Bonita fotonocturna de la iglesia desde la placita. Las calles estrechas que la rodean no la desvelan hasta dar con ella. El sonido de sus campanas se oye desde las huertas, pueblo abajo, pegado al río o desde las alturas de las ruinas de su castillo, mirador privilegiado de todo el valle. El antiguo frontón a la derecha de la iglesia, donde los chicos venían a jugar, ha dejado sitio a una sala de deportes.