A mi mujer y a mi nos encanta ir Garcimolina y de manera muy especial
comer en Los Candiles, donde te atiende Belén y te sirve la
comida auténtica de la zona que cocina su madre.
Da gusto entrar en Lo Candiles después de haber paseado por los alrededores del
pueblo, sentarte y comer al lado de la estufa de leña, sobre todo cuando hay
nieve en el pueblo. Me encantaría poder vivir en Garcimolina, sino fuera por el trabajo...