Hola amigos del Foro de Cuevas de Velasco.
Llegué a La Ventosa hoy temprano con un día estupendo, y a la hora que escribo este saludo está lloviendo y hace un frío que pela. Este tiempo es lo que tiene en esta fecha, que es muy inestable, pero es de desear que para mañana mejore y podamos recoger el Ramo en la puerta de la iglesia sin llevar paraguas.
Colocando cosas en casa (es la leche, en las casas siempre hay que hacer cosas) encontré este escrito que me dio hace años un tío mío ya fallecido que como Tío era estupendo y muy dado a este tipo de bromas inocentes-picantes.
Ahí os lo mando para el deleite del que lo desconozca:
Un joven, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas de sol, y encontrando la ocasión para comprarle unas, entró en una óptica.
Después de que le enseñaran unas cuantas, se decidió por una de ellas. La dependienta se las envolvió y pagó la cuenta, pero al marcharse, en lugar de coger el paquetito que contenía las gafas, cogió por error otro muy parecido que había en el mostrador que contenía unas bragas que seguramente alguna clienta había comprado y se había dejado olvidadas.
El joven, no dándose cuenta del error, se fue directamente a correos y le envió el paquetito junto con una carta. La novia al recibir el paquete se extrañó por el contenido, mas aún cuando leyó la carta que decía:
Querida María:
Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que llevabas mucho tiempo con las otras que tenías y son cosas que hay que cambiar de vez en cuando. Espero también haber acertado en el modelo. La dependienta me dijo que eran de última moda, y me enseñó las suyas que eran exactamente iguales. Entonces yo, para ver si eran ligeras, cogí y me las probé allí mismo.
! No sabes como se rió de mi la dependienta, pues estos modelos femeninos a los hombres le quedan muy graciosos, y mas a mi, que sabes que tengo unos rasgos muy alargados!
Una chica que había allí, me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo viera el efecto que hacían. Las vi estupendas, me decidí y las compré. Póntelas y enséñalas a tus padres, a tus hermanos, y en fin a todo el mundo a ver que te dicen.
Al principio te sentirás muy rara acostumbrada a ir con las viejas, y mas ahora que llevas un tiempo sin llevar ninguna. Si te quedan pequeñas, ya me lo dirás para cambiarlas, que si no te van a dejar señal para ir a la calle y todo el mundo va a notar que las tienes, Te cuidado también de que no te queden grandes, no sea que vayas a olvidarlas por ahí y las pierdas, pues tienes la costumbre de llevarlas en la mano para que todos vean tus encantos.
En fin, para que te voy a decir nada mas, estoy deseando vértelas puestas. Creo que es el mejor regalo que podía hacerte.
Espero haberos hecho pasar un ratito agradable y os deseo que paséis una feliz Semana Santa.
Como siempre, os mando un cordial saludo que se extiende hasta las Antípodas.
Manuel.
Llegué a La Ventosa hoy temprano con un día estupendo, y a la hora que escribo este saludo está lloviendo y hace un frío que pela. Este tiempo es lo que tiene en esta fecha, que es muy inestable, pero es de desear que para mañana mejore y podamos recoger el Ramo en la puerta de la iglesia sin llevar paraguas.
Colocando cosas en casa (es la leche, en las casas siempre hay que hacer cosas) encontré este escrito que me dio hace años un tío mío ya fallecido que como Tío era estupendo y muy dado a este tipo de bromas inocentes-picantes.
Ahí os lo mando para el deleite del que lo desconozca:
Un joven, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas de sol, y encontrando la ocasión para comprarle unas, entró en una óptica.
Después de que le enseñaran unas cuantas, se decidió por una de ellas. La dependienta se las envolvió y pagó la cuenta, pero al marcharse, en lugar de coger el paquetito que contenía las gafas, cogió por error otro muy parecido que había en el mostrador que contenía unas bragas que seguramente alguna clienta había comprado y se había dejado olvidadas.
El joven, no dándose cuenta del error, se fue directamente a correos y le envió el paquetito junto con una carta. La novia al recibir el paquete se extrañó por el contenido, mas aún cuando leyó la carta que decía:
Querida María:
Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que llevabas mucho tiempo con las otras que tenías y son cosas que hay que cambiar de vez en cuando. Espero también haber acertado en el modelo. La dependienta me dijo que eran de última moda, y me enseñó las suyas que eran exactamente iguales. Entonces yo, para ver si eran ligeras, cogí y me las probé allí mismo.
! No sabes como se rió de mi la dependienta, pues estos modelos femeninos a los hombres le quedan muy graciosos, y mas a mi, que sabes que tengo unos rasgos muy alargados!
Una chica que había allí, me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo viera el efecto que hacían. Las vi estupendas, me decidí y las compré. Póntelas y enséñalas a tus padres, a tus hermanos, y en fin a todo el mundo a ver que te dicen.
Al principio te sentirás muy rara acostumbrada a ir con las viejas, y mas ahora que llevas un tiempo sin llevar ninguna. Si te quedan pequeñas, ya me lo dirás para cambiarlas, que si no te van a dejar señal para ir a la calle y todo el mundo va a notar que las tienes, Te cuidado también de que no te queden grandes, no sea que vayas a olvidarlas por ahí y las pierdas, pues tienes la costumbre de llevarlas en la mano para que todos vean tus encantos.
En fin, para que te voy a decir nada mas, estoy deseando vértelas puestas. Creo que es el mejor regalo que podía hacerte.
Espero haberos hecho pasar un ratito agradable y os deseo que paséis una feliz Semana Santa.
Como siempre, os mando un cordial saludo que se extiende hasta las Antípodas.
Manuel.