Esta es la ermita de la Virgen de la Cuesta, se halla situada en la ladera oeste del cerro del castillo, hasta aquí se sube por un empinado y tortuoso camino ideado para tal fin, una vez arriba se puede contemplar un bello paisaje.
Esta ermita es la casa de la Virgen, desde aqui permanece vigilante y espectativa día y noche extendiendo su manto sobre los habitantes del pueblo para protegerles; por eso, llegado la noche de bajarla en procesión para celebrar las fiestas en su honor, son muy pocos los hijos del pueblo, descendientes o simplemente amigos que se quedan sin asitir a tan importante cita; unos vienen a dar gracias por algún favor que han recibido, otros a pedir por algún ser querido, algunos para compartir estos momentos y otros para seguir la tradición, que a veces viene de su bisabuelos a más.
La procesión tiene lugar a las doce de la noche de un sábado de agosto, los fieles llevan una vela o farolillo en la mano y vista desde las eras resulta de una gran belleza.
Esa noche, en Huelves se pueden juntar más de dos mil personas.
Como diría nuestro querido y recordado Valeriano:
¡Viva la Virgen de la Cuesta¡.
Esta ermita es la casa de la Virgen, desde aqui permanece vigilante y espectativa día y noche extendiendo su manto sobre los habitantes del pueblo para protegerles; por eso, llegado la noche de bajarla en procesión para celebrar las fiestas en su honor, son muy pocos los hijos del pueblo, descendientes o simplemente amigos que se quedan sin asitir a tan importante cita; unos vienen a dar gracias por algún favor que han recibido, otros a pedir por algún ser querido, algunos para compartir estos momentos y otros para seguir la tradición, que a veces viene de su bisabuelos a más.
La procesión tiene lugar a las doce de la noche de un sábado de agosto, los fieles llevan una vela o farolillo en la mano y vista desde las eras resulta de una gran belleza.
Esa noche, en Huelves se pueden juntar más de dos mil personas.
Como diría nuestro querido y recordado Valeriano:
¡Viva la Virgen de la Cuesta¡.