MIS PASEOS POR BUCIEGAS
Apenas he dejado atrás las últimas casas del pueblo, aparece ante mi vista una gran noguera de porte vigoroso y hojas recién brotadas de color rojizo, que contienen en esa fase inicial, un aroma intenso y agradable que se aprecia al estrujarlas.
Se usa como medicina popular. En Albacete y Cuenca, con las hojas se hacían cocimientos para lavados vaginales en caso de infecciones y en forma de friegas para problemas de artrosis y reúma. Infusiones de hojas cocidas para los casos de azúcar en sangre, tomadas durante nueve días y para el colesterol. Se han de tomar en ayunas, tal sucedía en la zona de Cañete. Comer nueces refuerza la memoria y calman los dolores de barriga, así lo creían en localidades de Albacete. En las provincias de Albacete y Cuenca existe la creencia de que llevar en el bolsillo o poner debajo de la almohada nueces “de tres carreras” (con una sutura extra en la cáscara) hacía que desaparecieran los dolores de cabeza.
Según avanzo me encuentro con pequeños encinares, alfombrados por verdes praderas y tierras de labor, vestigios sobrevivientes de tiempos mejores, cuando todavía no había hecho su aparición la concentración parcelaria; la cocción del fruto, brotes tiernos y corteza de este árbol, se ha empleado en toda Castilla La Mancha para cortar las diarreas, para calmar el dolor de muelas, haciendo enjuagues de boca, para tratar la ciática, sanar contusiones y otros tipos de inflamaciones musculares, aplicando paños calientes, así como tomando infusiones para calmar los resfriados; en zonas de Albacete y Cuenca, las bellotas las consumían las parturientas para producir más leche.
En las laderas que encuentro a ambos lados de mi camino, hay pequeñas masas forestales de pinos, de un verde triste y descolorido, producto de repoblaciones pasadas y que no acaban de adaptarse a estos suelos y entorno.
Todas las partes del pino tienen efectos saludables: las hojas se usan en tisana junto con laurel y romero para expulsar las lombrices intestinales y aplicando los vahos para curar problemas respiratorios, como “el pecho cargao”.
El cocimiento de la corteza o curtío se usa como enjuagues para el dolor de muelas.
La flor forma parte de algunas tisanas, mezcladas con otras plantas destinadas a expulsar los cálculos renales.
La resina en Cuenca la usaban para desinfectar los “granos feos” poniendo unas gotas de resina encima de éstos a modo de cataplasma.
Inicio una pequeña subida, escoltado por algunos pinos, carrascas y chaparros, y al final, alcanzo una extensa planicie, paraje denominado La Muela, cuna compartida entre olivos y algunas higueras, árbol que ya recolectaban los egipcios hace más de 4500 años.
Me planto delante de una de las higueras, hermoso ejemplar de amplia copa y sombra reparadora. Viene a mi mente la poesía de Juana Ibarbourou y no puedo reprimir el deseo de declamarle algunas estrofas que aquí reproduzco:
Porque eres áspera y fea,
porque todas tus ramas son grises,
yo te tengo piedad, amiga higuera.
----------------------
… cada vez que yo paso a tu lado,
digo, procurando hacer dulce y alegre mi acento:
- Eres tú, higuera, el más bello
de los árboles todo del huerto.
----------------------
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique tu copa,
embriagada de gozo le cuentes:
- Hoy a mi me dijeron hermosa.
Según el Génesis, Adán y Eva, después de comer de la fruta prohibida y viendo que estaban desnudos, cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos cinturones, porque les daba vergüenza presentarse así ante Yavé Dios. Según varios pasajes del Antiguo Testamento, la higuera es imagen de paz y seguridad.
En algunas culturas, los higos los utilizaban en rituales sagrados.
Tiene propiedades curativas: su ingestión evita el estreñimiento, cura el reumatismo. La infusión de higos secos sirve para tratar resfriados, tos o bronquitis.
El látex de sus hojas es eficaz para quitar las verrugas.
El olivo se conoce hace más de 6000 años y en la Península Ibérica se cultiva desde hace unos 2500 años.
Es considerado el símbolo de la paz y sabiduría.
La paloma que soltó Noé tras el diluvio, volvió al Arca con una ramita de olivo.
Tiene muchas aplicaciones medicinales, utilizando hojas, fruto y aceite.
Tomando una infusión de hojas, a ser posible de número impar, tres veces al día en ayunas y durante un novenario, sirve para bajar la tensión arterial. También se emplea como diurético. Cuando las aceitunas están muy maduras se ponen a macerar en aceite y luego se comen cuando ataca el reúma. Si echas unas gotas de aceite de oliva en un tazón de agua su reacción te indicará si existe o no mal de ojo. Si el aceite se extiende sobre el agua sin formar una única mancha se considera una señal de mal de ojo, pero si las gotas quedan concentradas, no existe esta enfermedad.
En la salida de los dientes de los bebés y para calmar el dolor se han de frotar suavemente sus encías con aceite de oliva. Se aplica también sobre las quemaduras leves para facilitar su curación y cicatrización. En los dolores de vientre y “asientos” se masajeaba el vientre con aceite de oliva.
Se consigue un cuerpo más flexible en los atletas si se frotan los músculos con aceite después de las carreras. Se reducen los casos de cáncer de mama tomando aceite de oliva virgen.
Tienen bastantes más usos que serían imposibles de enumerar.
Según avanzo en mi caminar, aparece ante mí un campo de almendros en flor que embellecen el paisaje y perfuman el entorno. La primavera llama a la puerta y luego a comienzos del otoño es el tiempo de la recolección del fruto y el árbol cambia de aspecto, va perdiendo la hoja y aparece como áspero y agresivo.
Las almendras, imprescindibles en dulce, repostería y diversos platos de cocina, son además ricas en aceite, proteínas, vitaminas y sustancias minerales. Según la medicina popular, a las “almendras melgas” (dobles) se les considera eficaces amuletos y remedios contra los dolores de cabeza y muelas llevándolas en el bolsillo. Los granos del acné juvenil se trataban lavándose la cara con un líquido obtenido al cocer almendras amargas.
En los ribazos del camino descubro la ajedrea o morquera con sus pequeñas flores blancas que desprende un fuerte aroma. Además de usarse como condimento para arreglar las aceitunas, tiene infinidad de usos medicinales: el preparado de infusión para eliminar las lombrices, tomándola dos o tres veces al día; también para curar el malestar general, mezcladas con tomillo y manzanilla. Estos remedios los usaban en zonas de la Serranía de Cuenca.
Se utilizaba así mismo para problemas respiratorios, gastrointestinales, inapetencia… en uso externo, para limpieza de heridas, quemaduras, otitis…
Cuando voy terminando mi recorrido y junto al lavadero, me quedo observando los huertos, pequeñísimas parcelas, pero muy productivas, con toda su variedad de hortalizas y verduras. Me llama especialmente la atención una especie de hierba que no sé qué es, pero desprende un aroma muy agradable.
Pregunto y me dicen que es orégano y para qué sirve: tiene un montón de usos medicinales, como por ejemplo, curar los refriados solo o con miel, formando parte de alguna tisana; dolores de garganta; tomando su infusión antes de las comidas para hacer bien la digestión.
En algunas localidades de la Serranía de Cuenca, se prepara un cocimiento que se toma en ayunas y durante un novenario para problemas de hígado.
Además de su uso medicinal, esta planta es muy apreciada como condimento culinario, por ejemplo, se añade a los adobos, en preparaciones de carne de caza, en diversos tipos de embutidos, en ensaladas, en las pizzas, en la elaboración de licores…
Aquí acaba mi paseo y mi relato, no sin antes aconsejar que ahora sería el momento de volver a la medicina natural, puesto que la Consejería de Sanidad adeuda a las farmacias una buena cantidad de euros, lo que puede dar motivo a su posible desabastecimiento.
Ángel Martínez Moya
Apenas he dejado atrás las últimas casas del pueblo, aparece ante mi vista una gran noguera de porte vigoroso y hojas recién brotadas de color rojizo, que contienen en esa fase inicial, un aroma intenso y agradable que se aprecia al estrujarlas.
Se usa como medicina popular. En Albacete y Cuenca, con las hojas se hacían cocimientos para lavados vaginales en caso de infecciones y en forma de friegas para problemas de artrosis y reúma. Infusiones de hojas cocidas para los casos de azúcar en sangre, tomadas durante nueve días y para el colesterol. Se han de tomar en ayunas, tal sucedía en la zona de Cañete. Comer nueces refuerza la memoria y calman los dolores de barriga, así lo creían en localidades de Albacete. En las provincias de Albacete y Cuenca existe la creencia de que llevar en el bolsillo o poner debajo de la almohada nueces “de tres carreras” (con una sutura extra en la cáscara) hacía que desaparecieran los dolores de cabeza.
Según avanzo me encuentro con pequeños encinares, alfombrados por verdes praderas y tierras de labor, vestigios sobrevivientes de tiempos mejores, cuando todavía no había hecho su aparición la concentración parcelaria; la cocción del fruto, brotes tiernos y corteza de este árbol, se ha empleado en toda Castilla La Mancha para cortar las diarreas, para calmar el dolor de muelas, haciendo enjuagues de boca, para tratar la ciática, sanar contusiones y otros tipos de inflamaciones musculares, aplicando paños calientes, así como tomando infusiones para calmar los resfriados; en zonas de Albacete y Cuenca, las bellotas las consumían las parturientas para producir más leche.
En las laderas que encuentro a ambos lados de mi camino, hay pequeñas masas forestales de pinos, de un verde triste y descolorido, producto de repoblaciones pasadas y que no acaban de adaptarse a estos suelos y entorno.
Todas las partes del pino tienen efectos saludables: las hojas se usan en tisana junto con laurel y romero para expulsar las lombrices intestinales y aplicando los vahos para curar problemas respiratorios, como “el pecho cargao”.
El cocimiento de la corteza o curtío se usa como enjuagues para el dolor de muelas.
La flor forma parte de algunas tisanas, mezcladas con otras plantas destinadas a expulsar los cálculos renales.
La resina en Cuenca la usaban para desinfectar los “granos feos” poniendo unas gotas de resina encima de éstos a modo de cataplasma.
Inicio una pequeña subida, escoltado por algunos pinos, carrascas y chaparros, y al final, alcanzo una extensa planicie, paraje denominado La Muela, cuna compartida entre olivos y algunas higueras, árbol que ya recolectaban los egipcios hace más de 4500 años.
Me planto delante de una de las higueras, hermoso ejemplar de amplia copa y sombra reparadora. Viene a mi mente la poesía de Juana Ibarbourou y no puedo reprimir el deseo de declamarle algunas estrofas que aquí reproduzco:
Porque eres áspera y fea,
porque todas tus ramas son grises,
yo te tengo piedad, amiga higuera.
----------------------
… cada vez que yo paso a tu lado,
digo, procurando hacer dulce y alegre mi acento:
- Eres tú, higuera, el más bello
de los árboles todo del huerto.
----------------------
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique tu copa,
embriagada de gozo le cuentes:
- Hoy a mi me dijeron hermosa.
Según el Génesis, Adán y Eva, después de comer de la fruta prohibida y viendo que estaban desnudos, cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos cinturones, porque les daba vergüenza presentarse así ante Yavé Dios. Según varios pasajes del Antiguo Testamento, la higuera es imagen de paz y seguridad.
En algunas culturas, los higos los utilizaban en rituales sagrados.
Tiene propiedades curativas: su ingestión evita el estreñimiento, cura el reumatismo. La infusión de higos secos sirve para tratar resfriados, tos o bronquitis.
El látex de sus hojas es eficaz para quitar las verrugas.
El olivo se conoce hace más de 6000 años y en la Península Ibérica se cultiva desde hace unos 2500 años.
Es considerado el símbolo de la paz y sabiduría.
La paloma que soltó Noé tras el diluvio, volvió al Arca con una ramita de olivo.
Tiene muchas aplicaciones medicinales, utilizando hojas, fruto y aceite.
Tomando una infusión de hojas, a ser posible de número impar, tres veces al día en ayunas y durante un novenario, sirve para bajar la tensión arterial. También se emplea como diurético. Cuando las aceitunas están muy maduras se ponen a macerar en aceite y luego se comen cuando ataca el reúma. Si echas unas gotas de aceite de oliva en un tazón de agua su reacción te indicará si existe o no mal de ojo. Si el aceite se extiende sobre el agua sin formar una única mancha se considera una señal de mal de ojo, pero si las gotas quedan concentradas, no existe esta enfermedad.
En la salida de los dientes de los bebés y para calmar el dolor se han de frotar suavemente sus encías con aceite de oliva. Se aplica también sobre las quemaduras leves para facilitar su curación y cicatrización. En los dolores de vientre y “asientos” se masajeaba el vientre con aceite de oliva.
Se consigue un cuerpo más flexible en los atletas si se frotan los músculos con aceite después de las carreras. Se reducen los casos de cáncer de mama tomando aceite de oliva virgen.
Tienen bastantes más usos que serían imposibles de enumerar.
Según avanzo en mi caminar, aparece ante mí un campo de almendros en flor que embellecen el paisaje y perfuman el entorno. La primavera llama a la puerta y luego a comienzos del otoño es el tiempo de la recolección del fruto y el árbol cambia de aspecto, va perdiendo la hoja y aparece como áspero y agresivo.
Las almendras, imprescindibles en dulce, repostería y diversos platos de cocina, son además ricas en aceite, proteínas, vitaminas y sustancias minerales. Según la medicina popular, a las “almendras melgas” (dobles) se les considera eficaces amuletos y remedios contra los dolores de cabeza y muelas llevándolas en el bolsillo. Los granos del acné juvenil se trataban lavándose la cara con un líquido obtenido al cocer almendras amargas.
En los ribazos del camino descubro la ajedrea o morquera con sus pequeñas flores blancas que desprende un fuerte aroma. Además de usarse como condimento para arreglar las aceitunas, tiene infinidad de usos medicinales: el preparado de infusión para eliminar las lombrices, tomándola dos o tres veces al día; también para curar el malestar general, mezcladas con tomillo y manzanilla. Estos remedios los usaban en zonas de la Serranía de Cuenca.
Se utilizaba así mismo para problemas respiratorios, gastrointestinales, inapetencia… en uso externo, para limpieza de heridas, quemaduras, otitis…
Cuando voy terminando mi recorrido y junto al lavadero, me quedo observando los huertos, pequeñísimas parcelas, pero muy productivas, con toda su variedad de hortalizas y verduras. Me llama especialmente la atención una especie de hierba que no sé qué es, pero desprende un aroma muy agradable.
Pregunto y me dicen que es orégano y para qué sirve: tiene un montón de usos medicinales, como por ejemplo, curar los refriados solo o con miel, formando parte de alguna tisana; dolores de garganta; tomando su infusión antes de las comidas para hacer bien la digestión.
En algunas localidades de la Serranía de Cuenca, se prepara un cocimiento que se toma en ayunas y durante un novenario para problemas de hígado.
Además de su uso medicinal, esta planta es muy apreciada como condimento culinario, por ejemplo, se añade a los adobos, en preparaciones de carne de caza, en diversos tipos de embutidos, en ensaladas, en las pizzas, en la elaboración de licores…
Aquí acaba mi paseo y mi relato, no sin antes aconsejar que ahora sería el momento de volver a la medicina natural, puesto que la Consejería de Sanidad adeuda a las farmacias una buena cantidad de euros, lo que puede dar motivo a su posible desabastecimiento.
Ángel Martínez Moya