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CAÑETE: 7-CAÑETE (AL-QANNIT). CUENCA...

7-CAÑETE (AL-QANNIT). CUENCA
Cañete, en árabe Al-Qannit fue un importante Iqlim de la época musulmana durante el periodo de los siglos IX y XI y formó parte de la Cola de Santavería perteneciente a la provincia de Cuenca de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha a una distancia de 70 km de la capital provincial.
El origen de Cañete como asentamiento humano se desconoce en la actualidad y por la ubicación actual del municipio en una pequeña hondonada y a los pies altura posiblemente fortificada y con afluencia de agua procedente de arroyos es difícil encontrar los restos arqueológicos del antiguo asentamiento.
El origen del municipio es muy remoto y nos remontamos al Paleolítico Superior donde una pequeña sociedad de cazadores y recolectores ejercían su arte impreso en pinturas rupestres en los abrigos de Villar e Humo y Henarejos y también en Pajaroncillo y Boniches, actualmente desaparecidos.
En la Edad del Bronce hubo una etapa con una densidad demográfica apreciable y sería el Bronce Medio correspondiente a los siglos XVIII al XIII a. C donde estuvo en auge estos yacimientos y predominan la pobreza de los materiales y su localización en el lugar, al abrigo de fortificaciones apreciable tamaño.
Sería en la Edad de Hierro cuando más se desarrolló el periodo fundamental de esta área porque tras investigaciones arqueológicas se han encontrado enclaves fortificados abundantes y en algunos casos de tamaño considerable.
Tras la investigación parece ser que los habitantes de aquella época eran de la etnia celta, mientras otros opiniones los consideran celtiberos meridionales llegados en el movimiento migratorio del siglo VI a. C. o quizás anteriores, tal es el caso del núcleo poblacional del Pájaroncillo. En la serranía de Cuenca se han encontrado numerosos castros, fruto de la celtización de la zona donde el aspecto religioso tenía cierta relevancia por los vestigios encontrados, siendo significativo la existencia de tres vírgenes en las cavidades de los Altarejos, o de la Cueva de Mira y la Virgen de Tejada, patrona de la antigua tierra moyana desde el principio del siglo XIII por haberse mostrado encima de un tejo, árbol identificado con la religión celtica y muy raro en la comarca.
Durante la presencia romana en el lugar se aprecia un descenso demográfico de la población porque el sometimiento de los pueblos autóctonos origina largas contiendas y la pérdida de muchos indígenas y la aspereza del clima y las escasas posibilidades agrícolas, todos estos factores influyen en el desarrollo económico este lugar.
Tras las excavaciones arqueológicas posteriores en la zona se contemplan que han quedado pocos restos. Un itinerario de las vías romanas son las poblaciones de Valeria, Monteagudo de las Salinas, Carboneras de Guadazaon, Cañete y Salvacañete y saltando por Cañigral hacia la Sierra de Albarracín y el propio Albarracín.
No se dispone de amplia información sobre la ordenación territorial romana en la Serranía de Cuenca en esta época, pero entre todos los lugares citados, quizás Valeria fue la ciudad precisamente fundada hacia el año 85 al 82 a. C por el cónsul Cayó Valerio Flaco y luego gobernador procónsul de Hispania y fue la tipología de una ciudad romana.
Durante la época visigoda la carencia de fuentes era casi absoluta.
El año 711 d. C y con la presencia islámica en Hispania trae como consecuencia el excesivo número de origen bereber, fundamentalmente de las tribus Sanhaya. De estos grupos étnicos de pastores seminómadas reproducían las formas tradicionales de su vida dando lugar a puntos estables de la población en la Serranía como Algarra, Alcalá, Walmu, Kelaza, Abendón, Benarruel, Garaballa, y Abengamar, todos ellos casi extinguidos. Otros núcleos de población tienen nombres romanos de la presencia islámica como Valdemoro, Valdemorillo, Valdemeca etc,. De Alcalá de la Vega, cercano a Cañete proceder la familia Banu Zennum que durante varias generaciones e apoderaron de Toledo y gobernaron la extensa Cora de Santaveria.
No obstante, las fuentes documentales de este periodo islámico son escasas pues Cañete se construye en los siglos IX y XI una alcazaba y un conjunto amurallado del cual no existe ninguna documentación. Posteriormente, la construcción de grandes edificaciones de Cañete procede de la época califal durante el gobierno de Abd-el-Rahman III Al-Nasir (912-961 que tuvo que sofocar las revueltas bereberes de la montaña dirigidas por la familia Banu Zennum.
Quizás la sumisión del jefe bereber Yahya Musa Banu Zennum que murió en el 937 y estuvo mucho tiempo enfrentado a Córdoba sea el motivo de la existencia de este conjunto amurallado de las defensas de Cañete.
Tras la conquista castellana de estos lugares supuso un proceso complicado y largo que se desarrolló en el periodo 1150 al 1230 aproximadamente.
Existen muchas dudas sobre el proceso conquistador y repoblador y el protagonismo de un conjunto de poderes que intervinieron como el reino de Castilla y Aragón y los Señoríos independientes de Albarracín y Molina de Aragón.
No se conocen nada sobre la conquista cristiana de Cañete pero se supone que su población está en manos cristianas hacia el 1170, quizá tomada y entregada a Castilla por las gentes de Albarracín, Señorío independiente controlado por la familia navarra Azagra que en 1175 había conquistado las fortalezas musulmanas de Huelamo y Monteagudo, lugares próximos a Cañete. Sería D. Pedro Ruiz de Azagra, Señor de Albarracín quien comenzaría una andadura en todo el Sistema Ibérico ayudando en 1177 al ejército castellano aragonés de Alfonso VIII y de Alfonso II en la toma de Cuenca.
Quizás escudillando por las fuentes históricas prueban que Cañete fue una donación de D. Pedro Ruiz de Azagra al rey Alfonso VIII de Castilla, buscando el mantenimiento de su autonomía de su pequeño Señorío de Albarracín frente a las apetencias de Castilla y de de Aragón.
De este periodo se conservan donaciones de pertenencias en Cañete a la Orden de Calatrava y en una de ellas se conserva la figura de D. Pedro de Molina, Señor de Molina de Aragón también ente autónomo que debió tener un papel importante la conquista de la villa.