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Hola paisanos: debido a la diversidad de temas comentados últimamente en estas paginas, que no se, por donde empezar. Por que el foro esta tan animado, como en tiempos pasados, sin olvidar y echando en falta a los amigos, habituales en otros tiempos y sin noticias de ellos, como bien comenta Manuel. Como decía, se han tocado, diversos temas, la crisis (palabra muy de moda en estos tiempos) de nuestro Ayuntamiento y como apunta Perfecta, es una pena que nos tengamos que enterar, por la labor de reportero, de Manuel, (en hora buena) que a su vez, se a enterado por lo que se comenta por el pueblo, y no de primera mano, de fuentes del propio Ayuntamiento, como seria lo normal, con lo que se evitaría la cantidad de comentarios, bulos y criticas, que una noticia de estas genera, Y no es cuestión, de que si este es el medio adecuado para informar sobre los temas relacionados y de interés del pueblo, creo que, para informar cualquier medio es bueno, Ya tuvimos, (gracias al trabajo y la ilusión de Pablo, Zoqueta y otros paisanos, una web, dedicada a todo lo relacionado con el pueblo, y en el tiempo que estuvo activa, los comunicados desde el Ayuntamiento, brillaron por su ausencia. Osea, que desde siempre, esto es mas de lo mismo
Manuel, magnifico el relato, del paseo por el Muro, me as echo sentir el aire fresco y la quietud y el silencio, que desde esa altitud se respira, Como me has hecho recordar, siendo un “crio” la primera vez que fui a la estación de Las Cuevas, (era mi primer viaje en tren) Eran otros tiempos y desde ese mismo sitio, recuerdo que a lo lejos, parecía el pueblo de un Belén, aunque asta allí llegaba el murmullo de un pueblo vivo, el cencerreo de algún ganado y las voces del pastor, en su trajín con el rebaño, el ruido apagado de alguna “galera” en el empedrado de la carretera y sobre todo las columnas de humo de cada chimenea que formaban como una niebla por encima del pueblo.
Pablo nos recuerda los felices tiempos de la escuela. Por que, aunque carecíamos de muchas cosas, en términos generales, éramos felices y eso se nota por que cuando echas la vista a tras te acuerdas con nostalgia, de aquellos días de “escuela “con la “leche en polvo “el “ceporrete “ para la estufa, el “retrato” que todos tenemos, en un pupitre, bien repeinaos, con un libro abierto en las manos y el mapa de España detrás, La ora del recreo. Los días de Jueves-lardero que nos comenta Manuel y que esperabas contando los días, la merienda que organizaba D Ricardo una vez al año con los tordos cogidos en el tejado de la iglesia y que solíamos ir a comer a la fuente de los Alamillos. Disfrutábamos de mucha libertad, cuando salíamos a jugar con los amigos, si tu madre te preguntaba ¿ande vas, a jugar? Tu contestabas ¡porai ¡y eso era todo, como entones no existían los móviles, no estabas controlado y tenias la libertad de jugar donde mas te apetecía con tal de volver a casa, al “dar las luces,” que era al anochecer.
El otro dia, con un amigo, mas o menos de mi edad, comentábamos entre risas de ¿como pudimos sobrevivir, a aquellos años ¿de días de mucho frio, en la aceituna, asta el punto de llevar un “ guijarro” sacado de la lumbre en el bolsillo para calentarnos las manos, (con algún sabañón). Asta los tórridos veranos, con la siega, el acarreo de la mies a la era, a lomos de unos animales, que cuando no se encontraba un mayor delante, se ponían mas “bordes “y mas difíciles de manejar, Los cansinos y monótonos días de trilla. Los “os tiazos” que nos habremos “ dao “ al caernos de algún árbol, los “ esollejones” y heridas superficiales que habremos sufrido, y sin “mecromina” un poco de saliva y a correr, bebíamos agua, de cualquier fuente o poza, Nos bañábamos en “cilancos” y pozas del rio que cubrían, sin profesor de natación y sin esperar las dos horas para hacer la digestión, Y todo esto que nos parece tan lejano, y que a muchos les retraerá al pasado. ocurría hace cuatro días, o al menos, a mi me lo parece.
Un abrazo
Juan
Manuel, magnifico el relato, del paseo por el Muro, me as echo sentir el aire fresco y la quietud y el silencio, que desde esa altitud se respira, Como me has hecho recordar, siendo un “crio” la primera vez que fui a la estación de Las Cuevas, (era mi primer viaje en tren) Eran otros tiempos y desde ese mismo sitio, recuerdo que a lo lejos, parecía el pueblo de un Belén, aunque asta allí llegaba el murmullo de un pueblo vivo, el cencerreo de algún ganado y las voces del pastor, en su trajín con el rebaño, el ruido apagado de alguna “galera” en el empedrado de la carretera y sobre todo las columnas de humo de cada chimenea que formaban como una niebla por encima del pueblo.
Pablo nos recuerda los felices tiempos de la escuela. Por que, aunque carecíamos de muchas cosas, en términos generales, éramos felices y eso se nota por que cuando echas la vista a tras te acuerdas con nostalgia, de aquellos días de “escuela “con la “leche en polvo “el “ceporrete “ para la estufa, el “retrato” que todos tenemos, en un pupitre, bien repeinaos, con un libro abierto en las manos y el mapa de España detrás, La ora del recreo. Los días de Jueves-lardero que nos comenta Manuel y que esperabas contando los días, la merienda que organizaba D Ricardo una vez al año con los tordos cogidos en el tejado de la iglesia y que solíamos ir a comer a la fuente de los Alamillos. Disfrutábamos de mucha libertad, cuando salíamos a jugar con los amigos, si tu madre te preguntaba ¿ande vas, a jugar? Tu contestabas ¡porai ¡y eso era todo, como entones no existían los móviles, no estabas controlado y tenias la libertad de jugar donde mas te apetecía con tal de volver a casa, al “dar las luces,” que era al anochecer.
El otro dia, con un amigo, mas o menos de mi edad, comentábamos entre risas de ¿como pudimos sobrevivir, a aquellos años ¿de días de mucho frio, en la aceituna, asta el punto de llevar un “ guijarro” sacado de la lumbre en el bolsillo para calentarnos las manos, (con algún sabañón). Asta los tórridos veranos, con la siega, el acarreo de la mies a la era, a lomos de unos animales, que cuando no se encontraba un mayor delante, se ponían mas “bordes “y mas difíciles de manejar, Los cansinos y monótonos días de trilla. Los “os tiazos” que nos habremos “ dao “ al caernos de algún árbol, los “ esollejones” y heridas superficiales que habremos sufrido, y sin “mecromina” un poco de saliva y a correr, bebíamos agua, de cualquier fuente o poza, Nos bañábamos en “cilancos” y pozas del rio que cubrían, sin profesor de natación y sin esperar las dos horas para hacer la digestión, Y todo esto que nos parece tan lejano, y que a muchos les retraerá al pasado. ocurría hace cuatro días, o al menos, a mi me lo parece.
Un abrazo
Juan