Quiero recordar a nuestro
santo,
San Antonio de Padua, patrono de este
pueblo y que en su vida denunció los vicios de la sociedad de su época: entre otros la soberbia, la avaricia, la usura de los poderosos prestamistas.
Hoy, seguro, que estaría en contra de la aberración del
CEMENTERIO NUCLEAR, arma para enriquecer aún más al oligopolio de la energía y que no tiene en cuenta las necesidades de los hombres de buena FE de la comarca.
¡NO AL CEMENTERIO NUCLEAR!
¡Viva San Antonio de Padua!