A este paraje se le denomina «El Postigo» y se extiende bajo las
murallas del
casco antiguo, lo que lo hace todavía más espectacular. Inevitablemente, el ambiente se vuelve más fresco, ya que nos metemos en una zona con generosas
sombras y abundante vegetación de ribera. El
agua es pura y cristalina y todo está muy verde y frondoso. Esta senda está rodeada en todo momento por una valla de madera, que nos acompañará por el recorrido que trascurre a orillas del riachuelo.
Por este tramo podemos ver algunas
casas colgadas y muy antiguas que permanecen caprichosas y desafiando a la gravedad.
Cruzamos un pequeño
puente de madera hecho con una gran viga, y vemos otro grupo de figuras del
Paisaje Ilustrado de
Cañete.