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El cuento del vinatero guasón
Había una vez un vinatero que tenia varios empleados porque así lo requiera la gran bodega que poseía, pues recogía toda la uva que daban la viñas de la comarca y un día se le ocurrió una idea brillante y quiso probar la fiabilidad de sus empleados y les dijo: me han traído un vino para que le de mi visto bueno y por ello he pensado en vosotros para que lo probéis y me digáis vuestra opinión, haremos la prueba el domingo próximo si Dios quiere no madrugaremos, esta prueba la haremos sobre las once de la mañana en la bodega que es donde dejaron el búcaro del vino que tenemos que probar.
Pues el vinatero que era un bribón congio la mañana le quito el agua a las aceitunas y la puso en un búcaro pequeño y cogió diez vasitos de esos del chato de vino que se utilizan en algunos bares,
Pues llegó las once de la mañana del domingo y todos los operarios se presentaron pues el mayor estaba entrando en los cincuenta años y el menos apenas contaba los quince años.
Y todos se pusieron en fila desde el mayor al más joven y el vinatero había llenado los diez vasos y empezó a darles el vaso de vino para que lo probaran el primero que era el de los cincuenta años después de beberse el vaso de vino dijo que era excelente, el segundo en edad después de beberse el vaso de vino dijo que estaba bien, el tercero dio su opinión y dijo que se podía beber porque entraba muy suave, el cuarto al beberse el vaso de vino que le había tocado hizo un guiño pero dio su aprobación, el quinto se lo bebió de dos tragos y dijo que se podía poner a la venta y que tendría éxito, el sexto dijo que estaba bien pero un poco repuntado, el séptimos dijo que este vino era de mesa por su refinamiento, el octavo dijo que le parecía bien y que tenia buen beber, el noveno a penas pudo apurar el vaso pero se lo bebió y cuando llegó el vaso que le tocaba beber al más joven nada más ponérselo en la boca escupió lo que se había bebido y dijo: JODER si esto es agua de aceitunas y el vinatero empezó a reírse y los demás hicieron lo mismo. Ja, ja, ja
Moraleja el niño y el viejo dicen la verdad
24-09-23
Había una vez un vinatero que tenia varios empleados porque así lo requiera la gran bodega que poseía, pues recogía toda la uva que daban la viñas de la comarca y un día se le ocurrió una idea brillante y quiso probar la fiabilidad de sus empleados y les dijo: me han traído un vino para que le de mi visto bueno y por ello he pensado en vosotros para que lo probéis y me digáis vuestra opinión, haremos la prueba el domingo próximo si Dios quiere no madrugaremos, esta prueba la haremos sobre las once de la mañana en la bodega que es donde dejaron el búcaro del vino que tenemos que probar.
Pues el vinatero que era un bribón congio la mañana le quito el agua a las aceitunas y la puso en un búcaro pequeño y cogió diez vasitos de esos del chato de vino que se utilizan en algunos bares,
Pues llegó las once de la mañana del domingo y todos los operarios se presentaron pues el mayor estaba entrando en los cincuenta años y el menos apenas contaba los quince años.
Y todos se pusieron en fila desde el mayor al más joven y el vinatero había llenado los diez vasos y empezó a darles el vaso de vino para que lo probaran el primero que era el de los cincuenta años después de beberse el vaso de vino dijo que era excelente, el segundo en edad después de beberse el vaso de vino dijo que estaba bien, el tercero dio su opinión y dijo que se podía beber porque entraba muy suave, el cuarto al beberse el vaso de vino que le había tocado hizo un guiño pero dio su aprobación, el quinto se lo bebió de dos tragos y dijo que se podía poner a la venta y que tendría éxito, el sexto dijo que estaba bien pero un poco repuntado, el séptimos dijo que este vino era de mesa por su refinamiento, el octavo dijo que le parecía bien y que tenia buen beber, el noveno a penas pudo apurar el vaso pero se lo bebió y cuando llegó el vaso que le tocaba beber al más joven nada más ponérselo en la boca escupió lo que se había bebido y dijo: JODER si esto es agua de aceitunas y el vinatero empezó a reírse y los demás hicieron lo mismo. Ja, ja, ja
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