LA VENTOSA: Hola amigos/as del Foro....

Hola amigos/as del Foro.
Como ya anuncié el día 29 de abril no pude estar en los Mayos.
Si que me acordé, podéis creerme, pero no os puedo contar como fueron por no haberme hablado nadie de ellos.
Sin embargo si me han hablado varias personas de la comida de hermandad que se celebró el sábado día 4 en las Eras Altas, y todos han coincidido en que fue estupenda, así como el baile que siguió a la misma.
Esto es un ejemplo de lo que se puede hacer colaborando la mayoría de la gente, unos haciendo la paella, otros preparando el baile y la música, y todos entendiendo que todo esto tiene un coste económico que hay que cubrir sin escaqueos de mal gusto. En fin según me han dicho, el acontecimiento ha dejado un excelente sabor de boca y es por eso que desde mi modestia, y como hijo del pueblo, felicito a todos por su buen hacer, y sobre todo a los promotores de la idea, que son los que mas trabajan siempre. FELICIDADES.
Donde yo me encontraba tuve la suerte de ser invitado el día 3, día de la Exaltación de la Cruz, a la celebración de una Misa privada con los Hermanos de Cristo Rey, que ese día hacían la Renovación de sus Votos Eclesiásticos. Os aseguro que fue muy hermoso, y un privilegio, comprobar en vivo y en directo, como unos hombres hechos y derechos, y de todas las edades, hacían promesa de seguir con los votos de Pobreza, Obediencia y Castidad.
Yo pensaba y pienso, que si los matrimonios y parejas de cualquier sexo, nos obligáramos cada dos años, ha hacer esa renovación del cariño, amor y respeto que prometemos al casarnos o juntarnos, los divorcios y separaciones disminuirían en un porcentaje muy, pero que muy alto.
No temáis, que si seguís leyendo no vais a ser ni convencidos de nada, ni catequizados, pues esto no pretende ser mas, que la reflexión de una persona que ha vivido lo suyo, y que además es observadora.
Y lo que veo a diario, y sin generalizar, es una tremenda dejadez de las atenciones que prometimos a nuestras/os compañeras/os, cuando nos unimos, y veo como se rompen por situaciones absurdas, como la falta de trabajo y de dinero, la no aceptación de la familia del otro, las diferencias en el trato y educación de los hijos, las herencias etc...
Estos cuatro supuestos que pongo, no son absurdos, ni mucho menos, pero lo que si lo es, es no ponerse de acuerdo sobre ellos, con una buena conversación con un café delante, o dando paseos cogidos de la mano.
Somos, en general muy intransigentes, y queremos llevar siempre razón a costa de lo que sea, y muchas veces, eso implica machacar a nuestra pareja, y así no hay felicidad.
Mandamos flores a nuestras parejas a través de un servicio de reparto, y eso está bien, pero cuando nos preguntan por teléfono si le ponen dedicatoria al ramo decimos: No hace falta, ella ya sabe quien se las manda, pero es porque nos da vergüenza decir que pongan algo bonito. ¿Y a cuantos hombres vemos con un ramo de flores por la calle?. A ninguno. Pensamos! joer que corte si me ven! Nos da vergüenza ser tiernos y románticos. Y cuando llevamos tiempo con nuestra pareja nos descuidamos en atenciones para con ella/el, y el día a día se vuelve monótono y eso es muy peligroso, y por eso digo que deberíamos renovar nuestras promesas de amor por lo menos cada dos años. Además os aseguro que los hijos, grandes o pequeños, son mas felices y sociables cuando ven en su casa alegría y hasta un puntito de "picardía" entre sus padres.
Esto que pongo a continuación va exclusivamente dirigido a los hombres.
Vamos a ver, compañeros, a lo mejor no os descubro nada, pero por si acaso...
Las mujeres hablan entre ellas, de nosotros, con mas naturalidad que nosotros de fútbol o de trabajo.
Se mandan correos a través del ordenador o del teléfono que harían enrojecer a un caballo.
Establecen comparaciones sobre nosotros, por lo menos diez veces al día, y no me refiero a comparaciones físicas, que también, sino que fijándose en otros hombres, ven como visten, como huelen, como se comportan, y nos comparan, y no siempre sacamos buena nota.
Solamente salimos con buena nota, por las que son verdaderamente felices, porque se sienten queridas, admiradas, mimadas, respetadas, valoradas y por las que reciben las flores de nuestras manos...
No me preguntéis porqué he escrito esto esta noche, pero ahí queda por si alguno/a quiere pensar en ello.
El que esto escribe se va a acostar y os desea que paséis un Feliz Día de S. Isidro, ah, y que seáis buenos.
Manuel.