Google. Poemas zafra
Haber si lo logro, hacer este prologo
El águila encerraba a las perdices en el majano, y Andrés las cogía con la mano
Trabajo a destajo, porque así la faena aventajo
En él atroje de su cámara, el labriego el trigo coge
Apunto me voy, y cuando llego a casa un beso a la mujer doy
El buen paño en arca cerrada se vendía, esto era antes, ahora la propaganda se hace de día
La reflexión:
Cierto día me llego un comentario de un escritor que guarda relación con el pueblo de BELMONTE y por curiosidad de saber algo más de lo que este había tratado en su libro me acerque a varias Bibliotecas hasta que en una de ellas tenían el libro que un servidor iba buscando titulado EL CONDE LUCANOR escrito por Don Juan Manuel.
Es un libro de mediano volumen escrito en un romance bastante florido y he de confesar que lo leí con mucho ganas y deleitándome por su forma de tratar las cosas en cuentos, consejos y moralejas, hay quien asegura que este libro lo escribió en el Palacete que tenia Don Juan Manuel en BELMONTE y que luego sería hogar de los PACHECOS y más tarde convertido en convento de monjitas de clausura hasta que estas en el año 1953 aproximadamente salían para OLMEDO (AVILA) y el edificio vino a la ruina.
Hoy sé esta construyendo un parador turístico en la misma ubicación de este PALACETE.
He de decir que me gusta él genero narrativo y la biografía muy en particular, pues no digamos nada de la historia que también me ha deleitado debido a mi mucha imaginación para representarme mentalmente los episodios.
De este escritor llego a la conclusión de que supo representar muy bien a los de su clase social, no así a la gente humilde la cual según su criterio eran menguados de entendederas, y según los veía Don Juan Manuel tendrían muchas dificultades para alcanzar la vida eterna.
Pero Don Juan Manuel contra todo pronostico escribió para que la historia lo recordara, y hoy quizás la vida le haya dado la razón, porque se le conoce más por lo que dejo escrito que por su posición social y esta estuvo a la altura de la realeza de aquel tiempo.
Pues no en vano de su muslo salieron princesas y reyes de varias casas reales de Europa y su hija Juana al casarse con Enrique II, hijo bastardo del rey Alfonso XI, dio carta de legitimidad al primer rey de la casa bastarda de Trastámara.
Don Juan Manuel fue hijo del infante Manuel, hermano del rey Alfonso X, y nieto de del rey Fernando III el Santo.
Este Enrique II, llamado el de las MERCEDES, fue el que en los campos de Montiel quito la vida a su hermano y rey Don Pedro I el Cruel, ayudado por un capitán mercenario llamado Duguesclin el cual pronunciara aquella triste frase celebre “Ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor”.
Vemos que todo el que en esta vida hace algo es motivado por una fuerza interior para llevar a cabo la Idea que bulle en su pensamiento, al igual que el labrador que barbechando bien y dejándose el sudo en la honda cree que llegará a tener buenas cosechas.
Pero vemos que luego después de haber realizado todo el trabajo le falta lo principal, que el tiempo le venga propicio y no le estropeé las cosechas, como muchas veces pasa para nuestra desgracia.
Haber si lo logro, hacer este prologo
El águila encerraba a las perdices en el majano, y Andrés las cogía con la mano
Trabajo a destajo, porque así la faena aventajo
En él atroje de su cámara, el labriego el trigo coge
Apunto me voy, y cuando llego a casa un beso a la mujer doy
El buen paño en arca cerrada se vendía, esto era antes, ahora la propaganda se hace de día
La reflexión:
Cierto día me llego un comentario de un escritor que guarda relación con el pueblo de BELMONTE y por curiosidad de saber algo más de lo que este había tratado en su libro me acerque a varias Bibliotecas hasta que en una de ellas tenían el libro que un servidor iba buscando titulado EL CONDE LUCANOR escrito por Don Juan Manuel.
Es un libro de mediano volumen escrito en un romance bastante florido y he de confesar que lo leí con mucho ganas y deleitándome por su forma de tratar las cosas en cuentos, consejos y moralejas, hay quien asegura que este libro lo escribió en el Palacete que tenia Don Juan Manuel en BELMONTE y que luego sería hogar de los PACHECOS y más tarde convertido en convento de monjitas de clausura hasta que estas en el año 1953 aproximadamente salían para OLMEDO (AVILA) y el edificio vino a la ruina.
Hoy sé esta construyendo un parador turístico en la misma ubicación de este PALACETE.
He de decir que me gusta él genero narrativo y la biografía muy en particular, pues no digamos nada de la historia que también me ha deleitado debido a mi mucha imaginación para representarme mentalmente los episodios.
De este escritor llego a la conclusión de que supo representar muy bien a los de su clase social, no así a la gente humilde la cual según su criterio eran menguados de entendederas, y según los veía Don Juan Manuel tendrían muchas dificultades para alcanzar la vida eterna.
Pero Don Juan Manuel contra todo pronostico escribió para que la historia lo recordara, y hoy quizás la vida le haya dado la razón, porque se le conoce más por lo que dejo escrito que por su posición social y esta estuvo a la altura de la realeza de aquel tiempo.
Pues no en vano de su muslo salieron princesas y reyes de varias casas reales de Europa y su hija Juana al casarse con Enrique II, hijo bastardo del rey Alfonso XI, dio carta de legitimidad al primer rey de la casa bastarda de Trastámara.
Don Juan Manuel fue hijo del infante Manuel, hermano del rey Alfonso X, y nieto de del rey Fernando III el Santo.
Este Enrique II, llamado el de las MERCEDES, fue el que en los campos de Montiel quito la vida a su hermano y rey Don Pedro I el Cruel, ayudado por un capitán mercenario llamado Duguesclin el cual pronunciara aquella triste frase celebre “Ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor”.
Vemos que todo el que en esta vida hace algo es motivado por una fuerza interior para llevar a cabo la Idea que bulle en su pensamiento, al igual que el labrador que barbechando bien y dejándose el sudo en la honda cree que llegará a tener buenas cosechas.
Pero vemos que luego después de haber realizado todo el trabajo le falta lo principal, que el tiempo le venga propicio y no le estropeé las cosechas, como muchas veces pasa para nuestra desgracia.