¿Dime tirano monstruo, di hasta cuando
sanguinaria, iras siguiendo
con venenosa lengua, y silvo horendo
Al merito inocente, el aire inchando
con rujido tremendo?
! Ay, cuanto fuego por los ojos viertes
cuando el objeto de virtud divisas ¡
¿por que es tanta la colera que atizas
que manifiestas los incendios fuertes
hasta en tus propias risas?
Al ver la oreja dicha, lastimada
hasta el cielo levantas fuerte grito:
el publico placer te da conflicto,
y en oyendo un elogio, ecsasperado
huyes con tu delito.
Tu, como siempre indigno por el suelo
o gusano que sale del capullo
te arrastras cautivando con murmullo
partidarios, y al fin Mongibelo
se deja ver tu orgullo.
Yo, bramando te vi seguir las huellas
del que entraba en el Templo de la gloria
por marchitar su lauro y su memoria,
y vi que la virtud con luces bellas
malogro tu victoria.
Tu nombras el valor atrevimiento,
a la austera virtud hipocresia,
crasa ignorancia a la sabiduria,
y vil adulador, el hombre atento
que muestra cortesia.
Nunca confiesas tu delito, pero
tu aireada frente y arrugadas cejas,
tu rostro macilento, y mustias y quejas
son distintivos del dolor severo
con que abrumar te dejas.
¡O enemiga mortal de las virtudes ¡
si el dolor de tu crimen va contigo,
y en ti propia se libra tu castigo
¿por que sufres horendas inquietudes
hiriendo al que es tu amigo?
Por mucho que te inquiete la congoja
ningun bien te procuras con tu saña
por que en tanto que siembras la zizaña
cuando muerde rabiosa al que te enoja
tu corazon se daña.
Y como el can de la mansion oscura
que ladra estremeciendo la cadena
por romperla, y los ambitos atruena,
a si te ajitas, y en tu cuello dura
el dogal de tu pena
Brama, no importa que tu agudo diente
muerda mi nombre con voraz venganza,
que yo para triunfar de tu pujanza
No preparo otro escudo, vil serpiente
que mi dulce templanza.
FIN
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