He pasado el
puente del pilar en
Beteta y os aseguro que ha sido delicioso. Estuve paseando por la hoz de Beteta, visité la
Cueva del Hierro, vi la
laguna del Tobar, y todos ellos son
rincones inolvidables. Pero el recuerdo más grato me lo dejaron sus
calles. Pasear por ellas sin prisas, viendo cada detalle que sale an encuentro, es encantador. También fueron inolvidables las cervezas que me tomé en un pequeño
bar que hay en la
plaza. Me hice la promesa de volver, y espero cumplirla pronto.Un saludo
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