Frases del día:
Quiero beber, pero no quiero deber
Quiero amar, y mi conciencia calmar
Quiero ayudar al que me necesite, aunque este no me visite
Quiero juntar palabras, mientras miro la cabras de la sierra
Que merito tiene querer, al que me él me quiere
LAS GRANZAS
Casi por regla general lo último que se recogía de la era, eran las GRANZAS que o bien en serillas o sacos el labrador solía guardarlas en la cámara, y luego las iba sacando poco a poco y se las echaba a las gallinas en él corra para que las fuese picoteando, y de esta forma las alimentaba, y le producían un ahorro.
Estas “ las Granzas” eran por decirlo de algunas forma los desperdicios que se iba acumulando del “ baleo “ en los ablientos, solían ser espigas enteras, granos que se habían quedado en la vaina, algunas que otro pernal de la trilla que se le había caído, y los nudos duros de la caña de la rama de trigo, todo esto acumulado eran las GRANZAS.
Las GRANZAS también hacían un ahorro a la casa, porque servía para alimentar a las gallinas, y la cerdo también el ama de casa lo alimentaba con los desperdicios de la cocina, como era la comida sobrante, las cáscaras de la naranja, la piel de la patata, etc, etc.
Todo en conjunto contribuía a la buena economía de la casa, en las grandes capitales de esto no se aprovecha el ama de casa, porque no suele tener animales que coman estos desperdicios.
No siempre se ha vivido como ahora, que nos quejamos (y con razón) estamos viviendo en la era de la abundancia, aunque padeciendo una CRISIS que han querido ocultarnos, esta, la CRISIS ha aflorado, porque estas cosas no se pueden ocultar.
Anécdota: es igual que aquella muchacha que era tan fuerte que aguanto todo el verano segando (fajada) estando embrazada, que lo oculto hasta que el niño pedía paso para salir del claustro materno de la MAMA. o como os tengo contado, aquel caso en el que un MOCETE, (un niño de 10 o 12 años) que echó un gato al cocido.
Cuando su madre echaba el caldo a la sopa aquel domingo: pronuncio la frase celebre “ SI NO CAE A LA SOPA, CAERÁ EN EL COCIDO” jolines, esto da lugar a soltar un JA, JA, JA, y aunque os parezca mentira, es una verdad como la rueda de un CARRO, lo que pasa es que un servidor ya sabéis su frase; SE DICE LA GRACIA DE LA DONCELLA, PERO NUNCA QUIEN ES ELLA, al buen entendedor como pocas palabras se aclara.
Quiero beber, pero no quiero deber
Quiero amar, y mi conciencia calmar
Quiero ayudar al que me necesite, aunque este no me visite
Quiero juntar palabras, mientras miro la cabras de la sierra
Que merito tiene querer, al que me él me quiere
LAS GRANZAS
Casi por regla general lo último que se recogía de la era, eran las GRANZAS que o bien en serillas o sacos el labrador solía guardarlas en la cámara, y luego las iba sacando poco a poco y se las echaba a las gallinas en él corra para que las fuese picoteando, y de esta forma las alimentaba, y le producían un ahorro.
Estas “ las Granzas” eran por decirlo de algunas forma los desperdicios que se iba acumulando del “ baleo “ en los ablientos, solían ser espigas enteras, granos que se habían quedado en la vaina, algunas que otro pernal de la trilla que se le había caído, y los nudos duros de la caña de la rama de trigo, todo esto acumulado eran las GRANZAS.
Las GRANZAS también hacían un ahorro a la casa, porque servía para alimentar a las gallinas, y la cerdo también el ama de casa lo alimentaba con los desperdicios de la cocina, como era la comida sobrante, las cáscaras de la naranja, la piel de la patata, etc, etc.
Todo en conjunto contribuía a la buena economía de la casa, en las grandes capitales de esto no se aprovecha el ama de casa, porque no suele tener animales que coman estos desperdicios.
No siempre se ha vivido como ahora, que nos quejamos (y con razón) estamos viviendo en la era de la abundancia, aunque padeciendo una CRISIS que han querido ocultarnos, esta, la CRISIS ha aflorado, porque estas cosas no se pueden ocultar.
Anécdota: es igual que aquella muchacha que era tan fuerte que aguanto todo el verano segando (fajada) estando embrazada, que lo oculto hasta que el niño pedía paso para salir del claustro materno de la MAMA. o como os tengo contado, aquel caso en el que un MOCETE, (un niño de 10 o 12 años) que echó un gato al cocido.
Cuando su madre echaba el caldo a la sopa aquel domingo: pronuncio la frase celebre “ SI NO CAE A LA SOPA, CAERÁ EN EL COCIDO” jolines, esto da lugar a soltar un JA, JA, JA, y aunque os parezca mentira, es una verdad como la rueda de un CARRO, lo que pasa es que un servidor ya sabéis su frase; SE DICE LA GRACIA DE LA DONCELLA, PERO NUNCA QUIEN ES ELLA, al buen entendedor como pocas palabras se aclara.