Foto cortesía de Rosi
Laguna de la Gitana o de La
Cruz
La laguna de la Gitana también recibe el nombre de laguna de la Cruz. Se trata de uno de los pocos
lagos meromícticos existentes en
España: esta rara característica química es propia de
lagunas ubicadas sobre terrenos en los cuales las
aguas del fondo de la laguna no se mezclan nunca con las de la parte superior. En el caso de la Laguna de la Cruz, la zona de interfase se sitúa alrededor de los 13 m de profundidad. Así, se convierte en el hábitat ideal para una rara microfauna a la que pertenece un especie endémica, por lo que es objeto de múltiples estudios y publicaciones especializadas realizadas por la Unidad de Limnología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de
Valencia.
En esta laguna, también se da en algunos
veranos el llamado "fenómeno blanco" por los lugareños. Se trata del cambio de
color que se produce en el
agua de la laguna durante una semana al año, generalmente la segunda quincena de julio, pasando del color azul verdoso a azul blanquecino lechoso y perdiendo la transparencia del agua, más parecida en el punto álgido del fenómeno blanco a la horchata. Este fenómeno no es más que la precipitación química del carbonato magnésico y del carbonato cálcico en forma de cristales de dolomita y calcita por causa de la producción fotosintética del fitoplancton que crece en la laguna durante el
verano.
Por ser la laguna más próxima a la
carretera es también la más expuesta a las agresiones de los visitantes, que por falta de conciencia ecológica o de
información la utilizan como
piscina, convierten en un basurero los alrededores, y degradan irremediablemente el ecosistema, aunque las capas profundas de la zona estratificada son difícilmente alterables por los visitantes. Mucho más peligroso es el alarmante descenso del nivel del agua experimentado por esta y otras lagunas en los últimos veinte años, de cerca de cinco metros, y el creciente uso turístico de la zona.