Queridos forer@s,
Sí, así lucen nuestros almendros en estos días... ¡Una divinidad!.
Gracias Antonio por recordarnos en este día de la mujer. Me sumo a tu recuerdo y felicito a todas las mujeres de este foro y muy especialmente a la Asociación de mujeres de nuestro pueblo. Creo que son ya 15 años desde que su Presidenta, Angustias, empezó a motivar a un grupo que ha ido aumentando con el tiempo y que siguen, al día de hoy, manteniendo esa unión que nos ha permitido a las que no vivimos en el pueblo, disfrutar de un día entrañable. Enhorabuena Angustias y enhorabuena a todas.
41 mujeres juntas... ¡Madre mía!. 41 mujeres de todas las edades, es decir, todas jóvenes (porque lo que determina la edad es el estado del espíritu), reivindicando el derecho a pasarlo en grande. Por eso había que empezar cuanto antes, porque los buenos momentos hay que dilatarlos al máximo. No habían sonado aún las 11 de la mañana cuando dábamos buena cuenta de un chocolate caliente acompañado de los famosos churros de Cuenca (que en Madrid, se les llama porras por su tamaño considerable). Y es que había que coger fuerzas para abordar la preparación de una paella de 50 raciones!. Cocinada en leña (como debe ser), con pollo, conejo y verduras... vamos, la típica paella valenciana, cuya elaboración pilotó con una maestría sin igual, nuestra entrañable Magdalena. No pudo ser al aire libre. El viento que se levantó desde bien temprano, impidió batallar con la lumbre. Pero la casa del "Rubio" pillaba a mano y allí que nos presentamos e invadimos su enorme cocina. Entre risas y el bailoteo de un porrón bien cargado de dulce y fresquita zurra, fue tomando color, aroma y sabor esa monumental paella. ¡Exquisita!. Y qué mejor para rebajar el exceso de calorías que un poquito de movimiento al son de la música. El baile con la escoba, el baile con sillas,... enfín, un jolgorio. No pasamos ni gota de frío. Ni siquiera cuando cada una de nosotras nos apoderamos de una silla para jugar unos cartoncillos al bingo. Porque también hubo bingo, sí, claro. Y premios para quienes los cantaron, hombre... si es que no faltó de ná. Allí, hubo de tó... ¡hasta Champán!. Enfín, un día fantástico que acabó, como no podía ser de otra manera,... ¡cenando! jaja (es que vaya saque tenemos...) De la cena nada os puedo contar porque, supongo que la zurra obró como debía y me quedé dormida en el sillón de mi casa en un paréntesis que me hice a mí misma.
Bueno, menos mal, porque si hubiera continuado la fiesta, lo mismo esta pequeña crónica no hubiera visto la luz.
Ojalá el año próximo seamos muchas más las que podamos celebrar juntas lo bueno que es eso, estar juntas.
Para que luego digan que en La Ventosa no hay nada que hacer....
Un saludo a tod@s.
Vuelvo mañana con otras noticias, pero permitirme que hoy lo deje así, en este pequeño homenaje a nuestro particular y femenino mundo.
Zoqueta
Sí, así lucen nuestros almendros en estos días... ¡Una divinidad!.
Gracias Antonio por recordarnos en este día de la mujer. Me sumo a tu recuerdo y felicito a todas las mujeres de este foro y muy especialmente a la Asociación de mujeres de nuestro pueblo. Creo que son ya 15 años desde que su Presidenta, Angustias, empezó a motivar a un grupo que ha ido aumentando con el tiempo y que siguen, al día de hoy, manteniendo esa unión que nos ha permitido a las que no vivimos en el pueblo, disfrutar de un día entrañable. Enhorabuena Angustias y enhorabuena a todas.
41 mujeres juntas... ¡Madre mía!. 41 mujeres de todas las edades, es decir, todas jóvenes (porque lo que determina la edad es el estado del espíritu), reivindicando el derecho a pasarlo en grande. Por eso había que empezar cuanto antes, porque los buenos momentos hay que dilatarlos al máximo. No habían sonado aún las 11 de la mañana cuando dábamos buena cuenta de un chocolate caliente acompañado de los famosos churros de Cuenca (que en Madrid, se les llama porras por su tamaño considerable). Y es que había que coger fuerzas para abordar la preparación de una paella de 50 raciones!. Cocinada en leña (como debe ser), con pollo, conejo y verduras... vamos, la típica paella valenciana, cuya elaboración pilotó con una maestría sin igual, nuestra entrañable Magdalena. No pudo ser al aire libre. El viento que se levantó desde bien temprano, impidió batallar con la lumbre. Pero la casa del "Rubio" pillaba a mano y allí que nos presentamos e invadimos su enorme cocina. Entre risas y el bailoteo de un porrón bien cargado de dulce y fresquita zurra, fue tomando color, aroma y sabor esa monumental paella. ¡Exquisita!. Y qué mejor para rebajar el exceso de calorías que un poquito de movimiento al son de la música. El baile con la escoba, el baile con sillas,... enfín, un jolgorio. No pasamos ni gota de frío. Ni siquiera cuando cada una de nosotras nos apoderamos de una silla para jugar unos cartoncillos al bingo. Porque también hubo bingo, sí, claro. Y premios para quienes los cantaron, hombre... si es que no faltó de ná. Allí, hubo de tó... ¡hasta Champán!. Enfín, un día fantástico que acabó, como no podía ser de otra manera,... ¡cenando! jaja (es que vaya saque tenemos...) De la cena nada os puedo contar porque, supongo que la zurra obró como debía y me quedé dormida en el sillón de mi casa en un paréntesis que me hice a mí misma.
Bueno, menos mal, porque si hubiera continuado la fiesta, lo mismo esta pequeña crónica no hubiera visto la luz.
Ojalá el año próximo seamos muchas más las que podamos celebrar juntas lo bueno que es eso, estar juntas.
Para que luego digan que en La Ventosa no hay nada que hacer....
Un saludo a tod@s.
Vuelvo mañana con otras noticias, pero permitirme que hoy lo deje así, en este pequeño homenaje a nuestro particular y femenino mundo.
Zoqueta