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LA VENTOSA: Al hilo de lo que comenta, nuestro amigo Zascandil,...

Al hilo de lo que comenta, nuestro amigo Zascandil, sobre las superticiones e historias de antaño (ahora se les llama Leyendas Urbanas) Se podrian contar infinidad de ellas, con chispa y picardia en algunos casos o retranca el la mayoria de ellos.
Me viene a la memoria de cuando muchacho, estaría por los seis o siete años, mas o menos, era la
edad, en que a la ora de tomar decisiones sobre las cosas importantes no cuentas. Y para los adultos, la mayor parte del tiempo eres invisible, Y sin embargo, desde tu mundo a esa edad te das cuenta de todo, aunque en alguna ocasión, te surjan dudas y en otras no alcanzaras a comprender, el porque de las cosas de los mayores, Y el concepto que se tenia con respecto a algunas cosas cotidianas, como la de TENER SUERTE, Que es el motivo de mi relato
Recuerdo a un vecino de mi calle que padecia una lesión de corazón –si en estos tiempos, un infarto es grave, con lo que la medicina a avanzado, es imaginable lo que suponía en aquella época, de los 50 a los 60, y con el trabajo tan duro, como era trabajar en el campo,--Y debido a su enfermedad y al no poder ir al campo a trabajar, pasaba mucho tiempo sentado en el “”poyo””de su puerta, lo que aprovechaba para contarme historias que yo escuchaba absorto y con veneración, Yo le hacia algún recado (y en mi inocencia) y a escondidas le compraba en”” ca las estanqueras” el “cuarterón “de tabaco y el librito de papel para liar, pero sin decir para quien era, por que le tenían prohibido fumar, Y ese era nuestro secreto. Poco a poco su salud se fue deteriorando y su muerte me causo una gran tristeza, y en el barrio y en el pueblo –aun esperada debido a su enfermedad, según los comentarios – una gran conmoción,
Durante el velatorio del difunto, que por aquel tiempo se hacia en casa --. No como ahora en esos lujosos Tanatorios con habitacioncitas, una al lado de la otra y al fondo el bar restaurante,--Y entre los comentarios habituales en estos casos como,! ¡que bueno era ¡! Era una gran persona! ¡refiriendo y recordado las virtudes del difunto. me llamaban la atención –con cierto temor –los que se referían, a la “” aparición “”de algún vecino del pueblo a un familiar después de muerto. y contaban barios casos con “pelos y señales”o el que decía haber escuchado a la lechuza tres noches seguidas rondar la casa o que el perro del Tomas se paso la noche aullando, Según la creencia popular, eso era una mala señal, y una muerte anunciada, Este tipo de comentarios y leyendas urbanas, eran muy habituales en cualquier velatorio o funeral, como pude observar con el tiempo. Pero el comentario de unos y otros, que no lograba comprender era el de “que suerte a tenido “Y fue a raíz de que un par de meses antes del fallecimiento, estuvo por el pueblo un agente de seguros de una compañía funeraria –no sabría decir si, de Santa lucia o el Ocaso – (los de los Muertos como se les conocía coloquialmente) suscribió varias pólizas, y una de ellas fue la de mi vecino, Después del fallecimiento y avisada la compañía se presentaron sus operarios para hacerse cargo de todo lo concerniente al funeral, con ataúd, corona de flores, cuatro grandes candelabros con sus correspondientes velas, que colocaron a ambos la dos del féretro, elección de lapida y el coche fúnebre, con las paredes de cristal para trasladar al difunto asta el Campo- Santo, este ultimo la familia lo desestimo, siguiendo la costumbre de llevar al finado a hombros, por familiares y amigos. Con todo aquello. el comentario general era ¡! que suerte a tenido, se apunto el otro dia, y mira, que entierro le han preparado y todo gratis ¡! Esto si es tener suerte, decía otro, solo a pagado dos recibos y asta un dinero le han dado a la familia para el luto ¡! Y otros por el estilo, Yo miraba a mi vecino en el ataúd y no comprendía, y ahora después de muchos años, sigo sin comprender donde estaba la suerte que unos y otros decían que tenia, estando de cuerpo presente, por el entierro que le avían preparado.
Un abrazo para todos, Y os deseo MUCHA SUERTE pero suerte de la de verdad, ja, ja, ja
Juan