Reflexión
El sueño
Esta noche pasada he tenido un agradable sueño y lo quiero recordar para traerlo a la memoria y deleitarme con él, era por estas fechas cuando me levanté temprano y me vestí y después me hice una yema con dos huevos batidos en un vaso y luego le añadi un buen chorro de vino tinto, pue aquel lunes tenía que ir a la aldea donde estaba de labrador como ya tengo dicho, antes de salir le pregunté a mi madre donde había dejado la boina la noche anterior pues, he sido siempre un despistado para algunas cosas.
Salí a la carretera montado en la bicicleta. Y comprobé que hacía una buena mañana, pero yo llevaba el pañuelo de la cabeza puesta para que no se me helaran la orejas, pues empecé a pedalear y entré enseguida en calor, pues tengo que decir que en aquellas fechas se me daba muy bien pedalear, y recuerdo que cuando me hice la prueba de esfuerzo en el hospital del Sagrado Corazón después de haberme dado la angina de pecho la doctora me dijo que si había montado en la bicicleta y le dije que sí y ella me dijo que se notaba.
Pues siguiendo con el viaje en a bicicleta con dirección a la aldea de Haro donde estaba de labrador, tuve que pasar por el pueblo de Villaescusa de Haro y todavía era de noche no se oía nada más que el ladrido de los perros que suelen aullar antes del Orto (la venida del día), pues seguí pedaleando y tuve que subir la cuesta de los Escurrizos antes de llegar a la Nava y se veía la casa del tío Justo y también le decían Casa Blanca porque estaba muy bien enjalbegada (Bloqueada) subí la cuesta otra vez antes de llegar a la cuesta de la Herradura que era todo bajada hasta que cogía la carreterilla que me llevaría a la aldea de Haro.
Al pasar a la carreterilla dejaba a mi izquierda el Molino Catapún que todavía molía en particular cebada, algunas noches bajábamos de la aldea al molino a echar una partida de cartas y ver la mozas que tenían que eran de nuestra edad y eran muy guapas, pues siguiendo con el relato después de pasar el molino era todo cuesta, en lo alto de la cuesta ésta el Castillo de Haro que no queda más que las ruinas abajo se encuentra la Presilla que es por donde pasaba el río Záncara y que alguna vez fuimos a bañarnos en el verano.
Al subir la cuesta se veía las casas de la aldea de Haro y era todo cuesta abajo y luego era todo llanura, pues cuando llegue a la aldea entonces empezaba a clarear la mañana en la puerta estaban lo mastines que se llamaban el Tremendo y el Sargento, menudo susto que me dieron aquel mismo año el día de la Purísima el día ocho de diciembre que me tocaba cuartel y tuve que ir por la mañana a la aldea desde Belmonte, pues estos dos mastines salieron a la carretera ladrando y veía que me comían y yo diciendo picho, picho y ellos no cedían pues llegaron a morder la bicicleta que me servía de parapetos, ves los perros por la noche no conocen ni a sus amos, pues yo estaba harto de echarles pan por el día.
Pues estando aquí ha tocado el despertador que eran las siete y me he tenido que levantar para preparar la merienda de mi hija que tenía que irse a trabajar.
14-10-24
El sueño
Esta noche pasada he tenido un agradable sueño y lo quiero recordar para traerlo a la memoria y deleitarme con él, era por estas fechas cuando me levanté temprano y me vestí y después me hice una yema con dos huevos batidos en un vaso y luego le añadi un buen chorro de vino tinto, pue aquel lunes tenía que ir a la aldea donde estaba de labrador como ya tengo dicho, antes de salir le pregunté a mi madre donde había dejado la boina la noche anterior pues, he sido siempre un despistado para algunas cosas.
Salí a la carretera montado en la bicicleta. Y comprobé que hacía una buena mañana, pero yo llevaba el pañuelo de la cabeza puesta para que no se me helaran la orejas, pues empecé a pedalear y entré enseguida en calor, pues tengo que decir que en aquellas fechas se me daba muy bien pedalear, y recuerdo que cuando me hice la prueba de esfuerzo en el hospital del Sagrado Corazón después de haberme dado la angina de pecho la doctora me dijo que si había montado en la bicicleta y le dije que sí y ella me dijo que se notaba.
Pues siguiendo con el viaje en a bicicleta con dirección a la aldea de Haro donde estaba de labrador, tuve que pasar por el pueblo de Villaescusa de Haro y todavía era de noche no se oía nada más que el ladrido de los perros que suelen aullar antes del Orto (la venida del día), pues seguí pedaleando y tuve que subir la cuesta de los Escurrizos antes de llegar a la Nava y se veía la casa del tío Justo y también le decían Casa Blanca porque estaba muy bien enjalbegada (Bloqueada) subí la cuesta otra vez antes de llegar a la cuesta de la Herradura que era todo bajada hasta que cogía la carreterilla que me llevaría a la aldea de Haro.
Al pasar a la carreterilla dejaba a mi izquierda el Molino Catapún que todavía molía en particular cebada, algunas noches bajábamos de la aldea al molino a echar una partida de cartas y ver la mozas que tenían que eran de nuestra edad y eran muy guapas, pues siguiendo con el relato después de pasar el molino era todo cuesta, en lo alto de la cuesta ésta el Castillo de Haro que no queda más que las ruinas abajo se encuentra la Presilla que es por donde pasaba el río Záncara y que alguna vez fuimos a bañarnos en el verano.
Al subir la cuesta se veía las casas de la aldea de Haro y era todo cuesta abajo y luego era todo llanura, pues cuando llegue a la aldea entonces empezaba a clarear la mañana en la puerta estaban lo mastines que se llamaban el Tremendo y el Sargento, menudo susto que me dieron aquel mismo año el día de la Purísima el día ocho de diciembre que me tocaba cuartel y tuve que ir por la mañana a la aldea desde Belmonte, pues estos dos mastines salieron a la carretera ladrando y veía que me comían y yo diciendo picho, picho y ellos no cedían pues llegaron a morder la bicicleta que me servía de parapetos, ves los perros por la noche no conocen ni a sus amos, pues yo estaba harto de echarles pan por el día.
Pues estando aquí ha tocado el despertador que eran las siete y me he tenido que levantar para preparar la merienda de mi hija que tenía que irse a trabajar.
14-10-24
Estimado amigo Agustin y familia. No me olvido de Chusqui y Renato.
Agustin, ya me has demostrado varias veces, que prefieres escribir y pegar cosas aquí en el Foro, antes que en el correo electrónico.
Por supuesto, que no lo critico, porque cada uno tenemos nuestras preferencias, y porque además, aunque sea lejos, te considero mi amigo.
Aunque no te lo diga, de vez en cuando entro en el Foro, y de vez en cuando, copio cosas tuyas, y luego les doy un toque mío, para poder pegarlas en el otro Foro con mi nombre, aunque las ideas primeras y principales me las has dado Tú.
También me gustan mucho, como siempre ha ocurrido, tus poesías. Ya no me las copio, pues sé que cuando quiero volver a leer alguna, están en el Foro. Y además, porque el libro que hice de poesías, ya lo cerré cuando te envié una copia.
Tus reflexiones, unas veces las leo y otras se me pasan, y como ocurre siempre, unas me gustan más que otras, aunque todas son curiosas e interesantes.
Algunas, ya las recuerdo de haberlas leído hace tiempo.
Por ejemplo esta de los dos huevos batidos. Creo que ya la leí hace timpo, pero también es posible que me la haya figurado, y no la hayas puesto nunca. Mi memoria tiene ya demasiados lunares.
Y esta del ocio, la voy a poner a mi forma, para pegarla en el otro Foro, eso sí, con mi nombre. Tu nombre, espero y deseo que sepas, que no aparece en ningún momento en ningún sitio. Para eso si que me considero un poco serio. Y debo de serlo contigo y con otros a los que también, aunque están lejos, los considero amigos, pues creo que tenemos muchas coas en común.
Por lo demás, decirte, que me envías de vez en cuando correos con cosas que no puedo ver, ya te lo he dicho en algún momento. Pero te lo repito para que sepas, que me gustaría saber lo que me envías, pero no tengo opción de verlo.
Lo más importante de todo, es que tanto Tú, como tus hijos, os encontréis muy bien.
Por cierto. ¿Cómo llevas el control del azúcar?
Un abrazo fuerte para Ti y tus hijos, y muchos recuerdos para Chusqui y Renato.
Paco
Agustin, ya me has demostrado varias veces, que prefieres escribir y pegar cosas aquí en el Foro, antes que en el correo electrónico.
Por supuesto, que no lo critico, porque cada uno tenemos nuestras preferencias, y porque además, aunque sea lejos, te considero mi amigo.
Aunque no te lo diga, de vez en cuando entro en el Foro, y de vez en cuando, copio cosas tuyas, y luego les doy un toque mío, para poder pegarlas en el otro Foro con mi nombre, aunque las ideas primeras y principales me las has dado Tú.
También me gustan mucho, como siempre ha ocurrido, tus poesías. Ya no me las copio, pues sé que cuando quiero volver a leer alguna, están en el Foro. Y además, porque el libro que hice de poesías, ya lo cerré cuando te envié una copia.
Tus reflexiones, unas veces las leo y otras se me pasan, y como ocurre siempre, unas me gustan más que otras, aunque todas son curiosas e interesantes.
Algunas, ya las recuerdo de haberlas leído hace tiempo.
Por ejemplo esta de los dos huevos batidos. Creo que ya la leí hace timpo, pero también es posible que me la haya figurado, y no la hayas puesto nunca. Mi memoria tiene ya demasiados lunares.
Y esta del ocio, la voy a poner a mi forma, para pegarla en el otro Foro, eso sí, con mi nombre. Tu nombre, espero y deseo que sepas, que no aparece en ningún momento en ningún sitio. Para eso si que me considero un poco serio. Y debo de serlo contigo y con otros a los que también, aunque están lejos, los considero amigos, pues creo que tenemos muchas coas en común.
Por lo demás, decirte, que me envías de vez en cuando correos con cosas que no puedo ver, ya te lo he dicho en algún momento. Pero te lo repito para que sepas, que me gustaría saber lo que me envías, pero no tengo opción de verlo.
Lo más importante de todo, es que tanto Tú, como tus hijos, os encontréis muy bien.
Por cierto. ¿Cómo llevas el control del azúcar?
Un abrazo fuerte para Ti y tus hijos, y muchos recuerdos para Chusqui y Renato.
Paco