Son muchos los recuerdos que me traen, cada
rincon de esta aldea olvidada de la mano de Dios, y que entre unos pocos queremos hacer notar que esta aldea, aunque apartada de la pedanía de
Iniesta, tiene mucha vida entre estas
casas. La balsa, las casas undidas, los
pinares de Japón, los de China, las veces que nos hemos ido de merienda a todos estos
rincones, con las bicis, los
veranos que hemos pasado jugando en la
plaza, las tertulias en la
esquina del
pozo contando chistes, contando historias de
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