Reflexión
Estamos en época de grandes cambios a nivel Mundial.
Vemos que la democracia ha traído grandes libertades, pero también nos ha traído grandes peligros y es que la libertad mal entendida conlleva el peligro de los que no la aceptan.
Aunque el mundo cada vez se democratice más, pero todavía hay países que imperan los fanatismos de todas clases y subyugan al pueblo con sus leyes, infringiendo penas para todos aquellos ciudadanos que no cumpla con las leyes establecidas, la libertad algunas veces cuesta ríos de sangre y esto en el siglo veintiuno de nuestra era debería estar superado.
Pero el egoísmo es un pecado que hoy más que nunca no encuentra obstáculo para su desarrollo y vemos que el desenfreno y las drogas hacen estragos en la juventud que les ofrecen paraísos terrenales e ilusorios y una vez entrados en este redil es muy difícil salir de él.
Vivimos en un mundo sin valores espirituales sólo se piensa en llegar a la cima la que consiguen unos pocos la mayoría se queda por el camino de la frustración y es cuando el hombre busca el consuelo en los vendedores de ilusiones, que no son nada más que caminos de perdición, en muy difícil educar a una persona cuando llega a la edad de la pubertad, si antes no ha recibido una educación en el respeto de si mismo y en los que le acompañan, vemos que los gobiernos se esfuerza por dar una educación acorde a su ideología y aquí podíamos aplicar lo que dicen las sagradas escrituras, “ Si Dios no edifica, en vano se esfuerzan los que construyen”.
26-07-24
Estamos en época de grandes cambios a nivel Mundial.
Vemos que la democracia ha traído grandes libertades, pero también nos ha traído grandes peligros y es que la libertad mal entendida conlleva el peligro de los que no la aceptan.
Aunque el mundo cada vez se democratice más, pero todavía hay países que imperan los fanatismos de todas clases y subyugan al pueblo con sus leyes, infringiendo penas para todos aquellos ciudadanos que no cumpla con las leyes establecidas, la libertad algunas veces cuesta ríos de sangre y esto en el siglo veintiuno de nuestra era debería estar superado.
Pero el egoísmo es un pecado que hoy más que nunca no encuentra obstáculo para su desarrollo y vemos que el desenfreno y las drogas hacen estragos en la juventud que les ofrecen paraísos terrenales e ilusorios y una vez entrados en este redil es muy difícil salir de él.
Vivimos en un mundo sin valores espirituales sólo se piensa en llegar a la cima la que consiguen unos pocos la mayoría se queda por el camino de la frustración y es cuando el hombre busca el consuelo en los vendedores de ilusiones, que no son nada más que caminos de perdición, en muy difícil educar a una persona cuando llega a la edad de la pubertad, si antes no ha recibido una educación en el respeto de si mismo y en los que le acompañan, vemos que los gobiernos se esfuerza por dar una educación acorde a su ideología y aquí podíamos aplicar lo que dicen las sagradas escrituras, “ Si Dios no edifica, en vano se esfuerzan los que construyen”.
26-07-24
