Hola amigos y paisanos.
Al leer lo escrito por Zascandil, y de Parlamento, Con mucho sentido de humor no falto de critica y con un poquito de mala leche, pero poniendo “ los puntos sobre las i es “en algunos temas de actualidad, A mi, me a venido a la memoria, de lo que a sido y significado desde siempre, la venta ambulante en nuestro pueblo ¿Quien no se acuerda de Benito? El alguacil, con la “”trompetilla””recorriendo el pueblo y a viva voz, además de hacer saber los “bandos y ordenanzas del Ayuntamiento, pregonar los productos y mercancías de los vendedores ambulantes?, desde el que vendía gorrinos asta el que traía sardinas, pasando por el tío de la miel, el de los botijos (para el verano los que hacían el agua fresquita, o los de baño para el invierno, y para colgar en la pared las botijas con la panza plana) y demás cacharros de alfarería, era un ir y venir de gente con sus productos de temporada, la tía”” perera””con peras, manzanas, naranjas, otros con cerezas, el de Cañaveras con las plantas de tomate y el cebollino para el huerto …etc. Otros intentaban ganarse el pan, recorriendo esos pueblos, con sus oficios y sus pobres negocios a cuestas, el afilador (con ese silbato tan peculiar) el estañador y lañador, (que lejos nos parece la idea de remendar un puchero) el trapero que a cambio de trapos daban un plato o una taza, y otros muchos que con su oficio o su negocio, aunque ahora nos parezcan pintorescos, cumplían su misión y eran útiles en el dia a dia del pueblo y sus gentes. Como negocio en muchos de los casos no estaba muy claro, por que, què negocio puede haber en que le lleves al “tío de los garbanzos tostaos “” un tazón de garbanzos crudos y te de el mismo tazón ya tostaos, eran oficios que ganaban cuatro perras, pero que, complementaban el comercio local (por aquellos tiempos numeroso) y a las gentes de entonces le hacían su apaño.
De la metáfora de Zascandil, le cambias el “edredón por un lote de mantas” y se ajusta a la realidad, como a la comparativa de los políticos al chalaneo electoral. Y me parece interesante y realista la reflexión de Parlamento de que en el pueblo hay cuatro vecinos y que es una utopía lo de hacer un mercadillo, y si para estar, medianamente abastecidos de pendemos de los vendedores ambulantes no les compliquemos mas las cosas o llegara el dia que para comprar una barra de pan tengamos que desplazarnos varios kilómetros, y coger el coche “”quien lo tenga””pongo por caso. Y si como esta claro, que en tiempos donde avía mas comercio la venta ambulante fue util, no comprendo como ahora que dependemos mas de los que vienen a vender, se organiza esta polémica ni a santo de que, espero que impere el sentido común, que algunas veces parece, el menos común de los sentidos.
A unos días de Semana Santa, a los que tengáis la suerte de pasar unos días por el pueblo, descansando y reviviendo la tradición, a demás de la religiosa la gastronomica que ya algunos están pensando en “la garbanza”, son días para saludar a los amigos y cambiar impresiones, que lo paséis bien, un abrazo de
El Monagillo
Al leer lo escrito por Zascandil, y de Parlamento, Con mucho sentido de humor no falto de critica y con un poquito de mala leche, pero poniendo “ los puntos sobre las i es “en algunos temas de actualidad, A mi, me a venido a la memoria, de lo que a sido y significado desde siempre, la venta ambulante en nuestro pueblo ¿Quien no se acuerda de Benito? El alguacil, con la “”trompetilla””recorriendo el pueblo y a viva voz, además de hacer saber los “bandos y ordenanzas del Ayuntamiento, pregonar los productos y mercancías de los vendedores ambulantes?, desde el que vendía gorrinos asta el que traía sardinas, pasando por el tío de la miel, el de los botijos (para el verano los que hacían el agua fresquita, o los de baño para el invierno, y para colgar en la pared las botijas con la panza plana) y demás cacharros de alfarería, era un ir y venir de gente con sus productos de temporada, la tía”” perera””con peras, manzanas, naranjas, otros con cerezas, el de Cañaveras con las plantas de tomate y el cebollino para el huerto …etc. Otros intentaban ganarse el pan, recorriendo esos pueblos, con sus oficios y sus pobres negocios a cuestas, el afilador (con ese silbato tan peculiar) el estañador y lañador, (que lejos nos parece la idea de remendar un puchero) el trapero que a cambio de trapos daban un plato o una taza, y otros muchos que con su oficio o su negocio, aunque ahora nos parezcan pintorescos, cumplían su misión y eran útiles en el dia a dia del pueblo y sus gentes. Como negocio en muchos de los casos no estaba muy claro, por que, què negocio puede haber en que le lleves al “tío de los garbanzos tostaos “” un tazón de garbanzos crudos y te de el mismo tazón ya tostaos, eran oficios que ganaban cuatro perras, pero que, complementaban el comercio local (por aquellos tiempos numeroso) y a las gentes de entonces le hacían su apaño.
De la metáfora de Zascandil, le cambias el “edredón por un lote de mantas” y se ajusta a la realidad, como a la comparativa de los políticos al chalaneo electoral. Y me parece interesante y realista la reflexión de Parlamento de que en el pueblo hay cuatro vecinos y que es una utopía lo de hacer un mercadillo, y si para estar, medianamente abastecidos de pendemos de los vendedores ambulantes no les compliquemos mas las cosas o llegara el dia que para comprar una barra de pan tengamos que desplazarnos varios kilómetros, y coger el coche “”quien lo tenga””pongo por caso. Y si como esta claro, que en tiempos donde avía mas comercio la venta ambulante fue util, no comprendo como ahora que dependemos mas de los que vienen a vender, se organiza esta polémica ni a santo de que, espero que impere el sentido común, que algunas veces parece, el menos común de los sentidos.
A unos días de Semana Santa, a los que tengáis la suerte de pasar unos días por el pueblo, descansando y reviviendo la tradición, a demás de la religiosa la gastronomica que ya algunos están pensando en “la garbanza”, son días para saludar a los amigos y cambiar impresiones, que lo paséis bien, un abrazo de
El Monagillo