Bueno Amig@s, pues aquí tenéis a nuestro anfitrión, el guardián de ese lugar que siempre sorprende en cada visita.
Ya véis que su sonrisa no se ha apagado a pesar del sufrimiento que ha pasado y de los coletazos que siguen recordándole que debe tomar precauciones, medicación y, sobre todo, seguir sonriendo.
Antolín, siento que no puedas ver desde aquí (Antolín, Blanqui, Antípodas, Lavis,... enfín tod@s) la danza que grabé en vídeo durante la procesión. Tampoco estoy segura de poder enviaros ese vídeo por correo porque, en otras ocasiones lo he intentado y no ha sido posible. En cualquier caso, fue una procesión muy bonita y colorista. Me sobrecogió la talla del Cristo. La cara de la resignación y aceptación del dolor me impactó y casi se me saltaron las lágrimas cuando hice la fotografía desde abajo (claro, desde dónde si no... con esta altura que la naturaleza me regaló... jajaja).
Ya sabéis, lo mejor para descubrirlo no son ni fotos ni vídeos. Hay que venir a Cuevas y sentirlo en vivo y en directo. Aplazado queda al año que viene.
De aquí a entonces, Abaco y yo hemos elaborado ya algún que otro plan... Anear asientos... Estoy deseando aprender y qué mejor que con Abaco. Para entonces, su enfermedad habrá quedado ya como un episodio pasado y quién sabe?, no tomaremos mojito pero lo mismo alguna copita de orujo sí (más apropiado para el invierno).
Disfrutar de la semana que se avecina porque yo vuelvo a encerrarme en una cueva fría que, cada vez, va menos conmigo.
Un abrazo
Zoqueta
PD: No os perdáis la foto de los higos... (mira que soy maaalaaa... jajaja)
Ya véis que su sonrisa no se ha apagado a pesar del sufrimiento que ha pasado y de los coletazos que siguen recordándole que debe tomar precauciones, medicación y, sobre todo, seguir sonriendo.
Antolín, siento que no puedas ver desde aquí (Antolín, Blanqui, Antípodas, Lavis,... enfín tod@s) la danza que grabé en vídeo durante la procesión. Tampoco estoy segura de poder enviaros ese vídeo por correo porque, en otras ocasiones lo he intentado y no ha sido posible. En cualquier caso, fue una procesión muy bonita y colorista. Me sobrecogió la talla del Cristo. La cara de la resignación y aceptación del dolor me impactó y casi se me saltaron las lágrimas cuando hice la fotografía desde abajo (claro, desde dónde si no... con esta altura que la naturaleza me regaló... jajaja).
Ya sabéis, lo mejor para descubrirlo no son ni fotos ni vídeos. Hay que venir a Cuevas y sentirlo en vivo y en directo. Aplazado queda al año que viene.
De aquí a entonces, Abaco y yo hemos elaborado ya algún que otro plan... Anear asientos... Estoy deseando aprender y qué mejor que con Abaco. Para entonces, su enfermedad habrá quedado ya como un episodio pasado y quién sabe?, no tomaremos mojito pero lo mismo alguna copita de orujo sí (más apropiado para el invierno).
Disfrutar de la semana que se avecina porque yo vuelvo a encerrarme en una cueva fría que, cada vez, va menos conmigo.
Un abrazo
Zoqueta
PD: No os perdáis la foto de los higos... (mira que soy maaalaaa... jajaja)