¿tienes una cafetería?

ENGUIDANOS: "Teoría de la Ofensa". ...

"Teoría de la Ofensa".
extraída de http://foros. infor. ya. com/SForums/$M=readthread$TH=3 774588$F=38877

Según dice hay dos tipos de ofensas:

Aquellas en que alguien se pone borde y te da un puñetazo y aquellas que podríamos llamar más sutiles, que por lo general son orales o insinuantes o imaginamos lo que ha querido decir o apreciamos determinada actitud ofensiva.
Ante las ofensas físicas es evidente que se necesita una respuesta inmediata puesto que todos tenemos derecho a nuestra integridad y la respuesta puede ser de la misma índole (que en algunos casos es necesaria y está tipificado como defensa propia o exigen un razonamiento ante tal acto primario). La segunda clase de ofensas -señalaba- puedo decirte con tranquilidad que no existen; es tu subjetividad quien canaliza aquello que el otro afirma como ofensa y lo canaliza de semejante manera porque tu yo se siente en estado de inferioridad frente al otro yo pero no sólo es así, sino que el yo que ofende, o que tu crees que ofende, se comporta de semejante modo porque se siente inferior frente a tu yo y procura una cierta agresividad verbal para solapar su inferioridad. Ambos, ofendido y ofensor están sumergidos en un proceso subjetivo en el que uno trata de ofender y el otro se siente ofendido. El ofensor trata de ofender a los que ve superiores a él por pura insatisfacción, porque es un llorón y un amargado y un autocompasivo.

La ofensa siempre es un mecanismo de autodefensa equivocado, por eso el que lo sabe está en condiciones de superioridad mental y por eso nunca se podrá ofender a esa persona que conoce lo que es la ofensa. Es lo que desea, proyecta su complejo en el otro para tratar de superarlo y si el otro cae en la trampa él se siente aliviado porque ha derrocado al yo que piensa superior a sí mismo. Si se ignora la ofensa, si admites este otro a priori, tu línea de actuación o correspondencia es otra, mucho más satisfactoria para ti, que evitas el dolor de la ofensa y mucho más apesadumbrante para el otro que le estás recordando que efectivamente él es lo que es. Ignorar la ofensa, tratar de leer la línea de actuación primaria del otro y hacer un simple guiño, un simple guiño mental, en el que comprendes por qué el otro se siente inferior a ti y entonces reafirmas su inferioridad con la ignorancia de la ofensa, es como si mataras un mosquito de un plumazo o si ni siquiera te molestases en oír su zumbido por insignificante.

Así a grandes rasgos, concluía diciendo que si todos tuviéramos un conocimiento mayor de lo que hay y de los sentimientos que nos mueven, sería mucho más fácil sobrellevar la vida.