Hola paisanos: ¿como va la Semana Santa ¿. Nuestro amigo Manuel nos ha mandado una crónica “ religioso-festiva” con tanto detalle que nos a echo revivir un poco el dia de ramos, comentándonos, la recogida de los ramos de olivo, la procesión, los actos previstos para toda la semana, además de los religiosos, los festivos, como la celebración de las gachas, Dar un paseo por el campo y aprovechar para hacerse con unas collejas, que tanto juego dan en la cocina. Tanbien se lamenta con pena Manuel, de la desaparición y perdida de muchas costumbres y tradiciones, no solo en estos dias de Semana Santa como pueden ser las carracas, el tambor de las animas,,, etc sino a lo largo de todo el año las que todos tenemos en mente
El otro dia ley la noticia de que políticos de varias Comunidades Españolas, entre ellas la nuestra, se avían reunido con mandatarios de la Comunidad Europea para tratar el preocupante problema de la desertización y despoblación de nuestros pueblos y comarcas. El dato es que la Provincia de Cuenca tiene una densidad de 12.1 habitantes por kilometro cuadrado, muy cerca de lo que se considera desierto demográfico (10 h / Km 2ª) Clasificación en la que se encuentran muchos municipios y comarcas como el nuestro, que no llega a la cota minima. Y visto a los acuerdos que an llegado la pobre exposición de ideas y las MINIMAS ayudas monetarias para arreglar esto, ¿os pregunto ¿Qué prefieres, susto o muerte?. ¡Venga, susto!. ¡Uuuhhh!. Joder, ¡qué susto!. ¡Haber pedido muerte!. ¿A que alguna vez habéis pensado que por parte de los que mal mandan, estamos dejados de la mano de Dios?. ¿A que sí?. Eso es lo que parece que nos pasa a los VENTOSEROS que estamos convencidos de que nos ha mirado un bizco y, por mucho que queramos enmendallo, costará Dios y ayuda enderezar el rumbo, porque, como se suele decir en el pueblo «no me gusta como caza la perrica». Pariente, a mí tampoco me gusta como corre el galgo, pero no por ello hay que arojar la toalla y procurar mantenerse en la pelea. ¡Un paso atrás ni para coger impulso!. Por que mientras tanto. Los que nos desgobiernan, sobre todo aquellos que actúan al más puro estilo Capone, campan a sus anchas y ponen en valor la conocida como ley del embudo: para mí lo ancho y para ti? para ti, una mierda que te comas; socio!. ¿Socio de qué?. ¡Socio de «na»!.
. Y vista la trayectoria a lo largo de estos ultimos sesenta años, de nuestro pueblo y comarca, me viene a la mente una fabula que dice así.
“En una cazuela llena de agua introducimos una simpática rana. Mientras la rana nada tranquilamente comenzamos a calentar la cazuela a fuego lento. Al cabo de un rato el agua está tibia, pero a la rana ésto no le desagrada y sigue nadando. La temperatura sube y el agua sigue calentándose algo más de lo que suele gustarle a la rana, pero no se inquieta, y además el calor le produce una plácida somnolencia. Después, el agua ya está bastante caliente y a la rana le resulta desagradable; lo malo es que ya es tarde y se encuentra con las fuerzas muy mermadas, así que se limita a tratar de adaptarse al agua caliente, sin poder hacer nada más. La temperatura sigue subiendo, poco a poco, hasta que la rana acaba cocida y muere sin haber realizado el menor esfuerzo por escapar. Sin embargo, si la hubiéramos sumergido de golpe con el agua a 50 grados, de una sola zancada se habría puesto a salvo
Todos los indicadores apuntan a que al final nos “cocemos”, que nos vamos adaptando paulatinamente al calorcito que se va produciendo poco a poco en esta “olla”, y que a pesar de que al parecer no sucede nada, no deja de producir hervor por efecto de los acontecimientos que se van originando, según nuestra historia mas reciente con lentitud, pero inexorables, y que se resumen en tres palabras: no sucede nada.
.
Por eso digo que como el inexorable paso del tiempo es pausado, lento y a veces imperceptible, al final nos ocurrirá como a la pobre rana, que nos coceremos lentamente y cuando digamos a reaccionar será, probablemente, demasiado tarde
¡Respirad, que era un susto!. Ya se, que no son dias de dar sustos, son dias de disfrutar,! ¡que para esos hemos venido al pueblo ¡Aunque tanbien son dias de recogimiento y de ¡Meditación ¡Dios mío, no siento las piernas
Un abrazo
Juan
El otro dia ley la noticia de que políticos de varias Comunidades Españolas, entre ellas la nuestra, se avían reunido con mandatarios de la Comunidad Europea para tratar el preocupante problema de la desertización y despoblación de nuestros pueblos y comarcas. El dato es que la Provincia de Cuenca tiene una densidad de 12.1 habitantes por kilometro cuadrado, muy cerca de lo que se considera desierto demográfico (10 h / Km 2ª) Clasificación en la que se encuentran muchos municipios y comarcas como el nuestro, que no llega a la cota minima. Y visto a los acuerdos que an llegado la pobre exposición de ideas y las MINIMAS ayudas monetarias para arreglar esto, ¿os pregunto ¿Qué prefieres, susto o muerte?. ¡Venga, susto!. ¡Uuuhhh!. Joder, ¡qué susto!. ¡Haber pedido muerte!. ¿A que alguna vez habéis pensado que por parte de los que mal mandan, estamos dejados de la mano de Dios?. ¿A que sí?. Eso es lo que parece que nos pasa a los VENTOSEROS que estamos convencidos de que nos ha mirado un bizco y, por mucho que queramos enmendallo, costará Dios y ayuda enderezar el rumbo, porque, como se suele decir en el pueblo «no me gusta como caza la perrica». Pariente, a mí tampoco me gusta como corre el galgo, pero no por ello hay que arojar la toalla y procurar mantenerse en la pelea. ¡Un paso atrás ni para coger impulso!. Por que mientras tanto. Los que nos desgobiernan, sobre todo aquellos que actúan al más puro estilo Capone, campan a sus anchas y ponen en valor la conocida como ley del embudo: para mí lo ancho y para ti? para ti, una mierda que te comas; socio!. ¿Socio de qué?. ¡Socio de «na»!.
. Y vista la trayectoria a lo largo de estos ultimos sesenta años, de nuestro pueblo y comarca, me viene a la mente una fabula que dice así.
“En una cazuela llena de agua introducimos una simpática rana. Mientras la rana nada tranquilamente comenzamos a calentar la cazuela a fuego lento. Al cabo de un rato el agua está tibia, pero a la rana ésto no le desagrada y sigue nadando. La temperatura sube y el agua sigue calentándose algo más de lo que suele gustarle a la rana, pero no se inquieta, y además el calor le produce una plácida somnolencia. Después, el agua ya está bastante caliente y a la rana le resulta desagradable; lo malo es que ya es tarde y se encuentra con las fuerzas muy mermadas, así que se limita a tratar de adaptarse al agua caliente, sin poder hacer nada más. La temperatura sigue subiendo, poco a poco, hasta que la rana acaba cocida y muere sin haber realizado el menor esfuerzo por escapar. Sin embargo, si la hubiéramos sumergido de golpe con el agua a 50 grados, de una sola zancada se habría puesto a salvo
Todos los indicadores apuntan a que al final nos “cocemos”, que nos vamos adaptando paulatinamente al calorcito que se va produciendo poco a poco en esta “olla”, y que a pesar de que al parecer no sucede nada, no deja de producir hervor por efecto de los acontecimientos que se van originando, según nuestra historia mas reciente con lentitud, pero inexorables, y que se resumen en tres palabras: no sucede nada.
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Por eso digo que como el inexorable paso del tiempo es pausado, lento y a veces imperceptible, al final nos ocurrirá como a la pobre rana, que nos coceremos lentamente y cuando digamos a reaccionar será, probablemente, demasiado tarde
¡Respirad, que era un susto!. Ya se, que no son dias de dar sustos, son dias de disfrutar,! ¡que para esos hemos venido al pueblo ¡Aunque tanbien son dias de recogimiento y de ¡Meditación ¡Dios mío, no siento las piernas
Un abrazo
Juan