Los que vamos cumpliendo años, y con los derechos adquiridos que nos proporciona la edad y la memoria. Entre nuestros recuerdos, esta la de haber echo El Servicio Militar,””la mili””que asta hace unos años era obligatorio. No voy a remontarme mas atrás de lo que mi memoria de cuando muchacho en el pueblo me permite, y la que se organizaba cada año con los “”quintos ”. Que eran los mozos de la misma edad (21 años) que formaban el siguiente reemplazo a incorporarse a filas. El primer acto era el de “medirse o tallarse”que consistía en un ligero reconocimiento, para declarar al mozo útil para el servicio militar, Era costumbre, por aquellos días, salir por el pueblo haciendo una colecta,, (esta practica de salir a “”pedir “” por el pueblo era bastante habitual, y lo mismo se hacia la colecta después de cantar los Mayos, que en los tiempos que abundaban los corrales de gallinas, y el que se de dedicaba a matar”” zorras”” recorría el pueblo con la raposa muerta y aunque no seria mucho, algo recogía, por librar al pueblo de la alimaña) y los “quintos” con lo que recogían, hacían una fiesta que duraba barios días, (lo que duraba lo recaudado) a base de cordero y vino de la tierra y por la tarde baile popular para todo el “mocerío”. Y con esa fiesta daba comienzo un año donde los quintos del reemplazo se reunían en algunas comilonas, cantaban canciones muchas de ellas, subidas de tono (para a aquellos tiempos) gastaban bromas y hacían alguna burrada que otra, que fuera mas sonada que la de la quinta del año anterior, ya que tanto los guardias como la gente del pueblo con los “quintos “tenían mas “”manga ancha””
El dia del sorteo, que se efectuaba en la caja de reclutas de Cuenca, y que consistía en que por orden alfabético con el primer apellido se hacia un sorteo, y por la “”la primera letra” del apellido podías ser destinado a cualquier punto de España, o tener mala suerte y cruzar el charco, como se le llamaba coloquialmente el ser destinado a África, En aquellos tiempos y teniendo en cuenta que para muchos era la primera vez que salían del pueblo, cualquier destino suponía una aventura y para la familia una incertidumbre por eso cada sorteo de los “quintos” era seguido con expectación, por todo el pueblo, ya que el que no tenia un familiar entre los quintos, tenia un vecino, un amigo y todos conocidos. Conocido ya el destino y después de felicitar a los que se quedan mas cerca, y las palabras de animo a los destinados lejos, comenzaba para la familia el preparativo de el viaje, Lo primero era informarse del sitio donde el mozo tenia que hacer la mili, por comentarios de unos y otros, o mirando la enciclopedia Álvarez, se sabia que en Alcoy, en un pueblo de Alicante existida un regimiento de le tercera región Militar donde había sido destinado, y del que no había oído hablar nunca, o que el destacamento de Barbastro estaba en Huesca, que era donde tenia que servir a la patria, pongo por caso. La preparación de la maleta, de madera o de cartón con remaches y siempre con una corea en el centro bien apretada, donde iban las mudas preparadas, primorosamente por la madre, Y llega el dia de la partida, desde bien temprano se ultiman los últimos detalles, la madre le cose un bolsillito por dentro de la camiseta, con los “”pocos cuartos”” recogidos de familiares y amigos que han ido a despedir al “”quinto “” que se incorporaba a filas, que, a de mas, era cuado se obtenía la autorización paterna para fumar. Y era el padre el que facilitaba aquel “primer cigarrillo””sin sospechar que su vástago tenia acciones en tabacalera en premio al tabaco fumado desde los doce años, Y si lo sospechaba, aquel era el primer cigarro, fumado “oficialmente”El hacer la mili era como, una regla no escrita donde la gente dejaba de tratarte como un “chaval”y mirarte como aun hombre, tal era la creencia por aquellos tiempos, que en el ejercito, además de servir a la patria te hacías un hombre. Y entre los innumerables consejos de unos y otros, ten cuidado, escribe pronto, en la mili lo mejor es pasar inadvertido, pórtate bien, que no te tengan que llamar la atención, haber con quien te juntas, esto de ahora no es mili, compara con la que yo ice, y fueron tres años, dice el abuelo, Así asta que se oye a lo lejos el ronroneo de cubillo, (el autobús de línea) que hoy viene mas lleno que de costumbre, por los mozos de otros pueblos que también se incorporan a filas, y algunos les tocara ir de pie en el pasillo, y empiezan las despedidas con abrazos, lagrimas de madre, hermanas, y novia, y el cometario del padre a un vecino “”boy a Cuenca a entregar al chico””Y cuando los “”bultos” y maletas están colocadas en lo alto del autobús (la baca) parte “cubillo”con unos jóvenes alegres, dándose animo unos a otros, pero con la “”procesión “”por dentro, por lo que dejan en el pueblo, y la incertidumbre que les espera.
Desde el dia siguiente a esperar las cartas, los permisos, el envió de paquetes, mayormente con productos de la matanza y algún dinero. para hacer la mili mas llevadera.
Las aventuras y desventuras que pasamos, donde fuimos destinados, es tema del siguiente relato espero que los paisanos que les toco vivir esa experiencia, nos cuenten sus vivencias y anécdotas,
Un abrazo para todos de
Juanito
El dia del sorteo, que se efectuaba en la caja de reclutas de Cuenca, y que consistía en que por orden alfabético con el primer apellido se hacia un sorteo, y por la “”la primera letra” del apellido podías ser destinado a cualquier punto de España, o tener mala suerte y cruzar el charco, como se le llamaba coloquialmente el ser destinado a África, En aquellos tiempos y teniendo en cuenta que para muchos era la primera vez que salían del pueblo, cualquier destino suponía una aventura y para la familia una incertidumbre por eso cada sorteo de los “quintos” era seguido con expectación, por todo el pueblo, ya que el que no tenia un familiar entre los quintos, tenia un vecino, un amigo y todos conocidos. Conocido ya el destino y después de felicitar a los que se quedan mas cerca, y las palabras de animo a los destinados lejos, comenzaba para la familia el preparativo de el viaje, Lo primero era informarse del sitio donde el mozo tenia que hacer la mili, por comentarios de unos y otros, o mirando la enciclopedia Álvarez, se sabia que en Alcoy, en un pueblo de Alicante existida un regimiento de le tercera región Militar donde había sido destinado, y del que no había oído hablar nunca, o que el destacamento de Barbastro estaba en Huesca, que era donde tenia que servir a la patria, pongo por caso. La preparación de la maleta, de madera o de cartón con remaches y siempre con una corea en el centro bien apretada, donde iban las mudas preparadas, primorosamente por la madre, Y llega el dia de la partida, desde bien temprano se ultiman los últimos detalles, la madre le cose un bolsillito por dentro de la camiseta, con los “”pocos cuartos”” recogidos de familiares y amigos que han ido a despedir al “”quinto “” que se incorporaba a filas, que, a de mas, era cuado se obtenía la autorización paterna para fumar. Y era el padre el que facilitaba aquel “primer cigarrillo””sin sospechar que su vástago tenia acciones en tabacalera en premio al tabaco fumado desde los doce años, Y si lo sospechaba, aquel era el primer cigarro, fumado “oficialmente”El hacer la mili era como, una regla no escrita donde la gente dejaba de tratarte como un “chaval”y mirarte como aun hombre, tal era la creencia por aquellos tiempos, que en el ejercito, además de servir a la patria te hacías un hombre. Y entre los innumerables consejos de unos y otros, ten cuidado, escribe pronto, en la mili lo mejor es pasar inadvertido, pórtate bien, que no te tengan que llamar la atención, haber con quien te juntas, esto de ahora no es mili, compara con la que yo ice, y fueron tres años, dice el abuelo, Así asta que se oye a lo lejos el ronroneo de cubillo, (el autobús de línea) que hoy viene mas lleno que de costumbre, por los mozos de otros pueblos que también se incorporan a filas, y algunos les tocara ir de pie en el pasillo, y empiezan las despedidas con abrazos, lagrimas de madre, hermanas, y novia, y el cometario del padre a un vecino “”boy a Cuenca a entregar al chico””Y cuando los “”bultos” y maletas están colocadas en lo alto del autobús (la baca) parte “cubillo”con unos jóvenes alegres, dándose animo unos a otros, pero con la “”procesión “”por dentro, por lo que dejan en el pueblo, y la incertidumbre que les espera.
Desde el dia siguiente a esperar las cartas, los permisos, el envió de paquetes, mayormente con productos de la matanza y algún dinero. para hacer la mili mas llevadera.
Las aventuras y desventuras que pasamos, donde fuimos destinados, es tema del siguiente relato espero que los paisanos que les toco vivir esa experiencia, nos cuenten sus vivencias y anécdotas,
Un abrazo para todos de
Juanito
Juanito, eres la Wikipedia de La Ventosa... que lo sepas!
Contigo no hace falta tirar de archivos. Ya los tienes ordenados en tu cabeza.
Yo, como puedes comprender, poco puedo aportar a este relato tan gráfico de lo que suponía entonces el servicio militar. Pero recuerdo que mi abuela me contaba que, cuando su hijo mayor estaba en Madrid cumpliendo los rigurosos 3 años de mili, le preparaba un pan especial. Dentro de la masa metía chorizos, costillas y lomo y lo horneaban (madre mía cómo debía estar aquello recién sacado del horno). Y sin pereza, porque las circunstancias así lo imponían, cogía el coche de S. Fernando (... pasito a pie y...) y hasta la estación de Cuevas para entregar al revisor el paquete. También mi tío (el destinatario) en alguna ocasión ha recordado la alegría que le entraba recibir el paquete que llegaba como agua de mayo.
Y hablando de mayo... poco nos queda para cantar a la Virgen los mayos como cada año. Este año que cae en fin de semana, seguro que habrá afluencia de paisanos. Pero esto será dentro de una semana. Está este fin de semana primero que yo, aún sin cánticos, allí estaré para seguir disfrutando de esta primavera. Da gloria ver cómo está el campo.
Un saludo a tod@s y ¡Feliz fin de semana!
Contigo no hace falta tirar de archivos. Ya los tienes ordenados en tu cabeza.
Yo, como puedes comprender, poco puedo aportar a este relato tan gráfico de lo que suponía entonces el servicio militar. Pero recuerdo que mi abuela me contaba que, cuando su hijo mayor estaba en Madrid cumpliendo los rigurosos 3 años de mili, le preparaba un pan especial. Dentro de la masa metía chorizos, costillas y lomo y lo horneaban (madre mía cómo debía estar aquello recién sacado del horno). Y sin pereza, porque las circunstancias así lo imponían, cogía el coche de S. Fernando (... pasito a pie y...) y hasta la estación de Cuevas para entregar al revisor el paquete. También mi tío (el destinatario) en alguna ocasión ha recordado la alegría que le entraba recibir el paquete que llegaba como agua de mayo.
Y hablando de mayo... poco nos queda para cantar a la Virgen los mayos como cada año. Este año que cae en fin de semana, seguro que habrá afluencia de paisanos. Pero esto será dentro de una semana. Está este fin de semana primero que yo, aún sin cánticos, allí estaré para seguir disfrutando de esta primavera. Da gloria ver cómo está el campo.
Un saludo a tod@s y ¡Feliz fin de semana!