Como diría la canción del Dúo Dinámico, el final del verano ya llego Se acabó, ha llegado septiembre, el mes que marca el fin de las vacaciones, para los que han tenido la suerte de poder disfrutar de ellas, y la vuelta al trabajo, para los afortunados que lo conservan, porque no nos olvidemos de esos cinco millones de españoles, con sus familias a cuestas, que ni han tenido la oportunidad de dejar por un momento atrás sus problemas viajando y, por no tener, no van a poder sufrir el síndrome post vacacional, porque no tienen puesto de trabajo a donde volver para deprimirse. En cualquier caso, este mes nos marca a todos porque supone de forma generalizada el regreso a todo lo que queríamos dejar atrás tomando el sol y zambulléndonos en el agua, los paseos por el campo y los placenteros dias del mes de agosto. Pero todo llega y lo que viene no tiene muy buena pinta porque la crisis sigue aquí, no se ha ido de vacaciones, y todo hace temer que vamos a sufrir no un mes sino un cuatrimestre de los que se nos van a quedar marcados a sangre y fuego. La vuelta al cole, uno de los primeros problemas que vamos a tener que afrontar, no va a ser ni mucho menos fácil, suprimidas casi todas las ayudas para el transporte, el comedor y la becas para contribuir al pago de los estudios superiores. Tampoco van a tenerlo mejor para llegar a fin de mes los que todavía conseguían antes del verano cerrar los meses sin números rojos, porque se anuncian nuevos ajustes, nuevas subidas de tasas, nuevos incrementos de gastos como la luz y la gasolina, para cumplir con las exigencias de Bruselas de reducir nuestro déficit presupuestario. Volveremos a oír de la necesidad de ayudar a algunos bancos, mientras se siguen ejecutando hipotecas y poniendo a familias enteras de patitas en la calle, y sufriremos en nuestras carnes la negativa de estas mismas entidades cuando acudamos a ellas para pedir un nuevo crédito que nos afloje un poco la soga que llevamos atada al cuello. Pero bueno, no todo va a ser malo, hablemos de lo animado y concurrido que este verano a estado el pueblo, según las noticias y comentarios de Manuel, daba gusto ver las calles con los numerosos paisanos que este año se an dado cita para disfrutar de una tranquilas y placenteras vacaciones en La Ventosa. Pero, (siempre hay un pero) es una pena, al decir de muchos que este año no haya habido fiesta. Supongo que abra ocurrido como en otras ocasiones, que los unos, por los otros, la cas sin barrer. Espero que para el Cristo este mas animada la cosa y haya mas celebración, Ya nos lo contareis, sobre todo Manuel que es el que mas habitualmente se pasa por este foro, con sus innumerables e interesantes escritos, desde ponernos al dia con las noticias de lo que pasa en el pueblo, asta hacernos recodar lo duro que eran en otros tiempos (no tan lejanos) los trabajos del campo, la siega, el acarreo, la trilla, la recogida de la aceituna etc,,, cuando todo era manual a base de músculo, ¡con solo pensar la ropa que se ponian para segar me entran sudores! Paseando por los ya famosos paseos al Muro, haciéndonos vivir con el canto de las perdices, el silbido del viento entre las carrascas y la contemplación del paisaje, De otros de sus escritos literarios, me hacen pensar que a nuestro pueblo, además de otras muchas cosas, le falta un LIBRO sobre su Historia mas reciente sin relatar grandes acontecimientos- por que no los hay – sino, contar los pequeños y hacerlos interesantes, como tu sabes hacerlo. Anímate
Y volviendo al principio del tema que nos ocupa Superadas las vacaciones y como animales de costumbres que somos y adornados de una escasa originalidad, nos queda repetir la misma cantinela de todos los años en una relación de buenos propósitos enfocados a una mejora de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu; siempre la misma: estudiar un idioma, apuntarse a un curso de cualquier cosa, dejar de fumar, inscribirse en un gimnasio, aprender música, a tocar la guitarra… un sin fin de cosas que pocas veces llevamos a la práctica más allá de iniciada la actividad elegida. Y, por supuesto, soñar con otras vacaciones para las que sabemos que no falta un año, sino once meses. Hasta entonces, el despertador seguirá sonando a las 6 de la mañana y por si fuera poca la desdicha, resulta que también regresan los políticos; con lo bien que estábamos sin su presencia. Eso sí que es grave y, además, sin solución.
Un abrazo
Juan
Y volviendo al principio del tema que nos ocupa Superadas las vacaciones y como animales de costumbres que somos y adornados de una escasa originalidad, nos queda repetir la misma cantinela de todos los años en una relación de buenos propósitos enfocados a una mejora de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu; siempre la misma: estudiar un idioma, apuntarse a un curso de cualquier cosa, dejar de fumar, inscribirse en un gimnasio, aprender música, a tocar la guitarra… un sin fin de cosas que pocas veces llevamos a la práctica más allá de iniciada la actividad elegida. Y, por supuesto, soñar con otras vacaciones para las que sabemos que no falta un año, sino once meses. Hasta entonces, el despertador seguirá sonando a las 6 de la mañana y por si fuera poca la desdicha, resulta que también regresan los políticos; con lo bien que estábamos sin su presencia. Eso sí que es grave y, además, sin solución.
Un abrazo
Juan