicado al dios del mar Delfos (Tu y tu mismo) lo cristianiza y lo complementa y recorrerá toda la Edad Media sin interrupción llegando hasta nuestros días, “ Conozca te a ti Señor, conocedor mío, conozca te a ti como soy conocido virtud de mi alma entra en ella y ajustala a ti para que la tengas y poseas sin mancha ni arruga”.
30-06-24