LA VENTOSA: Hola foreros/as...

Hola foreros/as
Para los que queréis a vuestro pueblo, y no tenéis la suerte de estar en el mismo, os cuento:
Hoy, día 29 a las 10’30 h. he salido de mi casa para ir hasta el Muro, y me he detenido en el Eruelo al ver un autobús- biblioteca, (bibliobús) que viene cada mes para suministrar libros gratis al que quiera disfrutarlos. He subido para verlo, y me ha gustado, pues está bastante bien surtido.
Después de tomar un café con su conductor en el bar de Joselín, continué mi marcha y os aseguro que es un placer para los sentidos contemplar el campo tal y como está.
Hacía un poco de viento, y en el cielo se dibujaban algunas nubes de un blanco grisáceo. Al pararme un momento para beber agua de la fuente Juantieso, oía al viento producir un siseo relajante y adormecedor al pasar entre las ramas de las carrascas. Desde ese lugar, al mirar el valle del Recuenco se ven los sembrados de cebadas que movidas por el viento, simulan olas en un mar verde.
A lo largo de la carretera, en sus serpenteantes costones, crecen gran cantidad y variedad de florecillas como campanillas de color azul, mayos amarillos, el rojo de las amapolas, el blanco de las margaritas, el morado de los mayos del diablo, etc…todo ello entre el verde de la hierba común, que embriagan los sentidos de la vista y del olfato, y llenan la memoria de mi cámara fotográfica.
Hace un poco de frío y me obligo a acelerar mi paso, espantando sin querer a algún pajarillo parado en la carretera.
Al llegar al Muro, y contemplar la gran extensión que abarca mi vista, no puedo dejar de pensar, una vez más, en la maravilla de la Creación, y en lo poquito que somos las personas, en comparación con tanta grandeza, y en los antepasados nuestros que pasaron por estos mismos parajes, sin poder disfrutar de su belleza, al menos como lo hago yo, pues mientras Ellos pasaban por aquí atareados con sus caballerías cargadas de leña o mies, y con los huesos doloridos por el esfuerzo del duro trabajo, yo estoy disfrutando de un largo puente con las personas que quiero, y puedo recrearme en la belleza de lo que veo sin prisa ni agobio. Mentalmente rezo una oración por Ellos y sigo mi marcha.
Al llegar al pueblo “robo” tres olorosas rosas para disfrutarlas en un jarrón en mi casa, y huelo el perfume de los paraísos en flor que hay al final de la Cuesta.
El pueblo está en silencio cuando vuelvo, pues va siendo hora de comer, y llego a mi casa sin haber visto a nadie.
Solo un punto negativo en mi paseo. Comprobar que la fruta se ha helado recién salida en los árboles frutales, y no vamos a poder disfrutar del sabor de las cerezas y de otras frutas.
El campo es lo que tiene.
Foreros, ser buenos. Un cariñoso recuerdo os manda:
Manuel.