El 24 de enero de 2.009 una joven de 18 años fue dada por desaparecida en la provincia de Sevilla.
Tras prolongadas búsquedas e indagaciones, la policía detiene a varios amigos de la chica, y después de hábiles interrogatorios, asistidos por abogados con todas las garantías que la Ley permite, la policía detecta indicios de culpabilidad por las numerosas contradicciones de unos y otros, por lo que son acusados formalmente de asesinato, y complicidad.
El calvario de los padres, abuelos y familia de la chica, empezó el 24 de enero, pero no sabían aun lo que les esperaba como consecuencia de unas leyes que protegen más a los malhechores que al ciudadano normal.
Tras varios juicios en los que ninguno declara haber sido, pero en los que se culpan unos a otros, es declarado culpable, aunque no con sentencia firme uno de ellos, (el Asesino) y es encarcelado, pero se niega una y otra vez a decir donde se encuentra el cadáver de la joven.
El deterioro físico y moral de los padres de la joven es tremendo. Ellos, como todos, esperaban que al declararlo culpable, dijera lo que había hecho con el cuerpo de su hija para darle cristiana sepultura. No había manera de sacarle esa vital confesión que haría que tanta gente que sufría, calmara su dolor con la recuperación de los restos de su ser querido.
¿Porqué lo hacía?, ¿Por qué tanta crueldad?, ¿Quién aconsejaba esa táctica retorcida y macabra?
Es de suponer que esté encubriendo a alguien, pudiera ser que a su propio hermano que fue absuelto, y que al descubrir el cadáver, a través de pruebas de ADN y otras, fueran inculpadas
más personas. O también pudiera ser que al no aparecer el cadáver, tuviera suerte en los Recursos que presentaba, y según nuestro Ordenamiento Jurídico, su condena resultara ostensible-mente reducida.
Llevaba cuatro años preso en una cárcel de Andalucía, y en ese tiempo, los jueces y la policía intentaban convencerle de la crueldad de su silencio, pero era en vano.
La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla ha fijado el final de su condena el 8 de Mayo de 2030, eso sin contar con que antes no obtenga beneficios penitenciarios por trabajos, estudios o buen comportamiento, por lo que lo más probable es que en menos de diez años semejante monstruo empiece a disfrutar de permisos para pernoctar fuera de la cárcel.
Sabiendo todo esto, con su descarado sarcasmo y su infinita maldad, se burlaba de la Justicia y había señalado hasta siete veces, el lugar donde se podrían encontrar los restos de la chica asesinada.
¡! Siete veces ¡!, y la Justicia no podía hacer nada.
Hoy señalaba un vertedero de basuras, y allí que iban con excavadoras para remover toneladas y más toneladas de basura.
Mañana señalaba un punto del Guadalquivir, y allí que iban buceadores de la Guardia Civil, que rastreaban hasta el rincón más escondido de las profundidades del río.
Luego una finca, y la ¿justicia? conseguía los permisos pertinen-tes de su dueño para escavar zanjas en el lugar que el Asesino indicaba. Pero los esfuerzos eran vanos pues nunca se encontra-ba nada.
Y así hasta siete veces en cuatro años, el Asesino se burlaba de la Justicia, provocando unos grandísimos gastos económicos que pagaba el mismo pueblo que le concedía tantos derechos.
Los familiares de la chica asesinada reflejaban en su cara el sufrimiento y rotos por el dolor, y con una calma y educación digna de elogio, mantenían una increíble calma cuando declaraban ante los medios de comunicación que confiaban en la Justicia y en los jueces, pero el pueblo no era tan benévolo con tan Altas Instancias, y el que más y el que menos, opinaba en privado e incluso públicamente los más atrevidos, la caducidad de un Sistema Jurídico a todas luces injusto con el ciudadano normal, y permisivo con los sinvergüenzas, ladrones y asesinos, y comentaban varias formas de arrancarle la confesión del lugar, empleando medios personales prohibidos por la Ley protectora de maleantes, no entendiendo que con semejante monstruo se pudieran tener consideraciones de ningún tipo.
Recientemente se habló de la estancia del Asesino en la cárcel, en un programa de máxima audiencia de un canal de televisión, y los espectadores quedan asombrados de lo que ven y oyen, pues el Asesino disfruta en su celda, que comparte con otro preso, de un televisor de plasma, y una videoconsola. Asimismo disfruta de una piscina olímpica, y recibe diariamente cartas de admiradoras que le mandan incluso dinero en las mismas. Increíble…
Pero el Asesino está preocupado. Lleva una semana despistado, desconfiado y temeroso, aunque no dice porque a nadie. Hace una semana exactamente, abriendo las cartas de sus numerosas admiradoras, abrió una que por lo escueta, no le gustó nada, y la verdad que no sabía porque le preocupaba tanto pues era muy corto su texto que escrito en cartulina azul decía así…
Hasta ahora te has burlado de la Justicia, porque las Leyes (mal hechas) te lo permiten. Pero el pueblo NO. En unos días recibirás una visita, y queremos que le des el lugar exacto donde has escondido la prueba de Tu crimen…
No había firma, solamente unas iniciales mayúsculas: G. R. D.
Tras prolongadas búsquedas e indagaciones, la policía detiene a varios amigos de la chica, y después de hábiles interrogatorios, asistidos por abogados con todas las garantías que la Ley permite, la policía detecta indicios de culpabilidad por las numerosas contradicciones de unos y otros, por lo que son acusados formalmente de asesinato, y complicidad.
El calvario de los padres, abuelos y familia de la chica, empezó el 24 de enero, pero no sabían aun lo que les esperaba como consecuencia de unas leyes que protegen más a los malhechores que al ciudadano normal.
Tras varios juicios en los que ninguno declara haber sido, pero en los que se culpan unos a otros, es declarado culpable, aunque no con sentencia firme uno de ellos, (el Asesino) y es encarcelado, pero se niega una y otra vez a decir donde se encuentra el cadáver de la joven.
El deterioro físico y moral de los padres de la joven es tremendo. Ellos, como todos, esperaban que al declararlo culpable, dijera lo que había hecho con el cuerpo de su hija para darle cristiana sepultura. No había manera de sacarle esa vital confesión que haría que tanta gente que sufría, calmara su dolor con la recuperación de los restos de su ser querido.
¿Porqué lo hacía?, ¿Por qué tanta crueldad?, ¿Quién aconsejaba esa táctica retorcida y macabra?
Es de suponer que esté encubriendo a alguien, pudiera ser que a su propio hermano que fue absuelto, y que al descubrir el cadáver, a través de pruebas de ADN y otras, fueran inculpadas
más personas. O también pudiera ser que al no aparecer el cadáver, tuviera suerte en los Recursos que presentaba, y según nuestro Ordenamiento Jurídico, su condena resultara ostensible-mente reducida.
Llevaba cuatro años preso en una cárcel de Andalucía, y en ese tiempo, los jueces y la policía intentaban convencerle de la crueldad de su silencio, pero era en vano.
La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla ha fijado el final de su condena el 8 de Mayo de 2030, eso sin contar con que antes no obtenga beneficios penitenciarios por trabajos, estudios o buen comportamiento, por lo que lo más probable es que en menos de diez años semejante monstruo empiece a disfrutar de permisos para pernoctar fuera de la cárcel.
Sabiendo todo esto, con su descarado sarcasmo y su infinita maldad, se burlaba de la Justicia y había señalado hasta siete veces, el lugar donde se podrían encontrar los restos de la chica asesinada.
¡! Siete veces ¡!, y la Justicia no podía hacer nada.
Hoy señalaba un vertedero de basuras, y allí que iban con excavadoras para remover toneladas y más toneladas de basura.
Mañana señalaba un punto del Guadalquivir, y allí que iban buceadores de la Guardia Civil, que rastreaban hasta el rincón más escondido de las profundidades del río.
Luego una finca, y la ¿justicia? conseguía los permisos pertinen-tes de su dueño para escavar zanjas en el lugar que el Asesino indicaba. Pero los esfuerzos eran vanos pues nunca se encontra-ba nada.
Y así hasta siete veces en cuatro años, el Asesino se burlaba de la Justicia, provocando unos grandísimos gastos económicos que pagaba el mismo pueblo que le concedía tantos derechos.
Los familiares de la chica asesinada reflejaban en su cara el sufrimiento y rotos por el dolor, y con una calma y educación digna de elogio, mantenían una increíble calma cuando declaraban ante los medios de comunicación que confiaban en la Justicia y en los jueces, pero el pueblo no era tan benévolo con tan Altas Instancias, y el que más y el que menos, opinaba en privado e incluso públicamente los más atrevidos, la caducidad de un Sistema Jurídico a todas luces injusto con el ciudadano normal, y permisivo con los sinvergüenzas, ladrones y asesinos, y comentaban varias formas de arrancarle la confesión del lugar, empleando medios personales prohibidos por la Ley protectora de maleantes, no entendiendo que con semejante monstruo se pudieran tener consideraciones de ningún tipo.
Recientemente se habló de la estancia del Asesino en la cárcel, en un programa de máxima audiencia de un canal de televisión, y los espectadores quedan asombrados de lo que ven y oyen, pues el Asesino disfruta en su celda, que comparte con otro preso, de un televisor de plasma, y una videoconsola. Asimismo disfruta de una piscina olímpica, y recibe diariamente cartas de admiradoras que le mandan incluso dinero en las mismas. Increíble…
Pero el Asesino está preocupado. Lleva una semana despistado, desconfiado y temeroso, aunque no dice porque a nadie. Hace una semana exactamente, abriendo las cartas de sus numerosas admiradoras, abrió una que por lo escueta, no le gustó nada, y la verdad que no sabía porque le preocupaba tanto pues era muy corto su texto que escrito en cartulina azul decía así…
Hasta ahora te has burlado de la Justicia, porque las Leyes (mal hechas) te lo permiten. Pero el pueblo NO. En unos días recibirás una visita, y queremos que le des el lugar exacto donde has escondido la prueba de Tu crimen…
No había firma, solamente unas iniciales mayúsculas: G. R. D.