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LA PARRA DE LAS VEGAS: RECORRIENDO CAMINOS... Un reportaje realizado por...

RECORRIENDO CAMINOS...

Un reportaje realizado por Enrique Buendía, para la revista, CRONICAS DE CUENCA, para todos aquellos que no podais haceros con ella:

PARRA DE LAS VEGAS
Celebra sus fiestas patrolanes en torno al Cristo de la Salud.
LA FUENTE DE LA PLAZA MAYOR VOLVIó A ECHAR VINO UN AñO MáS.


Siempre que viajo por los pinares de la Sierra de los Palancares, encontrarme con el pueblo de PARRA DE LAS VEGAS en la lejanía es una sorpresa urbana que se agradece. Estas tierras, en su día del Conde de Cervera son hoy como ese oasis que el viajero busca para descansar y sentirse como uno más entre sus moradores que en nada te extrañan.

El pueblo vive en torno a la iglesia en la que esteriormente resalta su bella espadaña de tres campanas, dando frente a la Plaza Mayor en la que existen edificios relevantes en su arquitectura, uno, su ayuntamiento porticado y otro, los restos externos de la fachada del Palacio de los Condes de Cervera, hoy aprovechado su interior como espacio lúdico, pero aun hay mas, porque en el centro de esta plaza, una original fuente, a la que le han quitado "los cuernos" luminosos, llama la atención de los visitantes. Ella ejerce también protagonismo en estas fechas de mitad de agosto, donde todas las personas que estén en la localidad podrán ver como por sus grifos sale agua de color violáceo y con delicado sabor en el paladar.
"Es una rara y a la vez exquisita bebida espirituosa...zurra, la llamamos por aqui".

A las siete de la tarde las campanas de la Parroquia han comenzado a sonar alegremente llamando la atencion de los parreños y sus invitados. Las casas de la localidad han abierto sus puertas y mas de un centenar de personas se han echado a la calle para acompañar a la imagen de la Virgen del Rosario hasta la Ermita del Cristo de la Salud. "Vamos a la Ermita de nuestro Patrón, para traerlo a la Parroquia, porque son fiestas en el pueblo dedicadas a él...", me dicen en la comisión de Fiestas.

A paso vivo, pueblo y autoridades han hecho el recorrido de ida y vuelta desde la iglesia a la Ermita del Cristo de la Salud y nuevamente a la iglesia, poniendo Benicio y su hijo, el sonido de la dulzaina y la caja en comunidad participativa de toda la alegria y emoción con que los participantes sentian la presencia de las dos imagenes patronales. A ritmo de vivas y rezos de quienes forman parte de la comitiva de acompañamiento llegaban al templo parroquial, un espacio religioso donde se combinan diferentes estilos arquitectonicos, desde el barroco al rococó, y con detalles del plateresco en significativos detalles, en el que se celebró la misa conmemorativa.

Acabada la ceremonia religiosa todo el pueblo se citaba en la Plaza Mayor alrededor de la Fuente ya comentada. Allí, de manera mágica y por señal de quienes forman la Comisión de Fiestas, la zurra ha comenzado a surgir por la griferia de modo abundante y todo aquel que lo ha deseado ha compartido minutos de bebida y frutos secos con los sonidos calidos y tradicionales del Grupo "Voces y Esparto", llegado desde Cuenca capital. "Es uno de los instantes mas participativos de nuestra comunidad local..., saludamos a nuestros amigos y conocidos llegados desde fuera, intercambiamos vivencias de todo un año sin vernos..., son momentos, que necesitamos y que esta reunión en la Plaza permite...", me diria Vicente, el Presidente de la Comisión de Festejos, por otra parte muy atareado deseando que todo fuera saliendo conforme lo tenia dispuesto desde días pasados.

La temperatura subia unos grados despues de la cena familiar. Había verbena con el Grupo Horacio y los suyos, y a las 12 de la noche uno de los momentos mágicos de la celebración festiva, la "quema y salto del vaso", circunstancia está que ha dado nombre por su hecho costumbrista y tradicional a una Asociación Cultural con protagonismo lúdico en el pueblo y en la fiesta.

"Es la imagen del Cristo de la Salud y lo que ella representa la razón del acto, que no es otra cosa que el reconocimiento de los mieleros del pueblo a su protector, a ese Ser superior, en el que ponemos nuestras esperanzas..."
A ritmo de viejas, siempre vivas melodias interpretadas a la dulzaina, comenzaría primero la quema del vaso, y casi inmediatamente a "su salto", (el vaso podia medir un metro en altura aproximadamente), por parte de los más dispuestos de la localidad que asumían así su cariño por las costumbres mas significativas de la localidad.
"He sentido en mi interior, no el posible riesgo de quemarme o hacerme daño por un mal salto..., ha sido como si en un instante la historia de mis mayores se asomara a mis recuerdos, y me he sentido emocionado, temblorosas las piernas despues del esfuerzo". Entre aplausos y el griterio de madres y novias por el miedo de una caida, transcurrieron los minutos, cuando el vaso fue al suelo, fueron los más jovenes quienes comenzaron a saltarlo. Inmediatamente después seguiría la verbena hasta altas horas de la madrugada.