La documentación de la década de los años setenta del siglo XV menciona a Pedro de Barrientos como señor de Las Majadas y Valdecabras; la jurisdicción de Las Majadas quedó adscrita a su dominio al casarse con María de Mendoza, hija de los señores de Cañete, al aportarla como dote.
Desde su señorío serrano de Valdecabras, Pedro de Barrientos usurpó términos jurisdiccionales de la ciudad de Cuenca, con cuyos términos colindaba.
En 1477 el concejo de Cuenca emitió una sentencia contra Pedro de Barrientos.
El doctor Pedro Sánchez de Frías, del Consejo Real y juez comisario nombrado por la reina para restituir los términos que la ciudad tenía ocupados, se encargó
de la causa. Juan de Torralba, procurador síndico de Cuenca, le acusaba de no tener título alguno sobre el lugar de Enguídanos y su fortaleza, ocupados por
Pedro de Barrientos por propia autoridad, llevándose "ynjusta y forçosamente los pechos y derechos que pertenecían a la ciudad". Don Pedro replicó que si la
ciudad le pagaba las costas que había hecho su padre y él mismo en la fortaleza, la dejaría en poder de Cuenca. La ciudad no estaba dispuesta a asumir esos gastos "fechos con mala fe e contra su voluntad".
Pedro de Barrientos, que era regidor de la ciudad, contestó que para conocer la pura e verdadera intençión del obispo Lope de Barrientos, él nunca
tomó con violencia la fortaleza y lugar de Enguídanos, sino que los monarcas encomendaron al obispo la guarda y defensa de Cuenca y su comarca, procediendo "çerca dello en todas las cosas quel viese e entendiese ser conplideras a su seruiçio": por ello mandó tomar la fortaleza de Enguídanos y repararla. Enrique IV, a la muerte del obispo, proveyó a Pedro de Barrientos del corregimiento de
Cuenca, por lo que tomó la fortaleza a su servicio y gastó en ella grandes cantidades a pesar de los inconvinientes, daños, males, robos y muertes acaecidos en los tienpos pasados de las grandes guerras, logrando que ningún
adversario del monarca pudiera ocuparla. Pedro de Barrientos solicitó la devolución de las grandes sumas y cuantías de mrs. y reiteró que él no tenía la
fortaleza tomada por la fuerza, sino que había hecho pleito homenaje a los monarcas y la tenía como regidor de Cuenca. También pidió que le alzaran, relevaran y quitaran los plazos y las penas impuestos por la ciudad. El doctor
Sánchez de Frías le pidió que hiciera el pleito homenaje en manos de García de Alcalá, regidor de la ciudad; después le instó a prometer como caballero y
hombre hidalgo la defensa de la fortaleza, el hospedaje de los reyes y la entrega del castillo —una vez le devolvieran lo que su padre Lope de Barrientos había
gastado—, lo que fue prometido y otorgado tres veces, segúnd que era "fuero e costunbre".
El doctor Pedro González de Briviesca, del Consejo Real, fue encomendado para ir a la ciudad de Cuenca y su tierra y restituir todos los términos y fortalezas tomados por determinados caballeros, por lo que apremió a Pedro de Barrientos a entregar la fortaleza de Enguídanos. La reina Isabel, que previamente había solicitado al bachiller Juan de Paz, corregidor de Cuenca, la demolición de este castillo y otros, decidió que Pedro de Barrientos conservara la fortaleza hasta que la ciudad de Cuenca le pagara los gastos realizados en ella
por su padre Lope de Barrientos, que la tuvo más de quince años, y por él mismo, desde el fallecimiento de aquél. Asimismo, quedaba exonerado de cualquier pena que le fuera impuesta por el "concejo".
Pedro de Barrientos fue apoyado por el concejo de Cuenca en una misiva que éste envió a los reyes Fernanado e Isabel, donde protestaban por la reducción de un juro que había pertenecido a su padre, el obispo Lope de Barrientos. Poco después la ciudad comunicaba a Pedro de Barrientos el envío del regidor Juan Álvarez de Toledo, pidiendo que le prestara su ayuda con los del Consejo Real y con los procuradores que estaban reunidos en Cortes. (J. I. O. C.)
-Envio este mensaje porque me parece que debe estar aquí-
Saludos.
Desde su señorío serrano de Valdecabras, Pedro de Barrientos usurpó términos jurisdiccionales de la ciudad de Cuenca, con cuyos términos colindaba.
En 1477 el concejo de Cuenca emitió una sentencia contra Pedro de Barrientos.
El doctor Pedro Sánchez de Frías, del Consejo Real y juez comisario nombrado por la reina para restituir los términos que la ciudad tenía ocupados, se encargó
de la causa. Juan de Torralba, procurador síndico de Cuenca, le acusaba de no tener título alguno sobre el lugar de Enguídanos y su fortaleza, ocupados por
Pedro de Barrientos por propia autoridad, llevándose "ynjusta y forçosamente los pechos y derechos que pertenecían a la ciudad". Don Pedro replicó que si la
ciudad le pagaba las costas que había hecho su padre y él mismo en la fortaleza, la dejaría en poder de Cuenca. La ciudad no estaba dispuesta a asumir esos gastos "fechos con mala fe e contra su voluntad".
Pedro de Barrientos, que era regidor de la ciudad, contestó que para conocer la pura e verdadera intençión del obispo Lope de Barrientos, él nunca
tomó con violencia la fortaleza y lugar de Enguídanos, sino que los monarcas encomendaron al obispo la guarda y defensa de Cuenca y su comarca, procediendo "çerca dello en todas las cosas quel viese e entendiese ser conplideras a su seruiçio": por ello mandó tomar la fortaleza de Enguídanos y repararla. Enrique IV, a la muerte del obispo, proveyó a Pedro de Barrientos del corregimiento de
Cuenca, por lo que tomó la fortaleza a su servicio y gastó en ella grandes cantidades a pesar de los inconvinientes, daños, males, robos y muertes acaecidos en los tienpos pasados de las grandes guerras, logrando que ningún
adversario del monarca pudiera ocuparla. Pedro de Barrientos solicitó la devolución de las grandes sumas y cuantías de mrs. y reiteró que él no tenía la
fortaleza tomada por la fuerza, sino que había hecho pleito homenaje a los monarcas y la tenía como regidor de Cuenca. También pidió que le alzaran, relevaran y quitaran los plazos y las penas impuestos por la ciudad. El doctor
Sánchez de Frías le pidió que hiciera el pleito homenaje en manos de García de Alcalá, regidor de la ciudad; después le instó a prometer como caballero y
hombre hidalgo la defensa de la fortaleza, el hospedaje de los reyes y la entrega del castillo —una vez le devolvieran lo que su padre Lope de Barrientos había
gastado—, lo que fue prometido y otorgado tres veces, segúnd que era "fuero e costunbre".
El doctor Pedro González de Briviesca, del Consejo Real, fue encomendado para ir a la ciudad de Cuenca y su tierra y restituir todos los términos y fortalezas tomados por determinados caballeros, por lo que apremió a Pedro de Barrientos a entregar la fortaleza de Enguídanos. La reina Isabel, que previamente había solicitado al bachiller Juan de Paz, corregidor de Cuenca, la demolición de este castillo y otros, decidió que Pedro de Barrientos conservara la fortaleza hasta que la ciudad de Cuenca le pagara los gastos realizados en ella
por su padre Lope de Barrientos, que la tuvo más de quince años, y por él mismo, desde el fallecimiento de aquél. Asimismo, quedaba exonerado de cualquier pena que le fuera impuesta por el "concejo".
Pedro de Barrientos fue apoyado por el concejo de Cuenca en una misiva que éste envió a los reyes Fernanado e Isabel, donde protestaban por la reducción de un juro que había pertenecido a su padre, el obispo Lope de Barrientos. Poco después la ciudad comunicaba a Pedro de Barrientos el envío del regidor Juan Álvarez de Toledo, pidiendo que le prestara su ayuda con los del Consejo Real y con los procuradores que estaban reunidos en Cortes. (J. I. O. C.)
-Envio este mensaje porque me parece que debe estar aquí-
Saludos.