REFLEXION
Google. poemas zafra
FLORILEGIO
NUNCA APAGÓ SU SED DE POSEER RIQUEZAS Y MANDO
Don Juan Pacheco, marques de Villena:
En 1454, muerto Juan II, Enrique IV se convirtió en rey de Castilla. Ascendía al poder en realidad, con el marqués de Villena Don Juan Pacheco y su hermano Don Pedro Girón. (estos dos hermanos son nacidos en Belmonte) La amistad con Portugal era buscada, desde antes de la muerte de Juan II, mediante el matrimonio de Enrique IV con una hermana del rey de Portugal Don Alfonso V.
Durante más de dos años, a partir de los pactos de Alfaro, Juan Pacheco gobernó arbitrariamente en Castilla. Lo poco que quedaba de autoridad real se disipó bajo la forma de pactos con los nobles, en pie de igualdad, las acciones del marqués de Villena no obedecían a otro programa que el de afirmarse él mismo en el poder. No pudo acabar con Beltrán de la Cueva, aunque limitó radicalmente sus aspiraciones, pero en cambio destruyó a otros posibles rivales como Miguel Lucas (otro gran hombre nacido en Belmonte) fue condestable de Castilla, que se retiro a Jaén.
La magna operación que en 1458 proyectaba era precisamente la de absorber en su patrimonio la herencia privada de don Álvaro que, por falta de herederos varones iba a recaer en una mujer, María de Luna, Pero la abuela de esta niña, Juana Pimentel, viuda del condestable, que demostrara ya indomable firmeza en 1453, llamó al primogénito de los Mendoza, le hizo atravesar la barrera de los soldados del marqués, ordenó que celebraran y, casi en su presencia, consumaron el matrimonio.
En 1457, al convocar a las Cortes, los impuestos crecieron. Pero Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo, pese a su parentesco con Pacheco, denuncio grandes fraudes en las cuentas de las rentas eclesiásticas aplicadas a la guerra de Granada, trabajo durante dos años para reconstruir una Liga de nobles: no se trataba tanto de derribar de su pedestal al marqués como de obligarle a este a que cumpliera los compromisos adquiridos en 1460, se decidió elaborar un programa de gobierno, con economía en los gastos, representación, nobiliaria y entrega del principado de Asturias al menor de los hijos de Juan II, Alfonso, que debía ser considerado como heredero.
Los Mendoza, los Álvarez de Toledo, los Enríquez, los Velasco, los Pimentel, los Stúñiga, los condes de Alba de Liste y los Manrique, se adhirieron, Cuando Juan II de Aragón anunció también que se sumaba, el marqués de Villena comprendió que había cometido un error y anunció a los nobles que estaba dispuesto a secundar en todo este programa.
A la muerte de Alfonso V (1458), Juan II fue reconocido como rey por todos los reinos de la comunidad aragonesa. Los secretos de Enrique IV, fueron muy mal guardados. El Almirante don Fadrique era padre de Juana Enríquez segunda esposa de Juan II rey de Aragón y madre de Don. Fernando el Católico esposo de la reina Doña Isabel de Castilla.
El Piropo
Que tienes tu guapa mujer
Que en tus pasos me inspiro
Y tu silueta yo dibujo y miro
Más de ti eso sólo puedo ver.
Y dentro de mi ser concibo
Un halago que le pongo letra
Y así el PIROPO nace sin treta
Que te lo digo porque lo vivo.
Sólo el cantoneo de tu talle
Y el olor de tu cuerpo me excita
Cuando pasas junto a mí en la calle.
Y digo ingrata fuiste naturaleza
Dando cuerpos bellos y esbeltos
Y a otros fealdad y pobreza.
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FLORILEGIO
NUNCA APAGÓ SU SED DE POSEER RIQUEZAS Y MANDO
Don Juan Pacheco, marques de Villena:
En 1454, muerto Juan II, Enrique IV se convirtió en rey de Castilla. Ascendía al poder en realidad, con el marqués de Villena Don Juan Pacheco y su hermano Don Pedro Girón. (estos dos hermanos son nacidos en Belmonte) La amistad con Portugal era buscada, desde antes de la muerte de Juan II, mediante el matrimonio de Enrique IV con una hermana del rey de Portugal Don Alfonso V.
Durante más de dos años, a partir de los pactos de Alfaro, Juan Pacheco gobernó arbitrariamente en Castilla. Lo poco que quedaba de autoridad real se disipó bajo la forma de pactos con los nobles, en pie de igualdad, las acciones del marqués de Villena no obedecían a otro programa que el de afirmarse él mismo en el poder. No pudo acabar con Beltrán de la Cueva, aunque limitó radicalmente sus aspiraciones, pero en cambio destruyó a otros posibles rivales como Miguel Lucas (otro gran hombre nacido en Belmonte) fue condestable de Castilla, que se retiro a Jaén.
La magna operación que en 1458 proyectaba era precisamente la de absorber en su patrimonio la herencia privada de don Álvaro que, por falta de herederos varones iba a recaer en una mujer, María de Luna, Pero la abuela de esta niña, Juana Pimentel, viuda del condestable, que demostrara ya indomable firmeza en 1453, llamó al primogénito de los Mendoza, le hizo atravesar la barrera de los soldados del marqués, ordenó que celebraran y, casi en su presencia, consumaron el matrimonio.
En 1457, al convocar a las Cortes, los impuestos crecieron. Pero Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo, pese a su parentesco con Pacheco, denuncio grandes fraudes en las cuentas de las rentas eclesiásticas aplicadas a la guerra de Granada, trabajo durante dos años para reconstruir una Liga de nobles: no se trataba tanto de derribar de su pedestal al marqués como de obligarle a este a que cumpliera los compromisos adquiridos en 1460, se decidió elaborar un programa de gobierno, con economía en los gastos, representación, nobiliaria y entrega del principado de Asturias al menor de los hijos de Juan II, Alfonso, que debía ser considerado como heredero.
Los Mendoza, los Álvarez de Toledo, los Enríquez, los Velasco, los Pimentel, los Stúñiga, los condes de Alba de Liste y los Manrique, se adhirieron, Cuando Juan II de Aragón anunció también que se sumaba, el marqués de Villena comprendió que había cometido un error y anunció a los nobles que estaba dispuesto a secundar en todo este programa.
A la muerte de Alfonso V (1458), Juan II fue reconocido como rey por todos los reinos de la comunidad aragonesa. Los secretos de Enrique IV, fueron muy mal guardados. El Almirante don Fadrique era padre de Juana Enríquez segunda esposa de Juan II rey de Aragón y madre de Don. Fernando el Católico esposo de la reina Doña Isabel de Castilla.
El Piropo
Que tienes tu guapa mujer
Que en tus pasos me inspiro
Y tu silueta yo dibujo y miro
Más de ti eso sólo puedo ver.
Y dentro de mi ser concibo
Un halago que le pongo letra
Y así el PIROPO nace sin treta
Que te lo digo porque lo vivo.
Sólo el cantoneo de tu talle
Y el olor de tu cuerpo me excita
Cuando pasas junto a mí en la calle.
Y digo ingrata fuiste naturaleza
Dando cuerpos bellos y esbeltos
Y a otros fealdad y pobreza.