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BELMONTE: BEATOS PEDRO RIVERA RIVERA, MARÍA DEL CARMEN MORENO...

BEATOS PEDRO RIVERA RIVERA, MARÍA DEL CARMEN MORENO BENITEZ, Y MARÍA AMPARO CARBONELL MUÑOZ, MÁRTIRES.
1 de Septiembre.

En Barcelona, España, beatos mártires Pedro Rivera, sacerdote de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, María del Carmen Moreno Benítez y María Amparo Carbonell Muñoz, vírgenes del Instituto de María Auxiliadora, los cuales en la persecución de las hordas republicanas contra la Iglesia, durante la guerra civil española,, conformados a la pasión de Cristo Esposo, alcanzaron el premio de la paz eterna.

Pedro Rivera nació en Villacreces (Palencia) en 1912. Ingresó en la Orden de los franciscanos conventuales en Granollers en septiembre de 1925. Estudió Filosofía en Barcelona y Ósimo; Teología en el convento de San Buenaventura, Roma, donde hizo la profesión solemne en 1933, y fue ordenado sacerdote en 1935.

Pasó a España, y fue nombrado guardián del convento de Granollers. Asesinado en Barcelona a finales de agosto o primeros de septiembre de 1936. Tenía 24 años.

No se conoce con certeza la forma de martirio que sufrió. Según afirman algunos, fue conducido a Montcada (Barcelona), donde lo tiraron vivo a un pozo, como hicieron con muchos, o lo fusilaron, y enterraron en el cementerio de la misma localidad. Otros sostienen que lo mataron en la carretera de l’Arrabassada de Barcelona. Mientras que unos terceros aseguran que su cuerpo, no saben si vivo o muerto, fue entregado como pasto y comida a una piara de cerdos que la FAI había instalado en el convento de San Elías, donde se encontraba la famosa checa.

No se ha podido saber nada más sobre la muerte de Pedro Rivera, ni se ha encontrado o identificado su cadáver. Es cierto, y ésta ha sido siempre la voz de la Provincia religiosa y de la gente que le conocía en Granollers y Barcelona, que fue asesinado por ser sacerdote y religioso.

María del Carmen Moreno nació en Villamartín (Cádiz) en 1885. Salesiana en 1908. Tras cursar el Magisterio y ejercerlo en diversas Casas, fue durante 9 años directora de Valverde del Camino (Huelva) donde apreció las virtudes de la beata sor Eusebia Palomino Yenes.

Era Vicaria de la Comunidad de Sarriá, en Barcelona, cuando la Guerra Civil le traería la muerte, junto a la compañera valenciana Amparo Carbonell Muñoz, con quien atendía a una hermana enferma con la que quedaron arriesgando su vida y una vez que el resto de religiosas se dispersó. Mártir en Barcelona.

María Amparo Carbonell nació en Alboraya, Valencia, en 1893. Humilde campesina, venció muchas dificultades hasta poder profesar en 1923. Trabajó en Sarriá como encargada de la granja, jardinera y ayudante del teatro, todo con sencillez y sacrificio, pues su salud no era buena.

La revolución de julio de 1936 sorprende a sor Amparo en la casa de Sarriá, junto a su Vicaria, sor Carmen Moreno, y otras 64 Hijas de María Auxiliadora, 52 profesas y 12 novicias, procedentes de toda España, que se encontraban realizando sus Ejercicios Espirituales. La casa estaba en peligro y, el 19 de julio, las religiosas y novicias que tenían familiares en Barcelona o en sus cercanías marcharon con ellos, mientras las restantes aceptaron la hospitalidad del señor Jarth, ciudadano alemán protestante, amigo de las hermanas, propietario de un chalet colindante con el Colegio.

El 21 de julio, la Generalitat incautó la casa y el colegio. El 7 de agosto, zarparon del puerto de Barcelona dos naves italianas, que pudieron abordar varias hermanas, en medio de angustias y dificultades. Pero sor Amparo permaneció junto a sor Carmen Moreno, encargada de la Casa, para ayudarla a cuidar a sor Carmen Xammar, recién operada de cáncer.

El 1° de setiembre, por la noche, una patrulla de milicianos entró al Chalet Jarth y arrestó a las tres religiosas. Las encerraron durante tres días en condiciones infrahumanas. Al ser interrogadas por el Tribunal Popular, ellas no negaron su condición de religiosas. Sor Carmen Xammar fue dejada en libertad. Pero Sor Amparo fue condenada a muerte, igual que sor Carmen Moreno.

El 6 de setiembre de 1936, sor Amparo y sor Carmen fueron fusiladas en el Hipódromo de Barcelona. Sus restos fueron llevados al Hospital Clínico, donde les hicieron fotografías y los incluyeron en un registro. Fueron identificados por tres exalumnas. Luego fueron extraviados, pues se desconoce su paradero.

El 11 de marzo de 2001, San Juan Pablo II las beatificó a los tres junto a los 253 mártires de la Guerra Civil española relacionados con la diócesis de Valencia..