La tradición nos dice que cuando nuestro santo se trasladó al bosque para no infectar a los demás, recibía cada día la visita de un perro que le llevaba un panecillo. Cabe decir que versiones populares afirman que fue el mismo perro quien le curó, después de lamerle la herida de su pierna.. Una vez curado, Roque decidió volver definitivamente a Montpellier, pero en el norte de Italia, en el pueblo de Voghera, a orillas del lago Maggiore, unos soldados, acusándolo de espía, lo arrestaron. Fue encerrado y moriría en prisión hacia 1350. Falleció en olor de santidad.
(continúa...)
Goyo.
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