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RELATO HISTORICO:

30 de Mayo San Fernando

“Por necesidad batallo
y una vez puesto en la silla
se va ensanchando castilla
al trote de mi caballo”,

de San Fernando III el Santo

El conocimiento oral, y los relatos contados por nuestros mayores nos llevan a tomar cariño a las personas valorándolas, e incluso en nuestras mentes las idealizamos y las tomamos como ejemplos a seguir:

El rey Fernando III, hijo de Berenguela y de Alfonso IX de León había oído contra a su Abuelo Alfonso VIII de Castilla muchas veces las hazañas de un soldado que combatió en la batalla de las NAVAS DE TOLOSA o (de la Losa) donde se dilucidaba el poderío de las tropas sarracenas contra las tropas cristianas.

Y que tomaron parte en tal evento los reyes cristianos de Castilla, León, Narrara y Aragón, alzándose con la victoria las tropas cristianas.

El heredero de los reinos de León y Castilla siendo príncipe le gustaba oír a su Abuelo Alfonso VIII resaltar la valentía de aquel soldado llamado Pedro Vargas, cuando se vio acosado por unos sarraceno que desgajando un tronco de oliva empezó a dar golpes contra los soldado que se le acercaba,

Viendo el rey Alfonso VIII tanta bizarría en aquel soldado exclamo MACHUCA, MACHUCA. (MACHACA, MACHACA) y con este apodo quedo bautizado Don Pedro Vargas, que desde aquella hora en adelante se llamaría Don Pedro Machuca Vargas.

El príncipe Fernando cuando llego a la mayoría de edad, y siendo rey quiso rendirle homenaje a tan gran soldado, y una mañana fresca del mes de Febrero cogiendo su caballo se traslado desde Sevilla a Jaén donde Don Pedro vivía en su Alqueria (finca o casa de campo) dedicándose a las faenas agrícolas y que por aquellas fechas Don Pedro Machuca Vargas eran bastante mayor.

Cuando llegó el rey Fernando III, a la Alquería de Don Pedro pregunto por él y le dijeron que había ido apodar sus viñas, entonces el rey picando espuela se dirigió a donde estaba Don Pedro, el cual estaba realizando la poda de sus viñedos, y el rey poniéndose detrás, empezó a recoger los sarmientos.

Cuando Don Pedro se levanto para limpiarse el sudor, quedo impresionado al ver que un joven vestido con vestiduras reales estaba recogiendo los sarmientos que él cortaba.

Don Pedro lo reconoció y exclamo ¡Majestad que hacéis! Ya los veis Don Pedro recogiendo los sarmientos que vos cortáis.

En aquel instante el rey pronuncio esa frase tan bonitas que ha recorrido tanto camino y que ha pasado a la historia ¡A tal podador tal sarmentador!

El reconocimiento:

Nos cuesta en el otro ver
La labor que este realiza
Desde la altura y el poder
El orgullo nos desvaloriza.

Mas cuando se humaniza
Y lo de arriba se vuelve llano
Todo lo pesado se desliza
Y al sencillo se le da la mano.

Que los tronos son de caña
Y están en arena movediza
Y la soberbia el amor empaña.

Es bueno crecer en humildad
Y sembrar de bien tus campos
Para no dejar crecer la vanidad.