La casa de Fidel, en el callejón de Espada, ahora también es mi casa. Cuenta la tradición popular que su nombre (el de Callejón de Espada) se debe a quienes allí habitaban: la nobleza del lugar, entre ellos los Lujanes de los cuales aún se conserva el escudo, y como me comentaba Fina (catedrática, maestra y un ejemplo para todos), también de los Cerdán de Tejeda. Aún se conserva también parte de un medio arco en la parte de arriba además del que soporta el escudo de los Lujanes, y lástima que el cementado hiciese desaparecer escalones de antigüedad anterior al medievo. No hay nada más que ver las cuevas para guardar el vino, el aceite y el grano, que aún conservan muchas de las casas y que llegaban a unirse unas con otras (probablemente producto de la Guerra Civil). Habría que proteger no sólo este patrimonio, sino casas como las de Patricio cuyo techo de escayola representa soles, caballeros y arcos, al menos del s. XVI.
Saludos.
Saludos.