Te advierto que uno de los pajarracos, era yó, reencarnado en
cigüeña.
El que está más a la derecha. No me has sacado muy favorecido y eso me
mosquea sobremanera. Si te fijas, al resto de compañeros, has sabido
resaltar sus siluetas gracíles, aparte de darles un bello contraste de luz
y
color. Yó, parece como si estuviera disecado. Por esta vez, vale. Pero
que no vuelva a ocurrír. Juan.