Otoño
Estío se marchó con sus calores
a calentar praderas y montañas
en otro meridiano. En España
se engalanan los bosques de colores
efímeros, sutiles... precursores
de setas, boniatos y castañas.
Transportados del monte a la cabaña,
con placer, degustamos sus sabores.
Para sembrar el grano bajo tierra
tornan yunta y gañán a la besana.
Contemplando en la cercana sierra
el rojo y amarillo del madroño:
ornamento sin par de la mañana
diáfana y templada del otoño.
.........
Vestigios de furor, fuerza y bravura
que nos dicen adiós, son solapados
por albas de presentes sosegados,
repletos de ilusión y calentura.
Caminando por nueva singladura,
del deber laboral exonerados,
por devoción, nos vemos afanados:
inmersos en proyectos y aventuras.
Lo mismo que el membrillo y la granada
alcanzan su esplendor, y se sazonan,
¡cuántos en el otoño han conquistado
la meta perseguida y deseada!
Por tal razón, con emoción pregonan
que otoño debe ser magnificado.
Hoja de otoño
Hoja en otoño nacida
con vigor de primavera,
aunque no seas duradera,
te deseo dichosa vida.
Mi mente fue sorprendida
descubriéndote en la higuera,
que pervive en la ribera
de un río, que, hacia la mar,
camina sin descansar:
una estampa placentera.
Un paciente caracol,
desde otra hoja cercana,
en la templada mañana,
superado el arrebol,
tomando rayos de sol,
que no son de primavera,
con devoción te venera.
Se extasía, se recrea,
e implora, porque desea,
que tú, por siempre, vivieras.
Por contemplar tal belleza
interrumpo mi paseo.
Me acerco, observo, y veo
cuánto poder y grandeza
posee Naturaleza.
"" cuando madura el madroño,
en el avanzado otoño,
agonizando la hoja
entre tristeza y congoja,
vida da, a otro retoño. Otoño
Estío se marchó con sus calores
a calentar praderas y montañas
en otro meridiano. En España
se engalanan los bosques de colores
efímeros, sutiles... precursores
de setas, boniatos y castañas.
Transportados del monte a la cabaña,
con placer, degustamos sus sabores.
Para sembrar el grano bajo tierra
tornan yunta y gañán a la besana.
Contemplando en la cercana sierra
el rojo y amarillo del madroño:
ornamento sin par de la mañana
diáfana y templada del otoño.
.........
Vestigios de furor, fuerza y bravura
que nos dicen adiós, son solapados
por albas de presentes sosegados,
repletos de ilusión y calentura.
Caminando por nueva singladura,
del deber laboral exonerados,
por devoción, nos vemos afanados:
inmersos en proyectos y aventuras.
Lo mismo que el membrillo y la granada
alcanzan su esplendor, y se sazonan,
¡cuántos en el otoño han conquistado
la meta perseguida y deseada!
Por tal razón, con emoción pregonan
que otoño debe ser magnificado.
Hoja de otoño
Hoja en otoño nacida
con vigor de primavera,
aunque no seas duradera,
te deseo dichosa vida.
Mi mente fue sorprendida
descubriéndote en la higuera,
que pervive en la ribera
de un río, que, hacia la mar,
camina sin descansar:
una estampa placentera.
Un paciente caracol,
desde otra hoja cercana,
en la templada mañana,
superado el arrebol,
tomando rayos de sol,
que no son de primavera,
con devoción te venera.
Se extasía, se recrea,
e implora, porque desea,
que tú, por siempre, vivieras.
Por contemplar tal belleza
interrumpo mi paseo.
Me acerco, observo, y veo
cuánto poder y grandeza
posee Naturaleza.
Cuando madura el madroño,
en el avanzado otoño,
agonizando la hoja
entre tristeza y congoja,
vida da, a otro retoño.""""
Estío se marchó con sus calores
a calentar praderas y montañas
en otro meridiano. En España
se engalanan los bosques de colores
efímeros, sutiles... precursores
de setas, boniatos y castañas.
Transportados del monte a la cabaña,
con placer, degustamos sus sabores.
Para sembrar el grano bajo tierra
tornan yunta y gañán a la besana.
Contemplando en la cercana sierra
el rojo y amarillo del madroño:
ornamento sin par de la mañana
diáfana y templada del otoño.
.........
Vestigios de furor, fuerza y bravura
que nos dicen adiós, son solapados
por albas de presentes sosegados,
repletos de ilusión y calentura.
Caminando por nueva singladura,
del deber laboral exonerados,
por devoción, nos vemos afanados:
inmersos en proyectos y aventuras.
Lo mismo que el membrillo y la granada
alcanzan su esplendor, y se sazonan,
¡cuántos en el otoño han conquistado
la meta perseguida y deseada!
Por tal razón, con emoción pregonan
que otoño debe ser magnificado.
Hoja de otoño
Hoja en otoño nacida
con vigor de primavera,
aunque no seas duradera,
te deseo dichosa vida.
Mi mente fue sorprendida
descubriéndote en la higuera,
que pervive en la ribera
de un río, que, hacia la mar,
camina sin descansar:
una estampa placentera.
Un paciente caracol,
desde otra hoja cercana,
en la templada mañana,
superado el arrebol,
tomando rayos de sol,
que no son de primavera,
con devoción te venera.
Se extasía, se recrea,
e implora, porque desea,
que tú, por siempre, vivieras.
Por contemplar tal belleza
interrumpo mi paseo.
Me acerco, observo, y veo
cuánto poder y grandeza
posee Naturaleza.
"" cuando madura el madroño,
en el avanzado otoño,
agonizando la hoja
entre tristeza y congoja,
vida da, a otro retoño. Otoño
Estío se marchó con sus calores
a calentar praderas y montañas
en otro meridiano. En España
se engalanan los bosques de colores
efímeros, sutiles... precursores
de setas, boniatos y castañas.
Transportados del monte a la cabaña,
con placer, degustamos sus sabores.
Para sembrar el grano bajo tierra
tornan yunta y gañán a la besana.
Contemplando en la cercana sierra
el rojo y amarillo del madroño:
ornamento sin par de la mañana
diáfana y templada del otoño.
.........
Vestigios de furor, fuerza y bravura
que nos dicen adiós, son solapados
por albas de presentes sosegados,
repletos de ilusión y calentura.
Caminando por nueva singladura,
del deber laboral exonerados,
por devoción, nos vemos afanados:
inmersos en proyectos y aventuras.
Lo mismo que el membrillo y la granada
alcanzan su esplendor, y se sazonan,
¡cuántos en el otoño han conquistado
la meta perseguida y deseada!
Por tal razón, con emoción pregonan
que otoño debe ser magnificado.
Hoja de otoño
Hoja en otoño nacida
con vigor de primavera,
aunque no seas duradera,
te deseo dichosa vida.
Mi mente fue sorprendida
descubriéndote en la higuera,
que pervive en la ribera
de un río, que, hacia la mar,
camina sin descansar:
una estampa placentera.
Un paciente caracol,
desde otra hoja cercana,
en la templada mañana,
superado el arrebol,
tomando rayos de sol,
que no son de primavera,
con devoción te venera.
Se extasía, se recrea,
e implora, porque desea,
que tú, por siempre, vivieras.
Por contemplar tal belleza
interrumpo mi paseo.
Me acerco, observo, y veo
cuánto poder y grandeza
posee Naturaleza.
Cuando madura el madroño,
en el avanzado otoño,
agonizando la hoja
entre tristeza y congoja,
vida da, a otro retoño.""""