La Langa ha sido el mejor sitio donde he pasado mi
juventud, aún vuelvo cada fin de semana,
puente y
verano, todo es paz y tranquilidad, nunca hay prisa para nada. Ahora voy con mi hija y le hago disfrutar de todo lo que yo disfrute, aunque da un poco de pena porque hay muy pocos niños. Recuerdo cuando nos ibamos a la
iglesia en verano a esperar que llegara algún
coche para poder reunirnos todos, ¡ MENUDOS
VERANOS !